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Élder Holland relata milagros que posibilitaron Centro de BYU en Jerusalén

El presidente Russell M. Nelson (izquierda) y el élder Jeffrey R. Holland observan la vista en el Centro de Jerusalén de BYU, en Jerusalén, el 14 de abril de 2018. El élder Jeffrey R. Holland habló sobre los milagros que hicieron posible la construcción d Crédito: Jeffrey D. Allred, Deseret News
El élder Jeffrey R. Holland saluda a antiguos estudiantes del Centro de Jerusalén de BYU durante el aniversario N°30 de la dedicación del Centro, el 11 de octubre de 2019, en el Auditorio del Edificio de José Smith, que se encuentra en el campus de BYU, e Crédito: Nate Edwards, BYU
El presidente Russell M. Nelson, de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (al centro), el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles (a la derecha), junto al presidente de distrito, Dennis Brimhall, caminan por el Cent Crédito: Jeffrey D. Allred, Deseret News
El presidente Russell M. Nelson, presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (izquierda) y el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, saludan al presidente de distrito, Dennis Brimhall, en el Centro de Jeru Crédito: Jeffrey D. Allred, Deseret News
Centro de Jerusalén de BYU. Crédito: Foto por John Hart
El élder Jeffrey R. Holland saluda a antiguos estudiantes del Centro de Jerusalén de BYU durante el aniversario N°30 de la dedicación del Centro, el 11 de octubre de 2019, en el Auditorio del Edificio de José Smith, que se encuentra en el campus de BYU, e Crédito: Nate Edwards, BYU
El élder Jeffrey R. Holland da un discurso durante el aniversario N°30 de la dedicación del Centro de Jerusalén de BYU, el 11 de octubre de 2019, en el Auditorio del Edificio de José Smith, que se encuentra en el campus de BYU, en Provo, Utah. Crédito: Nate Edwards, BYU
El élder Jeffrey R. Holland da un discurso durante el aniversario N°30 de la dedicación del Centro de Jerusalén de BYU, el 11 de octubre de 2019, en el Auditorio del Edificio de José Smith, que se encuentra en el campus de BYU, en Provo, Utah. Crédito: Nate Edwards, BYU
Cassidy Heaton y Chelsea Neubert, estudiantes del Centro de Jerusalén de BYU, observan la vista de la Ciudad Vieja de Jerusalén, el viernes 13 de abril de 2018. Crédito: Jeffrey D. Allred, Deseret News
Centro de Jerusalén de BYU. Crédito: Foto por John L. Hart
Centro de Jerusalén de BYU. Crédito: Cortesía de BYU
El presidente Gordon B. Hinckley y su esposa, la hermana Marjorie Hinckley, en el Centro de Jerusalén de BYU, en 1997. Crédito: John L. Hart
Centro de Jerusalén de BYU. Crédito: Mark A. Philbrick, BYU
El élder Howard W. Hunter tuvo un papel clave en el desarrollo de las instalaciones de la Iglesia en Jerusalén conocidas como el Orson Hyde Memorial Garden, y el Centro de Jerusalén para Estudios del Cercano Oriente de la Universidad Brigham Young. Cortes Crédito: Cortesía de la Biblioteca de Historia de la Iglesia
Wendy Nelson, esposa del presidente Russell M. Nelson, habla durante una reunión de mujeres de una conferencia de distrito, en el Centro de Jerusalén de BYU, en Jerusalén, el sábado 14 de abril de 2018. Crédito: Jeffrey D. Allred, Deseret News

PROVO, Utah – A las 6:45 a.m. del 14 de noviembre de 1985, el presidente Gordon B. Hinckley, presidente del Comité Ejecutivo del Consejo Directivo de BYU, recibió una llamada urgente del presidente de BYU, Jeffrey R. Holland.

El presidente Holland había recibido una serie de llamadas durante la noche debido a unos problemas en Jerusalén respecto de la construcción del Centro de Jerusalén para Estudios del Cercano Oriente de BYU. Había mucha tensión en Israel, por muchos motivos, y en ocasiones se hablaba de la guerra. 

En lo político, había un bloqueo mutuo de 60-60 entre las dos mitades de una coalición del Knéset, el parlamento israelí. Un pequeño partido político había dicho que estaba dispuesto a terminar con el bloqueo al darle sus cuatro votos del parlamento a cualquier futuro primer ministro y partido que pudiera “quitar a los mormones del Monte Scopus.”

Había pasado un año completo desde el comienzo de la construcción del Centro de Jerusalén de BYU. El presidente Holland sabía que el tan controversial centro podría ser un factor importante en el proceso de “derribar al tenue gobierno israelí.”

El presidente Holland explicó la situación al presidente Hinckley y le preguntó con desesperación: “¿Qué hacemos si somos un factor en una guerra de Israel contra sus vecinos?” El presidente Hinckley llevó el asunto a la reunión del templo que se llevaba a cabo con la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles en el Templo de Salt Lake, más tarde esa misma mañana. 

