CARTHAGE, Illinois — Mientras se encontraba de visita en la Cárcel de Carthage — donde José Smith fue martirizado el 27 de junio de 1844 — la presidenta general de las Mujeres Jóvenes, Bonnie H. Cordon (en inglés), reflexionó sobre la razón por la cual el profeta José “selló su testimonio con su sangre”.
“Él amaba al Salvador. De hecho, conocía al Salvador y sabía quién era el Salvador”, dijo. La presidenta Cordon acudió a Doctrina y Convenios 76:22-23 para leer el siguiente pasaje:
“Y ahora, después de los muchos testimonios que se han dado de él, este es el testimonio, el último de todos, que nosotros damos de él: ¡Que vive! Porque lo vimos, sí, a la diestra de Dios; y oímos la voz testificar que él es el Unigénito del Padre”.
Hyrum Smith fue asesinado junto con su hermano José en Carthage. Durante su visita a ese lugar histórico, el presidente general de los Hombres Jóvenes, Steven J. Lund (en inglés) habló de los últimos legados de José y Hyrum.
“Lo que sucedió en esta habitación — [fue que] estos hombres estaban demostrando un testimonio, el cual expresaron por medio de la entrega de sus vidas”, dijo.
La presidenta Cordon y su esposo, el hermano Derek Cordon, al igual que el presidente Lund y su esposa, la hermana Kallen Lund, recorrieron la Cárcel de Carthage el viernes 23 de septiembre. Estaban visitando la vecina ciudad de Nauvoo, Illinois, donde la presidenta Cordon y el presidente Lund llevaron a cabo reuniones con líderes, misioneros y jóvenes.
El mensaje de Carthage es uno que están compartiendo este fin de semana — que Jesucristo vive, que Dios habla a sus profetas y que cada persona tiene una función que desempeñar en la obra de salvación y exaltación.
Preparación para la conferencia general
El presidente Lund y la presidenta Cordon, junto con el élder Jeremiah J. Morgan, un Setenta de Área para el Área Norteamérica Central, y su esposa, la hermana Rebecca Morgan, dedicaron tiempo para reunirse el viernes por la mañana con los misioneros de tiempo completo de la Estaca Nauvoo, y hablar sobre las primeras conferencias generales en los comienzos de la Iglesia, que se llevaron a cabo no muy lejos de donde José Smith solía predicar a los primeros miembros de la Iglesia en Nauvoo.
La presidenta Cordon invitó a los misioneros a que volvieran a leer los discursos del presidente Russell M. Nelson de las conferencias anteriores y buscaran las promesas que ha hecho. “Cuando escuchamos la conferencia general [que se transmite a] todo el mundo — si uno está en Camboya o Mozambique o Nauvoo — se da cuenta que tiene una familia en la Iglesia. Y todos nosotros estamos escuchando las mismas palabras que un amoroso Padre Celestial nos hace llegar a través de un profeta”.
“Espero que como misioneros, al salir, ayuden al mundo a saber que hay un profeta. Todas esas palabras y esas promesas que él da, se cumplirán si hacemos nuestra parte”, dijo la presidenta Cordon.
El presidente Lund dijo que, cuando Oliver Cowdery hizo preguntas, le llegó a José Smith una revelación que, más tarde, se convirtió en la sección seis de Doctrina y Convenios. Mientras el Señor le respondía, le habló sobre las marcas en Sus manos y Sus pies.
“Oliver Cowdery quería saber: ‘¿Por qué yo; por qué este llamamiento?’ La respuesta es: ’Mirad las marcas en mis manos y pies’”, dijo el presidente Lund, refiriéndose al versículo 37.
Y dijo que, cuando los misioneros tienen preguntas con respecto a su llamamiento, la respuesta es la misma: “Miren las marcas en mis manos y pies’. Esta es la razón. Él sufrió, derramó su sangre y murió por todos los habitantes de este planeta, y el mundo debe saberlo”.
Mientras se preparaba para la reunión, la hermana Mia Sutherland de Rexburg, Idaho, estudió los discursos que José Smith pronunció en Nauvoo.
“Me encanta como el presidente Lund y la presidenta Cordon lo vincularon con el presidente Nelson hoy”, dijo ella. “Hablamos mucho sobre el hecho de que la doctrina es la misma. José Smith fue un profeta llamado por Dios, y también lo es el presidente Nelson hoy”.
La hermana Sharlee Anderson de Lehi, Utah, dijo que el presidente Nelson hace hincapié en las mismas cosas que José Smith. “Es exactamente la misma doctrina que Dios nos enseña”.
Ministrar a través de la música
El presidente Lund y su esposa, y la presidenta Cordon y su esposo, también conocieron a los jóvenes misioneros artistas (en inglés), que sirven durante 15 semanas, entre marzo y octubre aproximadamente. El elenco actual llegó en agosto.
Los artistas llevan ropa de la época, lo cual, según la hermana Leah Curtis de Dallas, Texas, añade importancia histórica a Nauvoo y celebra el legado de los que vinieron antes.
Los artistas cantaron y bailaron para los líderes en el Salón Cultural y más tarde en el Salón de los Setenta — dos edificios históricos de Nauvoo.
