PROVO, Utah — El pueblo de Jared ya era un pueblo constructor de barcos según nos dice Éter 2:6 en el Libro de Mormón:
“Y aconteció que viajaron por el desierto, y construyeron barcos, en los cuales atravesaron muchas aguas, y la mano del Señor los guiaba continuamente”.
Después, el Señor instruyó al pueblo para que construyera barcos especiales para cruzar el océano hacia la tierra prometida. Estos se hicieron de acuerdo con directrices e instrucciones específicas, tal y como se indica en Éter 2:16-18.
El pueblo confió en el Señor y no se basaron en su propio entendimiento para construirlos. Pero estos barcos no tenían luz y no tenían elementos para poder dirigirlos; tampoco tenían aire y no podrían respirar una vez dentro (Éter 2:19).

El hermano de Jared acudió al Señor con estas preocupaciones, confiando en que Él le ayudaría, explicó la presidenta general de las Mujeres Jóvenes, Bonnie H. Cordon durante un devocional en el Centro de Capacitación Misional de Provo.
“Fue durante el desafío que el hermano de Jared llegó a conocer a Jesucristo”, dijo la presidenta Cordon. “A veces, es en medio de nuestros desafíos y luchas que llegamos a conocer al Salvador”.
A través de unos agujeros en los barcos y con las piedras iluminadas, el pueblo de Jared, ahora tenía luz y aire, pero aún no tenían elementos para dirigirlos. Sin embargo, avanzaron con fe, dijo la presidenta Cordon.
En Éter 6:4 dice: “Y sucedió que cuando hubieron preparado todo género de alimentos, para que con ellos pudieran subsistir sobre las aguas, … entraron en sus naves o barcos y se hicieron a la mar, encomendándose al Señor su Dios”.

La presidenta enfatizó la palabra “encomendándose”.
“¿No es eso lo que han estado haciendo durante su misión?”, dijo ella. ‘Ustedes se están encomendando al Señor y así permiten que Él los guíe y dirija’.
Les dijo a los élderes y a las misioneras que permitan que el Señor les enseñe y los guíe, así como lo hizo el hermano de Jared, aunque sea diferente de lo que esperaban.
Todo lo puedo en Cristo
El lema de este año para los jóvenes es “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).
La presidenta Cordon y los misioneros sostuvieron sus manos en alto a la vez que contaban con los dedos las 10 palabras mientras las decían. La primera mitad de la frase es alentadora: “Todo lo puedo”. Pero la presidenta Cordon dijo que la segunda mitad es crucial y más poderosa: “en Cristo que me fortalece”.

La presidenta Cordon les contó a los misioneros sobre su llamamiento a servir una misión de tiempo completo en Portugal y lo mucho que le costó aprender portugués.
Pero ella sabía que podía hacer cosas difíciles — al igual que los misioneros de hoy en día. Pueden aprender un idioma nuevo, enseñar una charla, perdonar, llevarse bien con los desconocidos y otras cosas en Cristo.
Explicó que, un diccionario define (en inglés) la fe como: “la creencia, confianza y lealtad a Dios”.
Mientras tanto, el objetivo misional es “invitar a las personas a venir a Cristo al ayudarlas a que reciban el Evangelio restaurado mediante la fe en Jesucristo y Su Expiación, el arrepentimiento, el bautismo, la recepción del don del Espíritu Santo y el perseverar hasta el fin”.
Esta es también la doctrina de Cristo, y los misioneros la aplicarán a lo largo de su misión y de su vida, dijo la presidenta Cordon.
Salen al mundo a testificar que Cristo vive, y que, si las personas ponen en práctica la fe, se arrepienten, hacen convenios y perseveran hasta el fin, pueden vivir con Él para siempre.

Un truco del libro de Proverbios
La presidenta Cordon les contó a los misioneros sobre un truco para la vida — el cual, según dijo haría que sus vidas fueran más fáciles o simples — y que se encuentra en Proverbios 3:5-6.
“Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”.
Estos versículos contienen dos invitaciones. La primera es “confiar en el Señor con todo tu corazón”. La segunda es “reconócelo en todos tus caminos”.
Sin embargo, también contienen una advertencia: “no te apoyes en tu propia prudencia”. La promesa es, “Él enderezará tus veredas”, de la misma forma que lo hizo con el hermano de Jared y su pueblo.
La presidenta Cordon, al igual que su esposo, el hermano Derek Cordon —que también se dirigió a los misioneros — destacaron que la palabra “caminos” está en plural.
“Él enderezará tus caminos, con una ‘s’”, dijo el hermano Cordon. “Hay más de uno. Confíen en Él. Dejen a un lado sus propios pensamientos y observen los milagros que ocurren”.
La presidenta Cordon también testificó que, en la medida que los misioneros confíen en el Señor con todo su corazón, verán milagros.
“[Cuando vean] esos milagros, se darán cuenta que el Señor está dirigiendo la obra. Y verán que están llegando a conocer al Salvador Jesucristo. A medida que tengan fe en Él y aprecien el don del arrepentimiento, no hay nada que no puedan hacer”.

