Como hijos del Padre Celestial, todos vinieron a la tierra con el mismo propósito de regresar a Dios, dijo el élder Soares en un devocional especial el viernes, 2 de diciembre.
Transmitido en vivo desde Denver, Colorado, para los Santos de los Últimos Días en el Área Norteamérica Central de la Iglesia, el élder Ulisses Soares, del Cuórum de los Doce Apóstoles, habló a los hispanohablantes en su idioma nativo.
“Fortalecer nuestra fe en Dios y en Su Hijo Jesucristo nos ayuda a vivir enfocados en el plan de felicidad que Dios creó para nosotros”, dijo.
El élder Soares estuvo acompañado en el devocional por el élder Arnulfo Valenzuela, Setenta Autoridad General y segundo consejero de la presidencia del Área Norteamérica Central, y el obispo W. Christopher Waddell, primer consejero del Obispado Presidente.
El élder Soares habló sobre superar las diferencias y mantenerse enfocado en el Salvador y edificar la fe en Él y en el Padre Celestial.
“Podemos comparar nuestras vidas con un barco”, dijo.
Como ocurre con la mayoría de los barcos, la vida necesita un timón que le ayude a cambiar o mantener una dirección, explicó.
Para ayudar a cada persona a mantener la dirección correcta guiando su timón, el élder Soares compartió tres herramientas sencillas para ayudar a mantenerse en el rumbo correcto hacia Jesucristo como el faro en la orilla.
- Seguir el ejemplo del Salvador Jesucristo en nuestra propia vida.
- Estudiar las palabras de Dios y de Su Hijo Jesucristo como se encuentran en las Escrituras.
- Seguir el consejo y las enseñanzas de los profetas vivientes.
Citando al difunto presidente Thomas S. Monson (en inglés) de la conferencia general de octubre de 2014, el élder Soares leyó: “Cuando nos esforzamos por colocar a Cristo en el centro de nuestra vida al aprender Sus palabras, seguir Sus enseñanzas y recorrer Su senda, Él ha prometido compartir con nosotros la vida eterna, por la cual dio su vida. No hay mayor propósito que éste: escoger aceptar Su disciplina, llegar a ser Sus discípulos y hacer Su obra a lo largo de nuestra vida. Ninguna otra cosa, ninguna otra elección, podrá transformarnos en lo que Él nos puede convertir”.
Continuó analizando en retrospectiva el estudio colectivo de la Iglesia del Antiguo Testamento este año. Dijo que este conjunto de escrituras enseña repetidamente que las personas toman malas decisiones y que Dios siempre está allí con los brazos abiertos para recibir a aquellos que se arrepientan después de tomar malas decisiones.
“A medida que estudiemos las Escrituras, desarrollaremos la confianza y la esperanza de seguir adelante en nuestra vida”, dijo el élder Soares.
“Los 15 minutos que dedican a leer las Escrituras todos los días los ayudarán a mantener el timón en la dirección correcta”.
Luego, hablando finalmente sobre los beneficios de seguir a los profetas vivientes, el élder Soares dijo que el consejo dado a los primeros seis miembros de la Iglesia restaurada sigue siendo un consejo sólido para los miembros de la Iglesia de hoy.
Leyó Doctrina y Convenios 21:4-6 y preguntó por qué el Señor habría pedido a los seguidores de Su Iglesia que recibieran las palabras de los profetas con paciencia y fe.
“¿Por qué fe y paciencia? Porque necesitamos creer y porque a veces no estamos de inmediato alineados con lo que el Señor pide y necesitamos avanzar con paciencia hacia Él”, explicó el élder Soares.
Al moverse con paciencia y fe, Dios promete que “Las puertas del infierno no prevalecerán contra nosotros, y hará que los poderes de las tinieblas se dispersen de en medio de nosotros. Todos necesitamos bendiciones — protección”.
“La protección que necesitamos en esta vida proviene de seguir a los profetas con fe y paciencia”.
Las diferencias pueden unir
El élder Soares dijo que estar en Denver era como “regresar a casa” porque había prestado servicio como miembro de la Presidencia de los Setenta con la responsabilidad de presidir el Área Norteamérica Central antes de ser llamado como apóstol.