Luego de la discusión del tema, el presidente Ezra Taft Benson, el 13° presidente de la Iglesia, que no tenía fuerzas físicas en esa época, preguntó si él podía ofrecer la oración ese día. Aunque el presidente Holland no asistió a esa reunión del templo, él dijo que algunas de las autoridades generales describieron al presidente Benson “orando extensamente con crecientes fuerzas.” Hacia el final, “estaba declarando … no estaba orando, sino, más bien, testificando.”

El presidente Gordon B. Hinckley y su esposa, la hermana Marjorie Hinckley, en el Centro de Jerusalén de BYU, en 1997.
El presidente Gordon B. Hinckley y su esposa, la hermana Marjorie Hinckley, en el Centro de Jerusalén de BYU, en 1997. | Crédito: John L. Hart

El presidente Hinckley llamó al presidente Holland luego de la reunión y dijo que habían hecho todo lo posible. Debían esperar y ver qué ocurriría. 

Entonces, ocurrió un milagro. Un partido se disculpó con el otro. Se otorgó el perdón político. Rechazaron la oferta de votos decisivos y se aplacaron las tensiones en el Knéset por el momento. 

“Muchos dijeron que había ocurrido un milagro político”, recuerda el élder Holland, ahora miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles. “Yo también digo que ocurrió un milagro, pero técnicamente no fue un milagro político, y no vino de Jerusalén. No vino de Londres. No vino de Washington D. C. ni de Nueva York.”

“El milagro, esa mañana, vino desde el cuarto piso del Templo de Salt Lake, donde un profeta, vidente y revelador oró por la seguridad y protección de algo que el Señor quería que se llevara a cabo en esa tierra.”

“Fue uno de los 33 milagros, pequeños o grandes, que ocurrieron para hacer posible la construcción del Centro de Jerusalén de BYU”, dijo el élder Holland durante el aniversario N°30 de la dedicación, el 11 de octubre. En el evento, que se llevó a cabo en el campus de BYU, en Provo, Utah, estuvieron presentes antiguos alumnos y profesores del Centro de Jerusalén. 

El élder Holland resaltó las contribuciones de quienes ayudaron a adquirir los terrenos y obtener el permiso para construir el Centro de Jerusalén de BYU. También remarcó el liderazgo de los entonces élderes Howard W. Hunter y James E. Faust, quienes “dieron todo su corazón y su alma a este proyecto” bajo la dirección de la Primera Presidencia de la Iglesia.

El élder Howard W. Hunter tuvo un papel clave en el desarrollo de las instalaciones de la Iglesia en Jerusalén conocidas como el Orson Hyde Memorial Garden, y el Centro de Jerusalén para Estudios del Cercano Oriente de la Universidad Brigham Young. Cortesía de la Biblioteca de Historia de la Iglesia
El élder Howard W. Hunter tuvo un papel clave en el desarrollo de las instalaciones de la Iglesia en Jerusalén conocidas como el Orson Hyde Memorial Garden, y el Centro de Jerusalén para Estudios del Cercano Oriente de la Universidad Brigham Young. Cortesía de la Biblioteca de Historia de la Iglesia | Crédito: Cortesía de la Biblioteca de Historia de la Iglesia

Al explicar algunos de los momentos cruciales en la historia del Centro de Jerusalén de BYU, el élder Holland comenzó contando sobre la visita del presidente Harold B. Lee a Jerusalén, en septiembre de 1972 — la primera visita a la Tierra Santa en 2,000 años por parte de un profeta. 

Luego, habló sobre el mandato del presidente N. Eldon Tanner en 1979, de adquirir lo que parecía ser una propiedad imposible en el Monte Scopus — la ubicación del actual Centro de Jerusalén de BYU, con vistas al Monte de los Olivos, el Valle de Cedrón y la Ciudad Vieja. Élder Jeffrey R. Holland

Aunque la Iglesia tuvo éxito al adquirir la tierra y un permiso de construcción, “se nos presentó cada posible oponente en contra del proyecto” a lo largo de los siguientes años, dijo el élder Holland. 

Una de esas batallas ocurrió cuando el gobierno israelí requirió que firmáramos un acuerdo de no proselitismo para continuar la construcción. Durante una reunión especial el 31 de julio de 1985, la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles se sentaron en consejo para deliberar sobre cómo avanzar. Uno de los hermanos leyó Mormón 3:16, señalando que a los profetas antiguos también se les había prohibido predicar el evangelio y preguntando si la Iglesia estaba dispuesta nuevamente a “ser testigo pasivo” en Jerusalén.

“Pareció ser un mensaje del mismísimo cielo”, dijo el élder Holland, y las autoridades generales firmaron el acuerdo. Todos los estudiantes, visitantes y miembros locales han cumplido fielmente las restricciones de no proselitismo durante más de 30 años.

