TORONTO, Ontario — A medida los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días hablen y compartan el mensaje de la Restauración, otros sentirán la verdad de sus palabras, dijo el presidente M. Russell Ballard, presidente en funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles.
“Lo más memorable en la historia del mundo sucedió en la Arboleda Sagrada en 1820”, dijo. “Los cielos se abrieron”.
Hablando a miembros y misioneros en Toronto, Ontario, casi 50 años después de servir como presidente de misión en la ciudad, el presidente Ballard dio testimonio del llamamiento profético de José Smith, de su oración en la Arboleda Sagrada y de la aparición del Padre y el hijo.
“Debe haber sido algo que penetró en su ser, desde la coronilla de su cabeza hasta las plantas de sus pies, cuando escuchó a nuestro Padre Celestial llamarlo por su nombre, ‘José, este es mi Hijo Amado. Escúchalo’.
“Ese es nuestro mensaje”, les dijo a los misioneros, repitiendo para enfatizar. “Ese es nuestro mensaje”.
El presidente Ballard estuvo en Ontario del 21 al 23 de abril y se dirigió a los misioneros de la Misión Canadá Toronto, participó en reuniones de capacitación de líderes y presidió la Conferencia de la Estaca Hamilton, Ontario. A él se unieron el élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, y el élder James W. McConkie III, Setenta Autoridad General.
Durante sus comentarios, el presidente Ballard prometió que aquellos que dejen que su conocimiento de la Primera Visión penetre en sus corazones y almas podrán enseñarlo a los demás. Entonces, dijo, “la gente sentirá que lo que les están diciendo es verdad”.
Cualquier buscador fiel que pregunte obtendrá una respuesta, enfatizó el presidente Ballard. “Esta es la verdadera Iglesia de Jesucristo. El Señor ha abierto los cielos de nuevo. …
“Nuestro mensaje es el mensaje más impactante, profundo y motivador que conozco”.
El mensaje de la Restauración
El primer centro de reuniones de los Santos de los Últimos Días en el este de Canadá se dedicó en 1939 en Toronto, donde se organizó la primera estaca en 1960. Hoy hay nueve estacas, dos distritos, 53 000 miembros y un templo en Ontario. Dos de esas estacas se crearon a mediados de la década de 1970, durante el tiempo en que el presidente Ballard se desempeñó como presidente de misión.
El presidente Ballard, de 94 años, sirvió con su esposa, la hermana Barbara Ballard, en el este de Canadá de 1974 a 1977. Durante esos años, pasó horas viajando ayudando y apoyando a los misioneros, ministrando a los miembros en distritos divididos por una vasta geografía y estableciendo relaciones en la comunidad. Nunca tuvo miedo de hablar con las personas que conoció sobre la Iglesia de Jesucristo, recuerdan los miembros.
Aquellos que comparten el mensaje del Evangelio tienen derecho a la “revelación, inspiración y la guía de su Padre Celestial y del Señor Jesucristo”, dijo el presidente Ballard.
Él pidió a los misioneros que hablaran con 10 personas cada día acerca de la Iglesia.
Nunca pierdan de vista “cuán preciosa es cada alma”, dijo. “Sin importar dónde estén o quiénes sean, son hijos e hijas de Dios. Jesús los salvó como nos salva a todos nosotros”.
El cielo ayudará a quienes busquen compartir el mensaje del Evangelio restaurado.
Busquen orientación para “llevar el mensaje de la Restauración del evangelio: el milagro de la historia de un joven que tuvo fe para arrodillarse en busca de guía y dirección.
Hablando de José Smith, el presidente Ballard dijo: “Lo amo”. Él pidió a todos que continuaran “esta gran obra que él llevó a cabo”.
Lo que más importa
Al dirigirse a los misioneros, tanto el élder Andersen como el élder McConkie citaron el discurso de la conferencia general del presidente Ballard de abril de 2023, “Recuerden lo que más importa”. El élder Andersen le dijo a la congregación que el presidente Ballard, “uno de los grandes misioneros de la Iglesia”, siempre ha sido “valiente con respecto al Evangelio. Él sabe que es verdad, y habla de ello a todo el mundo”.
Citando al presidente Ballard, el élder Andersen dijo: “Los invito a compartir su testimonio de Jesucristo con más frecuencia. … Den testimonio de lo que saben y creen y de lo que sienten, no solo de lo que están agradecidos. Testifiquen de sus propias experiencias y de cómo han llegado a conocer al Salvador”.
El élder Andersen pidió a la congregación que identificaran las verdades que conocen y que buscaran pasajes de las Escrituras que respalden esas verdades. “Encuentren escrituras en las que creen profundamente, de las que tengan testimonio, de las que estén dispuesto a dar testimonio”, dijo. “Verán que el Espíritu Santo les dará testimonio una y otra vez de que es verdad”.
El élder McConkie también citó al presidente Ballard, quien después de una “toda una vida de aprendizaje espiritual” testificó durante la conferencia general de abril que “convertirse al Señor, dar testimonio de Él y servirle son algunas de las cosas que más importan”.
El presidente Ballard también enseñó que “a medida que crece nuestra conversión a Jesucristo, naturalmente queremos dar testimonio de Su benevolencia, amor y bondad”.
El élder McConkie prometió que a medida que los que se conviertan al Salvador testifiquen de Él, “el Espíritu Santo confirmará la verdad a aquellos que escuchen con atención su testimonio”.