Un campo de yuca (mandioca) es una de las varias maneras en que la colaboración entre la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA, por sus siglas en inglés) está ayudando a los aldeanos de Fiyi a ser más autosuficientes, según la Sala de Prensa de la Iglesia en el Pacífico.
La yuca es un alimento básico importante en la dieta de muchas aldeas de Fiyi. La harina de yuca, hecha de la raíz tuberosa de una planta de yuca, no contiene gluten, es menos propensa a los insectos y se puede cultivar en las granjas para que los aldeanos no tengan que comprar harina de trigo.
La Iglesia y ADRA proporcionaron semillas e implementos agrícolas para sembrar y cosechar diferentes vegetales y plantas, incluidas diversas variedades de yuca. Luego facilitaron clases sobre cómo comprender los métodos orgánicos, cómo cuidar los cultivos y cómo cosechar, secar y moler la yuca para hacer harina.
En un video publicado en la cuenta de YouTube del Área Pacífico de la Iglesia, Aseri Bui muestra cómo ella y otros aldeanos de Fiyi pelaron el tubérculo de yuca, lo secaron y lo molieron hasta convertirlo en harina para usar en un pastel de plátano. Las habilidades que han aprendido tienen un gran impacto, dijo Bui.
“La mayoría de las familias aquí no tienen empleo, pero son agricultores. … Este tipo de cosas nos ayudan a comer y plantar vegetales. Realmente nos ha ayudado mucho”, dijo.
Los “campos de demostración”, como el campo de yuca, se utilizaron para brindar capacitación práctica a las personas en la producción de una variedad de vegetales, y así ampliar su dieta y nutrición.
Luego se animó a los aldeanos a tomar lo que aprendieron y cultivar su propio jardín en casa. Con paquetes donados de semillas, herramientas y su nueva instrucción agronómica, las familias cultivan una variedad de vegetales en sus propios jardines, como tomates, berenjenas, pepinos, pimientos, judías verdes y más.
La esperanza es que las familias se vuelvan lo suficientemente competentes para iniciar pequeños negocios vendiendo excedentes y harina de yuca. Se estima que el proyecto impactará a más de 250 familias del pueblo.