Reconoció las diferentes culturas, circunstancias y lugares de los que provenían muchos de los asistentes y los animó a no permitir que esas diferencias los dividieran.
“Tener diferencias culturales entre nosotros es maravilloso. Si todo afuera fuera azul, sería aburrido. ... Las diferencias pueden unirnos”, dijo.
“Las diferencias culturales no le importan a Dios. Todos somos hijos del Padre Celestial y nuestras diferencias pueden enriquecer nuestra experiencia de vida y ayudarnos a tener más empatía entre nosotros”.
Antes del discurso del élder Soares, el élder Valenzuela habló sobre el mismo tema.
“Aquellos que vienen aquí [a los Estados Unidos y Canadá], vienen a hacer un gran trabajo en las estacas donde ustedes sirven. Tienen mucho que ofrecer.
El élder Valenzuela dijo que los miembros de la Iglesia vienen y comparten su luz con los demás a través de sus ejemplos y sus habilidades para compartir el evangelio en sus idiomas nativos.
El élder Soares señaló además que las razones por las que algunos vienen a estos dos países varían en la superficie, pero al final son las mismas.
“A veces pensamos que elegimos venir aquí”, dijo el élder Soares. “¿Pero han pensado en todo lo que dijo el élder Valenzuela? … Dios nos guió aquí por una razón”.
“¿Por qué están realmente aquí? No se trata solo de ganar dinero o encontrar una mejor situación de vida, sino de sacar a la luz algo que otros necesitan”, dijo. “Por favor, piensen en esto. La verdad es que pueden llevar la luz del evangelio a los demás y traer las bendiciones eternas del Señor a su vida”.
El élder Valenzuela mencionó que cuando se le asignó asistir a la reciente dedicación del templo en Belem, Brasil, comenzó a estudiar portugués para poder comunicarse claramente con los miembros allí.
“Todos los hijos de Dios son bienvenidos y valorados en el reino de Dios”, dijo. “Todos deben escuchar el evangelio en su propio idioma”.
Con respecto a sus propios esfuerzos de estudio, el élder Valenzuela dijo que se sintió aliviado después de poder hablar en portugués durante su asignación.
“No sé cómo lo hice, pero lo hice”, dijo.
Mientras vivía en los EE. UU. o Canadá, el élder Valenzuela invitó a los hispanohablantes a hacer el esfuerzo necesario para hablar el idioma de las personas con las que se rodean.
“Tienen que trabajar duro” para estudiar el idioma, dijo.
El Rey del reino
El obispo Waddell también habló sobre mantener el enfoque en lo que es más importante y no distraerse del propósito y la identidad eternos.
Dijo que la casa de misión donde él y su esposa sirvieron en Barcelona, España, de 2006 a 2009 tenía una cita (en inglés) del difunto élder Neal A. Maxwell, del Cuórum de los Doce Apóstoles. Decía: “Si no has escogido el reino de Dios en primer lugar, al final no importará lo que hayas elegido”.
El obispo Waddell dijo que una forma de elegir el reino de Dios es “elegir al Rey del reino”.
“Al final, si no han elegido a Jesucristo, no importará lo que hayan elegido en su lugar”, dijo.
Parte de elegir al Salvador es elegir seguir a su profeta, dijo el obispo Waddell. Y eso incluye regresar físicamente a la actividad de la Iglesia y a la adoración dominical ahora que se están levantando las restricciones de COVID-19.
“Cuando el profeta dice, ‘Es hora de volver’, es hora de volver”, dijo. “No podemos quedarnos en casa porque nos sentimos más cómodos”.
Participar en la Santa Cena cada semana a través de la autoridad correcta puede ser tan significativo para los miembros de la Iglesia hoy como tocar las cicatrices en las manos y los pies del Salvador lo fue para los nefitas cuando se les apareció en el Libro de Mormón, dijo el obispo Waddell.
“El sacrificio del Salvador fue infinito e infinitamente individual para cada uno de nosotros”.