Dirigiéndose a muchos que pueden estar lejos de sus raíces familiares y culturales, el élder Ulisses Soares, del Cuórum de los Doce Apóstoles, testificó que se puede encontrar fortaleza — o refugio — en medio de las complejidades de la vida al centrarse en Jesucristo.
Citando el optimismo y la visión del presidente Russell M. Nelson para el futuro, el élder Soares dijo a los Santos de los Últimos Días de habla portuguesa en el Área Utah el domingo, 5 de febrero: “En los días venideros veremos las mayores manifestaciones del poder del Salvador que el mundo jamás haya visto. Entre ahora y el momento en que regrese ‘con poder y gran gloria’, Él concederá innumerables privilegios, bendiciones y milagros a los fieles”.
En el primer devocional de este tipo para los miembros de habla portuguesa del Área Utah, el élder Soares estuvo acompañado por su esposa, la hermana Rosana Soares, y el élder Carlos A. Godoy, de la Presidencia de los Setenta, y su esposa, la hermana Mónica Godoy, cada uno de los cuáles habló. Unas 3500 personas asistieron al devocional en George Albert Smith Fieldhouse en el campus de la Universidad Brigham Young en Provo, Utah.
También asistieron dos miembros de la presidencia del Área Utah: el élder Kevin W. Pearson y su esposa, la hermana June Pearson; y el élder Hugo E. Martínez y su esposa, la hermana Nuria Martínez. El élder Martínez ofreció breves comentarios introductorios invitando a todos a abrir su corazón y mente para los mensajes que siguieron.
Refugio contra los tornados de la vida
El élder Soares comenzó sus comentarios trayendo los saludos y el amor del presidente Nelson a esa audiencia específica. Dijo que en las oraciones de la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles siempre hay una preocupación sobre cómo servir mejor a todos los miembros, similar a las palabras de Jacob en la parábola del olivo, “¿Pero qué más pude yo haber hecho en mi viña? (Jacob 5:47).
Utilizando una analogía inspirada en los refugios contra tornados que vio recientemente en el aeropuerto de Denver, Colorado, el élder Soares enseñó que los Santos de los Últimos Días pueden protegerse de los complejos tornados de la vida en el “refugio espiritual del Salvador”. Destacó tres aspectos que pueden ayudar a estar bajo el refugio espiritual del Salvador:
- Invocar el poder del Salvador en nuestra vida.
- Cumplir y honrar los convenios sagrados con exactitud.
- Ser fiel a las responsabilidades personales y familiares de guardar los mandamientos y enseñar el Evangelio a la familia.
El élder Soares citó tres bendiciones específicas en las Escrituras para quienes se mantienen fieles: la influencia del Espíritu Santo para guiar las decisiones diarias (Doctrina y Convenios 20:77); paz en medio de los tornados espirituales de la vida (Doctrina y Convenios 59:23, Filipenses 4:7); y la vida eterna en el mundo venidero (Doctrina y Convenios 59:23).
En sus palabras finales expresó su gratitud y amor, dando su testimonio de Jesucristo y de que Dios vive. También testificó que “si somos constantes e inquebrantables en guardar los mandamientos de Dios con fe y diligencia, seguramente el consuelo del refugio del Salvador reemplazará el dolor de nuestras experiencias, la paz reemplazará la agitación, [y] la esperanza reemplazará la aflicción y las pruebas se convertirán en bendiciones”.
El propósito de la Iglesia del Señor y Su evangelio
En su mensaje, la hermana Soares reflexionó sobre una conversación que tuvo con su padre — un hombre bueno y fiel que no es miembro de ninguna iglesia — sobre el propósito de la Iglesia del Señor y Su evangelio.
“El propósito del evangelio de Jesucristo es nuestra mejora, nuestro progreso, nuestra felicidad aquí en la tierra y que podamos volver a vivir con Él nuevamente”, dijo. Requiere más que simplemente ser amable o leer la Biblia; requiere fe en Jesucristo, arrepentimiento, bautismo y recibir el don del Espíritu Santo de la autoridad del sacerdocio que se encuentra en Su Iglesia.
La hermana Soares enumeró varias cosas que ha aprendido al asistir fielmente a la Iglesia todos los domingos — “cosas que no podría haber aprendido en ningún otro lugar” — que incluyen cómo criar a sus hijos a la manera del Señor y cómo perdonar a los demás y a sí misma al participar en la Santa Cena cada semana.
