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Sarah Jane Weaver: Lo que aprendí del presidente Nelson sobre aceptar invitaciones proféticas y el Libro de Mormón

El presidente Nelson nos invitó a reflexionar sobre tres preguntas: ‘¿Cómo sería su vida sin el Libro de Mormón?¿Qué no sabrían? ¿Qué no tendrían?’

En su discurso de la conferencia general de abril de 2017, el presidente Thomas S. Monson invitó a los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que “estudiaran y meditaran en oración el Libro de Mormón cada día”.

Durante una época de “grandes problemas e iniquidad”, el presidente Monson calificó el estudio, la reflexión y la aplicación de las enseñanzas del Libro de Mormón como una “necesidad crucial”.

“Nunca será suficiente recalcar la importancia de tener un testimonio firme y seguro del Libro de Mormón”, dijo.

Su promesa fue profunda: El estudio del Libro de Mormón nos posicionaría “para oír la voz del Espíritu, resistir la tentación, superar la duda y el temor, y recibir la ayuda del cielo en nuestras vidas”.

Me comprometí a responder a la invitación del presidente Monson — durante algunas semanas. Pero entonces los asuntos de la vida se impusieron sobre mí. Ese año estábamos estudiando Doctrina y Convenios en la Escuela Dominical. Me dije a mí misma que ya tenía un testimonio firme del Libro de Mormón y que citaba sus pasajes con frecuencia en mi trabajo y en mis responsabilidades en la Iglesia. Estaba luchando para que mis hijas adolescentes terminaran la escuela secundaria — y Seminarios — y apenas lograba encontrar un pensamiento espiritual para la noche de hogar semanal. Ciertamente, pensé, el Señor entenderá si respondo a la invitación del presidente Monson a mi propio ritmo y en mi propio tiempo.

Luego escuché al presidente Russell M. Nelson hablar en la conferencia general seis meses después. En ese momento se desempeñaba como presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles.

Él abordó la invitación del presidente Monson. Compartió una fotografía de él y de un niño de 8 años llamado Riley — tomada sin que ninguno de ellos lo supiera. El presidente Nelson estaba sentado en su patio inmerso en el Libro de Mormón. Riley estaba leyendo el Libro de Mormón con la ayuda de un marcapáginas que decía “Soy un hijo de Dios”.

“Desde el desafío del presidente Monson hace seis meses, he tratado de seguir su consejo”, dijo el presidente Nelson. “Entre otras cosas, he hecho listas de lo que es el Libro de Mormón, lo que afirma, lo que refuta, lo que cumple, lo que aclara y lo que revela. ¡Contemplar el Libro de Mormón a través de esas lentes ha sido un ejercicio esclarecedor e inspirador! Se lo recomiendo a cada uno de ustedes”.

Mi corazón se estremeció.

El presidente Nelson — que había leído el Libro de Mormón innumerables veces y probablemente lo había memorizado para ese momento de su ministerio — había respondido a la invitación con intención. ¿Por qué no he hecho del estudio del Libro de Mormón una “necesidad crucial” para mí?

Además de su estudio personal, el presidente Nelson había invitado a sus hermanos del Cuórum de los Doce Apóstoles a considerar tres preguntas relacionadas:

Primera: ¿Cómo sería su vida sin el Libro de Mormón?. Segunda: ¿Qué no sabrían?. Y tercera: ¿Qué no tendrían?.

“Profundizar con regularidad en las verdades del Libro de Mormón puede ser una experiencia que nos cambie la vida”, dijo.

Cuando pienso en el Libro de Mormón, pienso en la palabra poder. Las verdades del Libro de Mormón tienen el poder para sanar, reconfortar, restaurar, socorrer, fortalecer, consolar y animar nuestra alma.

“Mis queridos hermanos y hermanas, les prometo que si cada día estudian el Libro de Mormón con espíritu de oración, cada día tomarán mejores decisiones. Les prometo que cuando mediten en lo que estudien, se abrirán las ventanas de los cielos y recibirán respuestas a sus preguntas y dirección para su vida. Les prometo que si cada día se sumergen en el Libro de Mormón, estarán vacunados contra los males de esta época, incluso la plaga esclavizante de la pornografía y otras adicciones que entumecen la mente.

“Siempre que oigo a alguien, incluso a mí mismo, decir: “Sé que el Libro de Mormón es verdadero”, quiero exclamar: “¡Qué bien, pero no es suficiente!”. Es necesario que sintamos profundamente en “lo más íntimo” (Alma 13:27) del corazón que el Libro de Mormón es, sin lugar a dudas, la palabra de Dios. Debemos sentirlo tan profundamente que jamás querríamos vivir un día sin él”.

