Kevin Young pasó por dificultades en numerosos trabajos de baloncesto mal pagados y al mismo tiempo trabajó en varias actividades secundarias para cubrir los gastos del mes antes de creer que finalmente se había establecido como entrenador en la liga de desarrollo de la NBA en 2011.
Pero el equipo de Young estaba teniendo un mal rendimiento y él tenía un mal presentimiento. Efectivamente, Iowa Energy lo despidió cuando su esposa estaba embarazada de cinco meses de su primer hijo, lo que marcó un punto bajo en su carrera como director técnico.
Más tarde ese año, Young consiguió otro trabajo como director técnico en Delaware. Llegó antes que su familia y dos amables misioneros Santos de los Últimos Días lo ayudaron a llevar sus pertenencias a un maloliente apartamento en el tercer piso. Sabía que a su esposa, Melissa, no le gustaría y, efectivamente, estaba en Nebraska en un viaje por carretera cuando ella lo llamó llorando.
Afortunadamente, las circunstancias finalmente mejoraron.
“Mudarnos a Delaware realmente fortaleció nuestro matrimonio”, dijo Young, quien agregó que el trabajo también fue fundamental en su carrera profesional. “Esta es una larga historia, porque tiene muchos tentáculos, pero ese [despido] en Iowa fue un momento crucial para nosotros”.
Esas dos experiencias memorables estuvieron entre muchas de las que Young habló como parte de su trayectoria como director técnico que finalmente lo llevó a la NBA, donde se convirtió en el asistente mejor pagado de la liga, entrenó en las finales de la NBA y en un partido All-Star.
En un momento en que algunos predijeron que pronto le ofrecerían un puesto de director técnico de la NBA, Young decidió dejar su trabajo como director técnico asociado de los Phoenix Suns para convertirse en el nuevo director técnico de baloncesto masculino en la Universidad Brigham Young. Él siente que eso es lo que el Señor quiere para él y su familia.
“Se nos han presentado muchas cosas en las que hemos tenido que confiar simplemente en el tiempo del Señor para nuestra familia”, dijo Young. “En realidad, nunca nos ha defraudado. Honestamente, así fue como sucedió esto”.
Kevin y Melissa Young, miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, reflexionaron sobre las experiencias de fe que los guiaron hasta BYU en un extenso artículo de Deseret News del 22 de abril.
“Podemos renunciar a la NBA”, le dijo Melissa Young a su esposo cuando estaba considerando la oferta de BYU. “Podemos renunciar a la diversión y a lo atractivo — es genial, divertido y emocionante — pero podemos renunciar a ello por nuestra familia. Estamos destinados a estar en BYU, por la razón que sea, y debemos asumir ese papel. Debemos tener fe en que podemos estar a la altura de las circunstancias y hacer lo que sea necesario, y tenemos que hacerlo”.
Lea el artículo completo en Deseret.com (en inglés).
