Después de los vientos del tifón Mawar en Guam, la hermana Cyndi Burtenshaw ha visto a personas que se ayudan generosamente entre sí mientras trabajan juntas para limpiar después de que la enorme tormenta descargara lluvias sobre la isla del Pacífico, destrozara árboles, dejara sin suministro los servicios públicos y, en algunos lugares, arrancara los tejados de las casas.
El tifón Mawar azotó Guam el miércoles, 24 de mayo y no se reportaron víctimas mortales, según informes noticiosos. Era una tormenta de categoría 4 cuando tocó tierra y fue el tifón más fuerte en azotar el territorio estadounidense desde 2002, según Associated Press (en inglés).
La tormenta cortó el suministro eléctrico, incluyendo el Internet, y el agua en la mayor parte de la isla del Pacífico, y hay varios focos donde se ha reestablecido, dijo la hermana Burtenshaw. Muchos de los que tienen electricidad y agua han estado compartiendo con los que no la tienen.
“La gente ha sido generosa”, dijo la hermana Burtenshaw. Ella y su esposo, el élder Kim Burtenshaw, son misioneros mayores de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días de Monticello, Utah, y sirven como misioneros de comunicaciones en Guam.
Los miembros y misioneros han comenzado a ayudar a limpiar árboles y ramas caídos y ayudarse unos a otros a limpiar después de que el viento arrastrara la lluvia hasta las casas.
“El viento era tan fuerte que arrancó la corteza de los árboles”, dijo.
La hermana Burtenshaw calcula que sacaron unos 227 litros de agua en su propio apartamento. Muchas tiendas todavía están cerradas y los Burtenshaw han oído que hay largas filas para comprar combustible.
A pesar de las dificultades, han visto muchas bendiciones.
“Realmente ha sido milagroso que no fuera tan malo como podría haber sido”, dijo.
Hay más de 2500 miembros de la Iglesia en Guam en cinco congregaciones. El Templo Yigo, Guam se dedicó el 22 de mayo de 2022.
El tifón Mawar sigue siendo una tormenta activa. Pasó por Taiwán el martes, 30 de mayo, con vientos sostenidos de 155 km/h y ráfagas de hasta 190 km/h, lo que generó olas altas que se estrellaron en la costa este de la isla, informó Associated Press (en inglés).
En Filipinas, las autoridades dijeron que se esperaba que continuaran las fuertes lluvias en el norte del país hasta al menos el jueves, 1 de junio, y advirtieron sobre inundaciones, posibles deslizamientos de tierra y vientos huracanados.
Para el jueves, 1 de junio se degradó a una tormenta tropical con velocidades de viento de hasta 108 kilómetros mientras se dirigía hacia el archipiélago de Okinawa, en el sur de Japón, informó Associated Press (en inglés).