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El élder Holland les habla a los alumnos de seminario del condado de Davis: ‘Permítannos bendecirlos con nuestra experiencia’

El élder Holland, el élder Christofferson, la presidenta Camille N. Johnson y el élder Clark G. Gilbert se dirigieron a aproximadamente 6200 alumnos de seminario en el condado de Davis, Utah, el miércoles, 24 de agosto

El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, habla durante un devocional de seminario en el Bountiful Regional Center en Bountiful, Utah, el miércoles, 24 de agosto de 2022. | Jeffrey D. Allred, Deseret News

BOUNTIFUL, Utah — Para Monica Schiess, de 17 años, el momento más memorable de un devocional especial de seminario el miércoles, 24 de agosto por la mañana ocurrió antes de que se pronunciara cualquier palabra.

Dijo que siempre recordará cuando ella y aproximadamente otros 2600 jóvenes se pusieron de pie con reverencia cuando varios líderes generales de la Iglesia — incluyendo dos apóstoles, la presidenta general de la Sociedad de Socorro y otras autoridades generales — ingresaron al auditorio abovedado del Bountiful Regional Center.

“Pude sentir el Espíritu con mucha fuerza sabiendo que no estaba sola amando y respetando al Salvador y Su evangelio”, dijo la estudiante de preparatoria a Church News.

El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, habla durante un devocional de seminario en el Bountiful Regional Center en Bountiful, Utah, el miércoles, 24 de agosto de 2022. | Jeffrey D. Allred, Deseret News

Refiriéndose a sí mismo y a los otros tres líderes generales de la Iglesia que hablaron durante el devocional de la mañana, el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, pidió a los alumnos de seminario “permítannos bendecirlos con nuestra experiencia”.

El élder Holland, el élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, la presidenta general de la Sociedad de Socorro, Camille N. Johnson, y el élder Clark G. Gilbert, Setenta Autoridad General y comisionado de educación de la Iglesia, ofrecieron palabras de amor y consejo durante el devocional, que se transmitió a otros 3600 alumnos de seminario en todo el condado de Davis, Utah.

“La principal ventaja que tenemos sobre ustedes esta mañana, si es que tenemos alguna, es que hemos tenido su edad y ustedes nunca han tenido la nuestra”, bromeó el élder Holland.

Los líderes experimentados de la Iglesia y los jóvenes alumnos de seminario en edad de ir a la escuela preparatoria están todos recorriendo el mismo camino, dijo. “Somos hijos e hijas de Dios como ustedes son hijos e hijas de Dios. Y, como ustedes, a menudo damos dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás. Estamos aprendiendo mientras ustedes están aprendiendo. Como hijos de nuestro Padre Celestial, todos estamos en el mismo camino, pero estamos un poco más adelante que ustedes”.

Por eso, los líderes pueden avisar cuando la curva es pronunciada o el camino es peligroso o hay un mejor lugar para correr. “Pero estamos todos juntos en esto”, dijo el élder Holland.

‘Podría haber sido’

Para comenzar sus comentarios, el élder Holland compartió una línea de un famoso poema de John Greenleaf Whittier:

“Por todas las palabras tristes de la lengua y la pluma,

las más tristes son estas, ‘¡Podría haber sido!’”

El élder Holland luego relató cómo un antiguo oponente de atletismo de la escuela preparatoria se había presentado recientemente en su oficina en la sede de la Iglesia. Los dos habían competido entre sí en las ligas menores, luego en la secundaria y la preparatoria. El élder Holland no sabía mucho sobre su vida aparte de que era un buen atleta y le había perdido la pista hasta que se presentó en la oficina del élder Holland.

“Hablamos y hablamos”, relató el élder Holland, y se enteró de la vida del hombre. Aunque el hombre había sido bautizado, nunca había sido activo en la Iglesia. Su vida familiar en casa había sido dolorosa, ciertamente no ideal.

Una vez, cuando el hombre era un joven de 16 años en la escuela secundaria, enojado y cansado del dolor que veía en los ojos de su madre y sus hermanos y hermanas pequeños, se puso su mejor par de jeans y su polo más limpia y entró tímidamente por las puertas de la Iglesia.

Otro compañero unos años mayor que él dijo: “Bueno, ¿qué te pasa? ¿Perdiste un partido anoche?

El hombre se sintió tan devastado por este intercambio cuando se había necesitado tanto valor para atravesar las puertas en primer lugar, que se fue y nunca regresó. “Se fue y su vida se volvió aún más infeliz para él en los años siguientes”.