Cassidy Heaton y Chelsea Neubert, estudiantes del Centro de Jerusalén de BYU, observan la vista de la Ciudad Vieja de Jerusalén, el viernes 13 de abril de 2018.
Cassidy Heaton y Chelsea Neubert, estudiantes del Centro de Jerusalén de BYU, observan la vista de la Ciudad Vieja de Jerusalén, el viernes 13 de abril de 2018. | Crédito: Jeffrey D. Allred, Deseret News

Luego de aquella reunión, el presidente Holland y su esposa, Patricia, viajaron a Jerusalén a entregar el acuerdo. En el aeropuerto, se encontraron con varios cientos de estudiantes de la Yeshivá que gritaban y protestaban. Llevaban carteles que decían “Jeff, vete a casa” y “Jeffrey, deja la obra misional antes de que tomemos represalias.” (Durante años algunas de las autoridades generales en Salt Lake City molestaron al élder Holland con bromas sobre cómo él es lo suficientemente amistoso para que sus oponentes lo llamen por su primer nombre).

Este encuentro disparó una campaña de solicitudes de entrevistas las 24 horas con los medios de comunicación de Israel, Europa, los Estados Unidos y otros lugares. A la luz de la extensa cobertura internacional de esta visita pacífica a Jerusalén, el élder Holland dijo que trabajó sin parar para “dar vuelta la situación” y dejar claro que ni la Iglesia ni la universidad estaban construyendo un centro misional. 

En 1986, el gobierno israelí determinó que BYU tenía el derecho legal de construir el centro y la construcción continuó. El élder Howard W. Hunter, quien luego se convertiría en el 14° presidente de la Iglesia, dedicó el Centro de Jerusalén de BYU el 16 de mayo de 1989.

Al final de su discurso, el élder Holland enfatizó cuatro de las muchas lecciones que aprendió de los milagros del Centro de Jerusalén de BYU. “No uso la palabra “milagro” a la ligera”, dijo él.

Centro de Jerusalén de BYU.
Centro de Jerusalén de BYU. | Crédito: Foto por John L. Hart
  1. El Señor puede hacer Su propia obra. “A Él le gustaría que ayudáramos. Muchas veces necesita que lo ayudemos. Pero testifico, en este caso y en muchos otros, que el Señor puede hacer Su propia obra. Él ejecutó Su propia obra aquí.”
  2. Hubo personas en el lugar indicado y en el momento indicado que ayudaron a llevar a cabo este gran milagro. “Cuando pienso en el Centro de Jerusalén, no pienso en los vidrios, o la madera de teca, ni la piedra. Pienso en las personas, de entonces y de ahora, de allí y de aquí, que a través de su fe y buenas obras permiten que las cosas sucedan. Eso es lo que pienso cuando considero ese lugar especial.”
  3. En la obra del Señor, avancen con valor. “Cuando comiencen algo en la gran causa del reino, no paren voluntariamente … En agosto de 1984, estábamos trasladando tierra, pero estábamos actuando puramente por fe, porque todavía no teníamos la completa autorización para hacerlo. Si no hubiéramos comenzado con fe y persistido a medida que orábamos, no tendríamos ese centro hoy en día.
  4. Todo el potencial del Centro de Jerusalén de BYU está todavía sin explotar.” “No sé qué significará para la generación después de nosotros, o qué propósitos futuros tendrá el Señor para él, pero espero que los estudiantes de todo el mundo puedan ser bendecidos por ese centro. Mi testimonio para ustedes es que el Señor quería que ese centro se construyera y lo tiene allí preparado para grandes propósitos que ahora apenas podemos ver.”

Elisa Seely, que estudió en el Centro de Jerusalén de BYU en el otoño de 1996, asistió al evento del aniversario N°30 en Provo, el 11 de octubre. Como estudiante en Jerusalén, ella no se dio cuenta de todo lo que implicó la construcción del centro.

El élder Jeffrey R. Holland saluda a antiguos estudiantes del Centro de Jerusalén de BYU durante el aniversario N°30 de la dedicación del Centro, el 11 de octubre de 2019, en el Auditorio del Edificio de José Smith, que se encuentra en el campus de BYU, en Provo, Utah.
El élder Jeffrey R. Holland saluda a antiguos estudiantes del Centro de Jerusalén de BYU durante el aniversario N°30 de la dedicación del Centro, el 11 de octubre de 2019, en el Auditorio del Edificio de José Smith, que se encuentra en el campus de BYU, en Provo, Utah. | Crédito: Nate Edwards, BYU

“El Centro de Jerusalén de BYU es un milagro moderno en una tierra de tantos milagros, que incluyen al Salvador, Su nacimiento, Su Expiación, y el tener este hermoso edificio”, dijo Seely. “Es suelo sagrado.”

El hermano menor de Seely, Riley Cooney, estudió en el Centro de Jerusalén de BYU en el invierno de 2014. Cooney dijo que parte del mensaje del élder Holland que más le tocó el corazón fue el potencial del Centro de Jerusalén. 

“Cuando me fui (de Jerusalén), quería que todos los que conocía asistieran y tuvieran esa experiencia. Quiero que otros, que no nacieron en Estados Unidos o no pudieron ir a una universidad de la Iglesia, tengan esa experiencia. Cuando tenga hijos, me encantaría que vayan allí con personas de otros países.”

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