El hermano Bradley R. Wilcox, primer consejero de la presidencia general de los Hombres Jóvenes, recuerda una manera en que los niños ganaban dinero para gastar.
Hacían un agujero en una caja y clavaban clavos alrededor del agujero en ángulo. Luego colocaban algo brillante en el interior – “algo sin ningún valor, pero atractivo” – y en poco tiempo, un mapache curioso lo agarraba. Con la pata del mapache cerrada en un puño alrededor del objeto brillante, los clavos impedían que el mapache escapara, y los niños podían entonces capturarlo, llevarlo a una instalación para recibir un pago y el mapache era liberado fuera de la ciudad.
El hermano Wilcox notó que, para los mapaches, escapar era tan simple como soltar el objeto brillante. Pero los mapaches quedaron atrapados por su propia curiosidad y por un trozo de metal sin valor que se negaron a soltar.
“Creo que así es como la pornografía atrapa a tantas personas”, dijo el hermano Wilcox. “Atrae a la gente porque tienen curiosidad y luego, una vez que se agarran, no quieren soltarse. ... Están atrapados por algo que es brillante, algo que es atractivo, pero algo que es realmente un obsequio sin valor”.
El hermano Wilcox hizo la comparación con el mapache durante el 4° evento anual por la esperanza y la sanación de la Coalición de Utah contra la Pornografía el 11 de noviembre de 2023.
Fue uno de los dos oradores principales del evento en el Centro de Artes Escénicas M.K Cox en el campus de la Universidad Tecnológica de Utah en St. George, Utah y transmitido en vivo a participantes virtuales.
El orador principal Parker Hymas de Fight the New Drug, [lucha contra la nueva droga] una organización sin fines de lucro contra la pornografía, habló antes que el hermano Wilcox y destacó investigaciones e historias personales sobre los peligros de la pornografía.
El hermano Wilcox dijo que la pornografía es más peligrosa que algunas drogas porque es más accesible, más barata y puede consumirse de forma anónima. Al igual que los consumidores de drogas físicas, los consumidores de pornografía buscan una euforia; pero al igual que con las drogas físicas, un consumidor de pornografía se siente peor después de su euforia que antes. Esto lleva a un aumento en el uso de la pornografía a medida que buscan la euforia, y luego a comportarse de manera peligrosa, dijo.
A pesar de todo esto, hay “mucha, mucha” esperanzas para los usuarios de pornografía, dijo el hermano Wilcox. “Hay mucha esperanza”.
Superando el uso de la pornografía
El hermano Wilcox dijo que el primer paso para superar el uso de la pornografía es reconocer que es un problema. No importa lo que diga el mundo, la pornografía no es un “entretenimiento inofensivo para adultos”, una forma de educación sexual o cualquier otra cosa que la considere como no problemática.
“No es intimidad. Es la ilusión de intimidad”, dijo el hermano Wilcox. “No es educación sexual. Es una mala educación sexual, comercializada para obtener beneficios económicos. No es amor, sino lujuria. No es arte. No es más que una imitación sin valor”.
Una vez que alguien ha reconocido que la pornografía es un problema, el siguiente paso es buscar ayuda. El hermano Wilcox dijo que, si alguien se rompe el brazo, no esperará a ver a un médico hasta que se lo arregle él mismo. Del mismo modo, alguien que lucha contra la pornografía no debería esperar para comunicarse hasta haber solucionado el problema por sí mismo.
También dijo que el uso de la pornografía es a menudo el resultado de necesidades insatisfechas. El hermano Wilcox alentó a cualquiera que esté luchando contra el uso de la pornografía a satisfacer sus necesidades de manera saludable, como pasar tiempo con amigos y familiares cuando se sienta solo.
“Sus amigos no están en el ciberespacio. ... Sus amigos son los que están aquí”, dijo. “Busquen relaciones reales”.
El hermano Wilcox dijo que cualquiera que lucha contra la pornografía puede mirar hacia abajo con vergüenza y pena, puede mirar de reojo en busca de excusas y racionalizaciones, o puede mirar hacia arriba en busca de ayuda. “Les prometo que la ayuda está ahí y que la ayuda es real”.
También enfatizó que la única manera de “meter la pata” de verdad es dejar de intentarlo.
“Así que mi súplica para ustedes, ya sea que estén escuchando desde Nueva Zelanda o si están sentados aquí en St. George, es... no se rindan. Sigan intentándolo”, dijo el hermano Wilcox, y agregó: “No sean el mapache. No se dejen atrapar por algo que es brillante pero que no tiene valor. Sean fuertes. … El cielo quiere que tengan éxito”.
