CIUDAD DE MÉXICO — Rodeado de brillantes luces navideñas y adornos navideños dorados y rojos en el Centro de Capacitación Misional de la Iglesia en la Ciudad de México, el presidente M. Russell Ballard testificó sobre el “privilegio de declarar al mundo que Jesucristo es el Salvador y el redentor de toda la humanidad”.
“Espero que estudien Su vida. Espero que mediten al leer Sus enseñanzas”, dijo a los misioneros el viernes, 9 de diciembre. “Que el Señor los bendiga para que lleguen a sentir una relación, una relación espiritual especial, con el Salvador del mundo”.
La reunión fue la primera que tuvo lugar durante un ajetreado fin de semana ministerial para el presidente Ballard, presidente en funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles. Acompañado por el élder Gary E. Stevenson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, el presidente Ballard también tenía programado participar en la capacitación de líderes y reuniones de miembros en la Ciudad de México, la ciudad más grande de Norteamérica.
Maniobrar el tráfico en el área metropolitana poblada por 22 millones de personas es una lección de humildad, dijo el presidente Ballard. “Mires donde mires hay gente. ¿Quiénes son? Son hijos e hijas de Dios”.
Sostenido en el Primer Cuórum de los Setenta en 1976 y luego como apóstol en 1985, el presidente Ballard es la autoridad general con más años de servicio en la Iglesia.
“No sé de nada en mi ministerio que haya disfrutado más durante estos casi 47 años que estar con los misioneros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y mirarlos a la cara”, dijo el líder de la Iglesia de 94 años.
Después de inspeccionar el campus de 36 hectáreas de la Iglesia, el que antes fuera la escuela secundaria Benemérito de las Américas, el presidente Ballard les dijo a los misioneros que están en el “peldaño” de la mayor experiencia que tendrán en su vida: “ser un discípulo del Señor Jesucristo”.
El impacto de una misión
El presidente Ballard sirvió una misión en las Islas Británicas en 1948, pocos años después del final de la Segunda Guerra Mundial. Allí, en Speaker’s Corner en Hyde Park en Londres, el primer día de su misión, el presidente Ballard ofreció un discurso de 90 segundos. “Fue un desastre”. Esa noche se arrodilló en oración y prometió al Señor no volver a desperdiciar otra oportunidad de testificar del Salvador.
“Ustedes tienen la autoridad y el poder de Dios para enseñar a los hijos de nuestro Padre”, les dijo a los misioneros.
Hablando del Evangelio restaurado de Jesucristo, el presidente Ballard agregó que “lo que sabemos y lo que tenemos” es la mayor de todas las bendiciones.
“Su mensaje, y mi mensaje, es el mensaje más glorioso que alguien podría recibir en este momento”, dijo él. “Creo que estamos en un día y tiempo en que nuestros misioneros… deben ser un poco más audaces. Creo que deben estar un poco más dispuestos a hablar con la gente, donde sea que la encuentren”.
La obra misional, dijo el presidente Ballard, es eterna. Al compartir el evangelio de Jesucristo, “están poniendo a las personas en el camino hacia la vida eterna”, dijo.
“En este centro de capacitación misional los estamos preparando para sus misiones, dondequiera que vayan a ser esparcidos en el mundo, para que puedan hacer cosas grandes y maravillosas al enseñar, testificar, bautizar y confirmar a más y más hijos de nuestro Padre Celestial en la única Iglesia verdadera y viviente sobre la faz de la tierra — La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”.
Caja de herramientas misional
El élder Stevenson también habló del servicio misional. Compartió una fotografía de sí mismo recibiendo un llamamiento para servir en Japón en 1974, casi al mismo tiempo que el presidente Ballard comenzó su servicio como presidente de la Misión Toronto Ontario de la Iglesia.
También compartió una fotografía tomada dos años después cuando salía de la última área de su misión. “He tenido la oportunidad de recordar ahora mi experiencia en la misión”, dijo él. “Y no sé si pasa un día sin que tenga algún pensamiento, algún sentimiento, alguna reflexión sobre mis dos años de servicio como joven misionero”.
El élder Stevenson, que sirve en el Consejo Ejecutivo Misional de la Iglesia, habló a los misioneros sobre el uso del juego de herramientas misionales: las Escrituras, “Predicad mi Evangelio” y el librito que contiene las normas misionales. “Escudriñamos diligentemente las Escrituras para comprender la verdad”, dijo él. “Nos deleitamos con ellas porque abren la puerta a la revelación y nos muestran lo que debemos hacer y llegar a ser”.