Hace cuarenta años, cuando el élder y la hermana Soares se casaron, tenían un lema para su vida futura: “‘Cuando el profeta habla, el debate termina’. Eso no significa que nunca tuvimos preguntas. Sí, las tuvimos, pero no dudas”, dijo la hermana Soares.
“Sé que este evangelio es verdadero y perfecto”, agregó. “Nosotros no somos perfectos, pero el evangelio sí lo es. Y somos muy bendecidos de tener profetas, videntes y reveladores en estos días”.
Dediquen tiempo al Señor y al templo
El élder Godoy comenzó preguntando la demografía de la audiencia: “¿Cuántos aquí nacieron en Brasil? ¿En los Estados Unidos? ¿En otros países de habla portuguesa? ¿Cuántos han servido en una misión de habla portuguesa?” y así sucesivamente. El público mostró su entusiasmo por ser parte del evento histórico de tener el primer devocional en portugués del área, con mensajes adaptados a sus circunstancias y necesidades.
Reconociendo que muchos en la audiencia pueden estar luchando por encontrar gozo en medio de sus desafíos actuales, el élder Godoy enseñó que “existen los hombres para que tengan gozo” (2 Nefi 2:25). Como explicó el presidente Nelson, “el gozo que sentimos tiene poco que ver con las circunstancias de nuestra vida, y tiene todo que ver con el enfoque de nuestra vida”.
El élder Godoy invitó a todos a seguir el consejo del presidente Nelson de “dedicar tiempo al Señor”. Quienes dan prioridad al Señor y Sus mandamientos tienen esta promesa: “Y yo, el Señor, peleaba sus batallas, y las batallas de sus hijos, y de los hijos de sus hijos… hasta la tercera y la cuarta generación” (Doctrina y Convenios 98:37).
La hermana Godoy hizo referencia a las enseñanzas del presidente Nelson sobre el templo y testificó de la paz y el consuelo que brinda el templo. “Las ordenanzas del templo llenan nuestra vida de poder y fortaleza, que no se pueden obtener de ninguna otra manera”, dijo, citando al presidente Nelson de la conferencia general de abril de 2021.
Lo que dijeron los asistentes
Eloise Duarte, quien se mudó a Utah desde São Paulo, Brasil, hace tres años con su familia, asistió al devocional con sus hijas, Rebeca y Sarah. Eloise le dijo a Church News que estaba agradecida por la oportunidad de escuchar a un apóstol viviente y sentir el Espíritu.
Le impresionó especialmente la historia que compartió el élder Soares de Jennie Taylor — una madre de siete hijos que perdió a su esposo — el mayor Brent Taylor, en Afganistán, y cómo ha encontrado fortaleza en el Salvador al permanecer fiel en la senda de los convenios. “Se dio cuenta de que nadie sufrió más que el Salvador”, dijo Eloise Duarte. “Esto le permitió seguir adelante”.
La música para el devocional estuvo a cargo del Coro Luz Divina, creado por Elton Luz y su esposa, Mila Luz. El coro contó con unos 250 miembros, en su mayoría brasileños de varias unidades de habla portuguesa en todo el estado.
El preludio y la canción de clausura, titulada “El milagro”, resonaron en Alessandro Fernandes, originario de São Paulo. Su familia participó en el coro.
“Me gustó la última canción porque nuestro pequeño que está adentro, es un milagro”, dijo Fernandes, refiriéndose a su hijo Jordan, de 10 años. “Casi lo perdimos el año pasado. Tuvo que someterse a una cirugía cerebral de repente”. La recuperación de Jordan está en curso y tendrá otra cirugía el próximo mes. La canción trajo paz a Fernandes.
Para Camilla Fridley, integrante del coro de Rondônia, Brasil, asistir a los ensayos y prepararse para el devocional fue una experiencia “divina y espiritual”. Lo más destacado para ella fue cantar con su amiga, que no es activa en la Iglesia, pero decidió participar en el coro.
Durante los ensayos, dijo, a los miembros del coro a menudo se les recordaba su propósito en el devocional: “No era para demostrar que podíamos cantar; el propósito de esto era buscar al Salvador y tener el Espíritu”.
