A pesar de no tener perspectivas universitarias prometedoras como graduado de la escuela secundaria, el élder Peter M. Johnson, Setenta Autoridad General, recibió una beca parcial para jugar baloncesto en BYU-Hawái.
Unas semanas antes de que comenzaran las clases, se reunió con un consejero académico para inscribirse en las clases. El consejero le informó al élder Johnson, que en ese entonces era musulmán, que necesitaba tomar una clase de religión. Con el deseo de comprender mejor la vida y el ministerio de Jesucristo, se inscribió en una clase del Nuevo Testamento.
El consejero también le dijo que, debido a sus calificaciones académicas de la escuela secundaria, lo colocaría en un período de prueba académica y perdería su beca deportiva si no lograba al menos un GPA [promedio de calificaciones] de 3.0 en cada uno de los dos primeros semestres.
Hablando durante un devocional en el campus de la Universidad Brigham Young el martes, 15 de noviembre, el élder Johnson contó el resto de la historia: “Obtuve el GPA necesario, jugué baloncesto en la División I de la NCAA [Asociación Nacional de Atletas Universitarios], obtuve un doctorado de la Universidad Arizona State, terminé mi carrera profesional como CPA [Contador público certificado] y como profesor asociado de contabilidad en la Universidad de Alabama.
“Con amor y fe en Jesucristo, determinación, trabajo duro y mucha ayuda, se puede lograr mucho bien”.
A partir de esta y otras experiencias, el élder Johnson dijo: “Me he dado cuenta de que cuando venimos a Cristo, Él sigue un modelo de instrucción para brindarnos inspiración y fortaleza espiritual. Él enseña verdades eternas, extiende invitaciones a actuar y promete bendiciones a quienes actúen con fe para cumplir Sus invitaciones”.
La expiación de Cristo, invitación y bendiciones prometidas
El élder Johnson enseñó la verdad eterna de la expiación de Jesucristo: que, a través de Él y Su sacrificio, muerte y resurrección, todos pueden encontrar la verdadera felicidad y disfrutar de la vida en mayor abundancia mientras se preparan para la vida eterna con Dios.
Luego él compartió la invitación del Salvador y prometió bendiciones: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí; que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y ligera mi carga” (Mateo 11:28-30).
“¿Reconocemos Su invitación?” preguntó el élder Johnson. “¿Reconocemos el poder que podemos tener de Sus bendiciones prometidas? Cristo nos invita a venir a Él con la promesa de que Él nos dará descanso”. El presidente Russell M. Nelson, en su discurso de la conferencia general de octubre de 2022, definió el “descanso” como alivio y paz.
El élder Johnson ofreció tres maneras de venir más plenamente a Cristo y recibir Su descanso.
1. Reciban Sus ordenanzas y hagan y guarden convenios con Él
El presidente Nelson enseñó: “Cada persona que hace convenios en las pilas bautismales y en los templos, y los guarda, tiene mayor acceso al poder de Jesucristo. ¡Por favor, reflexionen sobre esa impactante verdad! La recompensa por guardar los convenios con Dios es el poder celestial, poder que nos fortalece para resistir mejor nuestras pruebas, tentaciones y angustias”.
En enero de 2013, el élder Johnson fue llamado a servir como el primer presidente de estaca afroamericano en Alabama. En una de sus primeras visitas a una congregación de la estaca, se reunió con un hombre que le entregó su recomendación para el templo. Este hombre le explicó que se sentía indigno de adorar en el templo porque no podía sostener a una persona de color sirviendo como presidente de estaca. También tenía un problema con el hecho de que élder Johnson estuviera casado con una persona que no era de su raza.
“Respondí devolviéndole a este hermano su recomendación para el templo y le dije que, sí tenía un problema conmigo debido a mi raza y mi matrimonio, entonces necesitaba adorar a Dios en la casa del Señor más, no menos”, dijo el élder Johnson.
Adorar en el templo, dijo el élder Johnson, “puede ayudarnos a ver más allá de nosotros mismos, de nuestros vecindarios y naciones. Al comprender verdaderamente las ordenanzas y los convenios del templo, llegamos a reconocer que el Señor ama la diversidad”.
Reconociendo que este hombre era humilde y tenía el deseo de cambiar, el élder Johnson le dijo que estaba dispuesto a ayudarlo a superar su problema. Dos meses después, el élder Johnson y su esposa, la hermana Stephanie Johnson, cenaron con este hombre y su familia. Una amistad se desarrolló durante los siguientes cinco años.
“Cuando me relevaron como su presidente de estaca, nos abrazamos con tal sentimiento de amor y hermandad, ya que ambos llegamos a comprender el poder espiritual que se recibe de las ordenanzas del sacerdocio y al guardar los convenios con el Padre y Su Hijo”, dijo el élder Johnson.
2. Conviértanse en estudiantes dedicados
El presidente Nelson ha invitado a todos a: “Aplíquense de lleno a las Escrituras para comprender mejor la misión y el ministerio de Cristo. Conozcan la doctrina de Cristo para que comprendan el poder que ella tiene para su vida. Interioricen la verdad de que la expiación de Jesucristo se aplica a ustedes. … Cuanto más aprendan acerca del Salvador, más fácil será confiar en Su misericordia, Su amor infinito y Su poder fortalecedor, sanador y redentor”.
El élder Johnson dijo que uno puede convertirse en un aprendiz comprometido al estudiar las Escrituras, especialmente el Libro de Mormón.
Dando testimonio del poder del Libro de Mormón, el presidente Nelson dijo en su discurso de la conferencia general de octubre de 2017: “Las verdades del Libro de Mormón tienen el poder para sanar, reconfortar, restaurar, socorrer, fortalecer, consolar
y animar nuestra alma. … Les prometo que, si cada día estudian el Libro de Mormón con espíritu de oración, cada día tomarán mejores decisiones”.
3. Ministrar al uno
A medida que uno aumenta el deseo de amar a Dios al guardar Sus mandamientos, Él profundizará su capacidad de amar al prójimo y a sí mismo, dijo el élder Johnson. El amor a Dios debe ser “el principal motivador” cuando se busca ministrar a uno.
“Con amor, compartimos nuestro tiempo, experiencias, recursos y nuestras vulnerabilidades mientras nos nutrimos y ayudamos unos a otros. Compartir vulnerabilidades genera unidad. Ninguno de nosotros es inmune a los desafíos, las pruebas, las debilidades, las angustias y las decepciones de la vida. … Podemos invitar a aquellos que amamos a sentir lo que sentimos y a saber lo que sabemos a través del Espíritu Santo”, dijo él.
El élder Johnson concluyó con una súplica sincera: “Amigos míos, veámonos unos a otros como el Salvador nos ve”.
Él aseguró a los estudiantes de BYU que Cristo conoce sus incertidumbres, dudas y preocupaciones; Él sabe de los que se sienten marginados y maltratados, de los que luchan con problemas emocionales y diversas formas de adicción, de los que se sienten abrumados y agotados.
“Para todos, Su invitación a actuar y Sus bendiciones prometidas son únicas y amorosamente íntimas y dirigidas específicamente a ustedes y transmiten la misma verdad poderosa y eterna”, dijo el élder Johnson, citando nuevamente Mateo 11:28-30.
El Salvador declaró: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad; Yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).
“Los dejo con mi testimonio de que las palabras del Cristo Viviente son verdaderas. Venid a Él, tened buen ánimo. Él ha vencido al mundo y con Él ustedes también pueden hacerlo”.