Para cuando el élder Holland se reencontró con él, el hombre se había convertido en un fiel Santo de los Últimos Días, pero le escribió una carta al élder Holland en la que lamentaba su pasado. La carta decía: “Si fuera posible, con mucho gusto renunciaría a toda mi experiencia deportiva y todos esos elogios solo por haber sido miembro de un cuórum de diáconos. Renunciaría a cada cinta y trofeo que poseo por haber repartido la Santa Cena una sola vez o por haber tenido el privilegio de bendecirla. ¿Cómo habría sido decirles a mis nietos que había servido en una misión? Jeff, elegiste la mejor parte. Todo lo que puedo decir de mi propio camino es ‘Oh, ¿y si?’ De mi camino, todo lo que puedo decir es ‘Oh, ¿qué podría haber sido?’”

El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, habla durante un devocional de seminario en el Bountiful Regional Center en Bountiful, Utah, el miércoles, 24 de agosto de 2022. | Jeffrey D. Allred, Deseret News

Para aquellos que necesitan un testimonio del valor de los buenos amigos, de tener una experiencia de seminario, de tener una familia fuerte y de buscar ser activos en la Iglesia, el élder Holland dijo que podían mirarlo a él. “Hoy soy la ayuda visual número 1”.

El élder Holland dijo que él podría haber sido ese hombre.

“Y, sin embargo, puedo estar con ustedes hoy con todos estos recuerdos y todas estas bendiciones y todas estas promesas. Otros menos afortunados pueden haber perdido esas oportunidades, esas bendiciones y privilegios. No se los pierdan”, dijo el élder Holland a los alumnos. “Manténganse cerca de la Iglesia. Tengan buenos amigos y sean buenos amigos. Lo decimos habiendo caminado por donde ustedes caminan ahora.

“Les pido que hagan su propio camino en el mundo con la idea de que nunca tendrán que pararse frente a nadie, en cualquier momento y en cualquier lugar y llorar y decir, ‘Oh, lo que podría haber sido’... Por favor, no se lamenten por lo que podría haber sido. Sean fieles y veraces, y sepan que los amamos y que estamos juntos en esto”.

El don de la vista

Hace un año, el élder Christofferson se sometió a una cirugía de cataratas en la que se reemplazó el cristalino de su ojo, que se había endurecido y nublado, por uno artificial que era transparente. “De alguna manera se ilumina el mundo después de que te has acostumbrado a no ver las cosas con mucha claridad”, recordó el élder Christofferson.

Esta experiencia y algunas otras han llevado al apóstol a reflexionar recientemente sobre el don de la vista. Para aquellos que lo tienen, es fácil darlo por sentado. “Como la respiración, ni siquiera pensamos en ello”.

El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, habla durante un devocional de seminario en el Bountiful Regional Center en Bountiful, Utah, el miércoles, 24 de agosto de 2022. | Jeffrey D. Allred, Deseret News

Pero al hablarles a los alumnos de seminario durante el devocional del miércoles, el élder Christofferson los invitó a pensar cómo usan este don especial.

Citó el Salmo 25:15: “Mis ojos se dirigen siempre hacia Jehová”.

“Si ese es el enfoque de su vida, de su visión, cómo usan sus ojos y su vista, entonces tendrán la guía, la luz, la ayuda, la bendición que necesitan”, dijo el élder Christofferson.

Este don puede ser usado para bien o para mal. “¿Qué harán con este maravilloso don de la vista?” preguntó el élder Christofferson. “Espero que pasen mucho tiempo ocupando este maravilloso don para aprender, comprender y escudriñar las Escrituras. Espero que ejerzan la disciplina para apartar su vista, su visión, sus ojos, de lo que degrada, lo que resta valor al Espíritu, lo que oscurece en lugar de iluminar”.

El élder Christofferson habló de la experiencia del élder Holland al construir el Centro de BYU en Jerusalén (en inglés) en el Monte de los Olivos y las pruebas, la agitación y los milagros que lo precedieron. 

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Parte del acuerdo al permitir que BYU construyera el centro era que los estudiantes no harían proselitismo. Una autoridad gubernamental, que fue parte de esas negociaciones, cuando se le mostró la instalación, respondió, “Sé que sus estudiantes no van a hacer proselitismo, pero ¿qué van a hacer con la luz de sus ojos?”

“Ese es el evangelio. Ese es el espíritu. Eso es lo que ilumina sus ojos y su entendimiento”, dijo el élder Christofferson.

El apóstol rogó a los alumnos que usaran sus “hermosos ojos” y el “maravilloso don de la vista” para ver y estudiar aquellas cosas que los ennoblecerán y traerán luz adicional y que eviten cualquier cosa que reste valor u oscurezca su espíritu. “Dios los bendiga con entendimiento y con vista más allá incluso de sus habilidades normales, naturales y físicas”.

Devoción al Salvador

Mientras la presidenta Johnson conducía hacia Bountiful, las palabras de una canción del musical “Oklahoma” le vinieron a la mente: “Oh, qué hermosa mañana, oh, qué hermoso día. Tengo una hermosa sensación de que todo va a mi manera”.

“Comenzaron bien el día”, dijo la presidenta Johnson a los alumnos. “Están en el lugar correcto y han comenzado su día con devoción al Salvador Jesucristo”.