Las promesas del presidente Monson seis meses antes habían sido igualmente convincentes.

“¿Qué nos protegerá del pecado y de la maldad que abundan en el mundo de hoy?, cuestionó el presidente Monson. Estoy convencido de que un testimonio firme de nuestro Salvador Jesucristo y de Su evangelio nos ayudará a mantenernos a salvo. Si no están leyendo el Libro de Mormón todos los días, por favor háganlo. Si lo leen con espíritu de oración y con el deseo sincero de saber la verdad, el Espíritu Santo les manifestará que es verdadero. Si es verdadero, y testifico solemnemente que lo es, entonces José Smith fue un profeta que vio a Dios el Padre y a Su Hijo Jesucristo.

“Debido a que el Libro de Mormón es verdadero, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la Iglesia del Señor en la tierra, y el santo sacerdocio de Dios ha sido restaurado para beneficio y bendición de Sus hijos”.

El presidente Monson proclamó que tener un testimonio del Libro de Mormón no es suficiente. Debe mantenerse vivo mediante la oración diaria y el estudio de las Escrituras.

Él me estaba hablando a mí. No pude recuperar el tiempo que había perdido, pero podía mirar hacia adelante — en 2017 y ahora.

Ahora que nuevamente tenemos la oportunidad de estudiar el Libro de Mormón a través de “Ven, sígueme” este año, todos tenemos la oportunidad de aceptar nuevamente los desafíos del presidente Monson y del presidente Nelson.

Podemos comenzar haciéndonos tres preguntas importantes: ¿Cómo serían nuestras vidas sin el Libro de Mormón? ¿Qué no sabríamos? ¿Qué no tendríamos?

Listas del Libro de Mormón del presidente Nelson

A continuación, se encuentran las listas del Libro de Mormón del presidente Nelson:

El Libro de Mormón es:

  • Otro Testamento de Jesucristo. Sus principales autores (Nefi, Jacob, Mormón, Moroni) y su traductor, José Smith, fueron todos ellos testigos oculares del Señor.
  • Un registro de Su ministerio entre las personas que vivieron en la antigua América.
  • Verdadero, como atestiguó el Señor mismo.

El Libro de Mormón afirma:

  • La identidad individual del Padre Celestial y de Su Hijo Amado, Jesucristo.
  • La necesidad de la caída de Adán y la sabiduría de Eva, para que los hombres tengan gozo.

El Libro de Mormón refuta las nociones de que:

  • La revelación terminó con la Biblia.
  • Los niños pequeños tienen necesidad de bautizarse.
  • La felicidad puede hallarse en la maldad.
  • La bondad individual es suficiente para la exaltación (las ordenanzas y los convenios son necesarios).
  • La caída de Adán mancilló al género humano con el “pecado original”.

El Libro de Mormón cumple con las profecías bíblicas de que:

  • “Otras ovejas” oirán Su voz.
  • Dios llevará a cabo “una obra maravillosa y un prodigio” hablando “desde el polvo”.
  • El “palo de Judá” y el “palo de José” llegarán a ser uno.
  • El Israel esparcido será recogido “en los últimos días”, y la manera en que se efectuará.
  • La tierra de la herencia del linaje de José se encuentra en el hemisferio occidental.

El Libro de Mormón aclara nociones como:

  • La existencia preterrenal.
  • La muerte. Es un componente necesario del gran plan de felicidad de Dios.
  • La existencia posterrenal, que empieza en el paraíso.
  • La resurrección del cuerpo, reunido con el espíritu, llega a ser un alma inmortal.
  • El Señor nos juzgará de acuerdo con nuestras obras y los deseos de nuestro corazón.
  • La manera correcta de efectuar las ordenanzas: por ejemplo, el bautismo, la Santa Cena y la manera de conferir el Espíritu Santo.
  • La expiación de Jesucristo.
  • La Resurrección.
  • La función importante de los ángeles.
  • La naturaleza eterna del sacerdocio.
  • La manera en que la conducta humana es más susceptible al poder de la palabra que al de la espada.

El Libro de Mormón revela información previamente desconocida:

  • Se efectuaban bautismos antes del nacimiento de Jesucristo.
  • Los antiguos pobladores de América edificaban templos y los utilizaban.
  • José, el undécimo hijo de Israel, previó la función profética de José Smith.
  • Nefi (600–592 a. C.) previó el descubrimiento y la colonización de América.
  • Se perdieron partes claras y preciosas de la Biblia.
  • Cada persona recibe la Luz de Cristo.
  • La importancia del albedrío y la necesidad de que haya una oposición en todas las cosas.
  • Advertencias acerca de las “combinaciones secretas”.

— Sarah Jane Weaver es la editora ejecutiva de Church News.

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