El élder Nicholas Peterson de Riverton, Utah, encontró una conexión con los Cordon. Recientemente sirvió una misión de enseñanza de tiempo completo en Curitiba, Brasil, que es la misión en la cual los Cordon sirvieron como líderes de 2010 a 2013.
Para el élder Peterson, cantar es una forma de expresar el amor de Dios por los demás. Y aunque le gusta cantar para todos, se sintió especialmente honrado de cantar para los Cordon y los Lund. “La idea de elevar el espíritu y ayudar a las personas que hacen tanto por servir a los demás es maravillosa. Es absolutamente maravilloso”.
La hermana Hannah Seagraves de Tellahoma, Tennessee, y la hermana Emily Auton de Layton, Utah, son misioneras técnicas. Se ocupan de la iluminación y de la dirección escénica de las representaciones. Una función que, según ellas, tiene que ver con el servicio y con aumentar los testimonios de los demás a través de la música”.
En el Salón de los Setenta — que conmemora el llamamiento por parte del profeta José Smith a los Setenta o misioneros para salir a todo el mundo — los misioneros actores interpretaron una escena en la cual Brigham Young y Heber C. Kimball, que se encontraban gravemente enfermos al salir de Nauvoo hacia sus misiones, reunieron todas sus fuerzas para gritar a sus familias: “Hurra, Hurra por Israel”.
El presidente Lund comentó que “el resultado de eso fue que los milagros ocurrieron… La Iglesia se convirtió en el poder que es hoy”, dijo. “Hoy estamos llamados a hacer lo que nos parece un sacrificio, pero el Padre Celestial compensa y el bien que se [obtiene como resultado] es asombroso”.
La presidenta Cordon añadió, “Ellos se marcharon, sin embargo, se apoyó a las familias. Estas personas fuertes que se quedaron, formaron parte de la edificación de una Sión aquí”. “Las familias también edifican Sión hoy, dijo, mientras los misioneros sirven.
“Estos jóvenes salen [a sus misiones] porque aman a su familia, pero lo más importante es que aman a Jesucristo, y porque aman al Salvador, se reciben bendiciones”.
Devocional para los potenciales misioneros
El viernes por la noche, los líderes llevaron a cabo en el Centro de Visitantes de Nauvoo, un devocional para potenciales misioneros. El auditorio estaba lleno, a la vez que la reunión también se transmitió a 17 estacas en el área de Iowa, Illinois y Misuri.
Los líderes interactuaron con los hombres y las mujeres jóvenes mientras compartían temas como la confianza en el Señor; el establecimiento de metas; el estudio de las escrituras; el trabajo arduo; el sacrificio y el testimonio.
La hermana Lund habló de las misiones de su hijo e hija, de las bendiciones que [por esa causa] otros recibieron y las que recibieron ellos mismos. “Queremos todos esos dones especiales para ustedes”, les dijo a los jóvenes. “Sin embargo, tienen un precio. Tienen que estar dispuestos a confiar en su Padre Celestial y hacer lo que Él quiere, entones les sucederán cosas maravillosas”.
El presidente Lund agregó: “Así que, pregúntennos cómo prepararse para una misión, y nuestra respuesta, en parte [será], no sabemos cómo, [por eso] no nos pregunten cómo. [Mejor], pregúntennos por qué. Nosotros [sí] sabemos el por qué. Pues hemos visto [el efecto de] la misión en aquellos que más amamos”.
La presidenta Cordon trajo una pelota de fútbol americano, para el deleite y sorpresa de los jóvenes. A continuación, le pidió a Gage Toller, de 17 años, de la Estaca Saint Louis que se le lanzara. Con el hermano Cordon alentándolo, Gage lanzó la pelota a la presidenta Cordon de un lado al otro del escenario tres veces, pero cada vez la pelota le pasó por al lado — ya que no hizo ningún esfuerzo para atraparla. Después, ella le preguntó a Gage qué había salido mal; él le dijo que tenía que estar preparada para recibir la pelota. El siguiente lanzamiento lo atrapó perfectamente, porque estaba preparada.
“Cada uno de nosotros tendrá la oportunidad de decidir si va a recibir [los] mensajes”, dijo la presidenta Cordon. “Tenemos que estar dispuestos para lo que el Espíritu nos dice. Recibir no es solo estar de pie [como en el caso de la pelota]. Para recibir lo que el evangelio de Jesucristo tiene para nosotros tenemos que hacer algo”.
El élder Morgan les dijo a los jóvenes que dentro de cada uno de ellos está la divinidad. “La influencia y el impacto que ustedes pueden tener… son posibles y ocurrirán a medida que sigan estos principios”.
Después de la reunión, Charly Thrap, de 17 años, de la Estaca Des Moines Iowa Mount Pisgah dijo que le encantaron los mensajes. “Estoy muy contenta de haber venido. El Espíritu estaba aquí”.
Benjamín Allen, de 16 años, de la Estaca Lake St Louis Missouri, aprendió a confiar en el Señor.
“Sin duda, hay algunas cosas en las que tengo que trabajar, pero es una buena confirmación de que estoy haciendo lo que necesito”, dijo. “Este es el camino correcto y hacia donde tengo que ir”.