Aunque es posible que no todos los días comiencen con un devocional de un apóstol del Señor, los alumnos pueden crear un espacio todos los días para su propia devoción personal, dijo.

La presidenta Camille N. Johnson, presidenta general de la Sociedad de Socorro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, habla durante un devocional de seminario en el Bountiful Regional Center en Bountiful, Utah, el miércoles, 24 de agosto de 2022. | Jeffrey D. Allred, Deseret News

La presidenta Johnson instó a sus jóvenes oyentes a orar al Padre Celestial, pedir Su ayuda y escribir cualquier inspiración, y leer el Libro de Mormón.

Leer el Libro de Mormón “hace que el día sea hermoso y nos ayuda a estar preparados para cualquier cosa que se nos presente”, dijo.

La presidenta Johnson relató cómo su hijo Connor corrió recientemente el maratón de Deseret News (en inglés). Estaba bien preparado, pero alrededor del km 33 el día de la carrera, un oficial de tránsito no pudo guiarlo para que girara. Poco tiempo después, se dio cuenta de que no solo se había desviado de la ruta, sino que también se había perdido un puesto de socorro para reabastecerse de agua y otros alimentos.

Afortunadamente, Connor pudo llamar a un cuñado que estaba cerca y pudo consultar el mapa del curso, guiarlo de regreso a la ruta y traerle un poco de agua.

“Amigos, ¿cuál es la corrección rápida que podemos hacer si nos desviamos del rumbo?” preguntó la presidenta Johnson. “Por supuesto, es la gozosa oportunidad de arrepentirse”. 

Connor pudo llamar a alguien en quien podía confiar completamente. “Es como si llamáramos al Padre Celestial en oración en el nombre de Jesucristo”, dijo. “Ellos quieren lo mejor para nosotros. Conocen la ruta y vendrán en nuestra ayuda. Quieren ayudarnos a cruzar la línea de meta y regresar a casa con Ellos”.

La presidenta Johnson alentó a los alumnos a “hacer de cada mañana una hermosa mañana comenzando con actos privados de devoción a nuestro Padre Celestial y Jesucristo. Beban del agua viva del Salvador y si se desvían del camino, aunque sea un poco, no tarden en arrepentirte. Retomen el rumbo”.

‘No lo den por sentado’

El élder Gilbert visitó recientemente a su hijo en Boston, Massachusetts, y conoció a dos jóvenes inmigrantes nigerianos, Ikenna y Chinaza, que también eran alumnos de seminario matutino.

Ikenna y Chinaza le dijeron al élder Gilbert que tenían una clase de seminario “enorme” de 12 personas. Cuando el élder Gilbert relató que pronto le hablaría a un grupo de más de 2500 alumnos de seminario, quedaron asombrados, dijo el élder Gilbert.

Luego les preguntó a los hermanos, “¿Qué quieren que les diga?”.

El élder Clark Gilbert, Setenta Autoridad General de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, habla durante un devocional de seminario en el Bountiful Regional Center en Bountiful, Utah, el miércoles, 24 de agosto de 2022. | Jeffrey D. Allred, Deseret News

En sus comentarios a los alumnos de seminario el miércoles, el élder Gilbert compartió tres mensajes de Ikenna y Chinaza.

Primero, “no den por sentado seminario”.

El hecho de que seminario sea tan accesible puede hacer que sea fácil darlo por sentado, comentó el anciano Gilbert.

Luego compartió cómo cada uno de los jóvenes se levanta antes de las 5:00 h tres veces a la semana para viajar una hora en el autobús para llegar a su clase de seminario de las 6:00 h. Luego asisten de nuevo el sábado para recuperar un día perdido durante la semana.

“Espero que se den cuenta de la maravillosa experiencia que es asistir a seminario”, dijo el élder Gilbert.

En segundo lugar, “tomen tiempo para profundizar su testimonio. No se limiten a presentarse”.

Ya sea que se levanten temprano o tengan tiempo disponible durante el día, los alumnos de seminario deben tomarse un minuto para reflexionar sobre lo que están aprendiendo, dijo el élder Gilbert. “Realmente pregúntense: ‘¿Cómo es esto cierto? ¿Puede esto realmente afectar mi vida? ¿Puedo poner esto en práctica?’”

Tercero, para saber si la Iglesia es verdadera, hagan algo por alguien más.

El élder Gilbert dijo que alguien a quien ama le dijo, “Si quieres saber que la Iglesia es verdadera, haz algo por otra persona y te darás cuenta de que Dios está en su vida y que Él también está en la tuya”.

Luego animó a los alumnos a buscar a alguien que se sienta excluido o que esté teniendo un mal día. “Espero que busquen con ahínco una manera de involucrarse en servir a alguien más en la clase este año”.

En conclusión, el élder Gilbert testificó “que podemos acercarnos más a Jesucristo y servir a los demás a través de nuestra experiencia en seminario”.

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