El presidente Ballard fue “el arquitecto” de “Predicad Mi Evangelio”, presentado al mundo en el seminario de liderazgo misional de la Iglesia en 2004, el año en que el élder Stevenson y su esposa comenzaron su servicio como líderes de misión en Japón. Las enseñanzas de “Predicad Mi Evangelio” son “esenciales” y bendecirán a los misioneros todos los días de su vida, dijo el élder Stevenson.
Y “cada vez que son obedientes a las reglas y pautas que encuentran en su manual, reciben una bendición”.
El élder Stevenson concluyó sus comentarios con su testimonio de “Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor, el hijo del Dios viviente.
“Doy testimonio de que Él vive, que Su nacimiento, Su ministerio, el sufrimiento en el jardín, el sufrimiento en la cruz y Su gloriosa resurrección, todos juntos constituyen el mayor regalo que nuestro amoroso Padre Celestial podría darnos”.
El élder Sean Douglas, que participó con su esposa, la hermana Ann Douglas, dirigió la reunión y compartió unas breves palabras. “Este es un día en el que recibirán muchas respuestas a las oraciones”, les dijo él a los misioneros. “Abran sus oídos para que puedan oír y sus corazones para que puedan sentir”.
Respuesta de los misioneros
En preparación para la reunión, el élder Gonzalo Plácido de Huánuco, Perú, estudió las Escrituras y su bendición patriarcal, que le aconseja concentrarse en las palabras de los profetas y apóstoles. Tomó tres páginas de notas mientras escuchaba sus discursos.
Las palabras del presidente Ballard y del élder Stevenson no fueron una mera casualidad, dijo él. “Las recordaré toda mi vida”.
Mientras la hermana Analyse Porter de Clearfield, Utah, escuchaba el devocional, sintió la importancia de su servicio como misionera. “Este es nuestro trabajo”, dijo. “Nuestro tiempo es ahora. … Nuestra misión es eterna”.
El élder Javier Bellón de Guadalajara, México, dijo que recibir enseñanzas de dos apóstoles lo hizo sentir especial.
Tal como prometió el élder Douglas, él recibió las respuestas a sus preguntas. “Hoy me sentí tan feliz”, dijo. “Sentí que la reunión era solo para mí”.
La hermana Janeth Pérez, la primera misionera de servicio de la Iglesia oriunda de México, trabaja en el centro de recepción del Centro de Capacitación Misional y encontró una gran paz en la reunión. “Ser misionera es una bendición y un privilegio”, dijo.
Benemérito de las Américas
El élder Trey Bennett de Santaquin, Utah, dijo que era importante que la reunión se llevara a cabo en el Centro de Capacitación Misional de México, “un lugar muy sagrado. Es un lugar donde se puede sentir el amor de Dios”.
Alguna vez fue la escuela secundaria Benemérito de las Américas, donde se educaron generaciones de líderes en México, luego el campus se convirtió en el CCM para responder al aumento histórico en el número de misioneros Santos de los Últimos Días después de que la Iglesia redujera la edad de servicio para los élderes y las hermanas.
Hoy el centro de capacitación no solo prepara a élderes, hermanas y matrimonios que servirán en México, sino también en otros países de Norte, Centro y Sudamérica.
La hermana Marcela Taylor Pratt Sánchez se graduó del Benemérito en 1978 y ahora sirve en el campus con su esposo, el élder Nicolás Sánchez, como especialistas del CCM. Su servicio “es como conectarme con mi historia, con mis raíces”, dijo. “Es muy significativo”.
El padre de la hermana Sánchez, Daniel Taylor Pierce, en ese entonces superintendente de las escuelas de la Iglesia en México, y su abuelo, Harvey H. Taylor, en ese entonces presidente de la Misión del Norte de México, fueron fundamentales para ayudar a la Iglesia a comprar la propiedad para la escuela.
Y el sitio será aún más sagrado.
Durante abril de 2022, el presidente Russell M. Nelson anunció planes para construir un templo en los terrenos. Antes de dejar el CCM, el presidente Ballard y el élder Stevenson visitaron el sitio del futuro templo y caminaron por el pintoresco lugar.
Este lugar, dijo la hermana Sánchez, “está muy cerca de mi corazón. Estar aquí es un pequeño milagro”.
