LAHAINA, Hawái — De pie en la playa Hanakaoo, Unaloto Taukeiaho no miró los restos carbonizados y quemados de su ciudad, que se encuentra más allá del agua. Miró los rostros de sus queridos amigos y vecinos —queridos miembros de la Estaca Kahului Hawái Oeste de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, donde recientemente sirvió como presidente de estaca.
Cuando se reunieron el viernes 18 de agosto, todos tenían una historia que contar sobre dónde se encontraban cuando los incendios forestales se descontrolaron avivados por el viento, cómo escaparon y cómo han estado desde entonces.
Taukeiaho no pudo hablar sin que una fuerte emoción se apoderara de él cuando mencionó las grandes pérdidas que el incendio de Lahaina ocasionó. Cinco miembros de la Iglesia fallecieron, entre ellos, cuatro miembros de la misma familia —no solo eran vecinos de Taukeiaho, sino también amigos suyos. El condado de Maui aún no ha dado a conocer sus nombres oficialmente.
Ochenta miembros del Barrio Lahaina 1 perdieron sus hogares, incluso, Taukeiaho. Él pudo regresar y ver, brevemente, el lugar donde una vez estuvo su casa.
Lo más doloroso, dijo, no fue perder las cosas materiales, sino los recuerdos de su familia en su hogar.
Muchas cosas en su casa le fortalecían la fe —como el lugar donde se arrodillaban para orar; la habitación donde daba las bendiciones a sus hijos antes de comenzar cada año escolar; la foto del templo, la foto del Profeta; una estatua de Jesucristo; la mesa donde estudiaban “Ven, sígueme”.
“Eso ya no está ahí”, dijo con lágrimas en los ojos.
Mientras estaban en la playa juntos, Taukeiaho y otros miembros de la estaca recobraron fuerzas con la visita del élder Mark A. Bragg un Setenta Autoridad General y presidente del Área Norteamérica Oeste, que vino a Maui para dar consuelo a los santos y ver la devastación con sus propios ojos.
“Bendecir a los necesitados, llorar con los que lloran —esas son las cosas que debemos hacer”, dijo el élder Bragg al grupo. “La respuesta a todas las preguntas que nos desconciertan puede encontrarse en el amoroso plan de un amoroso Padre Celestial. Aún en la devastación hay vida, hay amor”.
El amor del Profeta
El élder Bragg; el élder Voi R. Taeoalii, un Setenta de Área en Hawái; y el presidente de la Estaca Kahului Hawái Oeste, Benjamin J. Hanks hicieron varias visitas de ministración a los miembros de la Iglesia el viernes —primero fueron a donde la familia Taukeiaho se aloja de forma temporal en Wailea, a unos 45 kilómetros (28 millas) hacia el sur a lo largo de la costa desde Lahaina.
Después, el élder Bragg se reunió con los miembros desplazados del Barrio Lahaina 2 en la sala de conferencias de un hotel. Este barrio es una congregación de habla tongana y los Santos cantaban himnos en tongano cuando llegaron los líderes de la Iglesia.
El élder Bragg le dijo a cada grupo con el cual reunió, que le traía el amor del presidente Russell M. Nelson. Además, les dijo a los Santos de los Últimos Días que los miembros de la Primera Presidencia y del Cuórum de los Doce Apóstoles oraban por ellos constantemente.
“Nuestros corazones les acompañan, y los miembros de todo el mundo están orando por ustedes”, dijo.
El mensaje del Élder Bragg inspiró a Lillian Catuga. Ella y su esposo salieron de su casa nada más que con la ropa que tenían puesta y, además, pasaron 18 horas de angustia, ya que no había servicio de teléfono móvil y no sabían dónde estaba su hija; finalmente pudieron comunicarse con ella. Su casa se incendió.
“A medida que nos encontramos con la gente, cada uno tiene una historia diferente que contar —historias increíbles de supervivencia e historias de pérdidas desgarradoras”, ella señaló.
Catugal conocía a las personas fallecidas. “Ahora mismo, [esto] es lo más difícil de superar y saber por lo que están pasando sus familias”.
La reunión en el hotel conmovió al élder Bragg de un modo que no esperaba. “Su resistencia, su espiritualidad, su fe, su esperanza —cada uno de ellos [ha sido desplazado de sus hogares] y, sin embargo, también había gozo en esa reunión”.
Durante las reuniones con los miembros, el élder Bragg les preguntaba sobre sus familias y les dijo que no les habían olvidado.
“Esto no podría tener sentido si solamente lo miráramos desde este ángulo, en este día”, dijo. “Tenemos que centrarnos en Cristo y en Su Expiación infinita, y después todo se entrelaza con el plan de felicidad. Incluso algo tan devastador nos ayudará de alguna manera”.
El élder Bragg también fue a ver los dos centros de reunión de Lahaina, los cuales sufrieron daños a causa del fuego, pero no se incendiaron.
‘La ayuda está ahí’
En los días que siguieron a los incendios, los miembros de la Iglesia de la isla organizaron varias campañas de ayuda, conduciendo muchos kilómetros para socorrer a quien lo necesitara.
Los centros de estaca de Maui recibieron a cientos de personas. En cuestión de horas los miembros de la Estaca Kahului Hawái transformaron el salón de actividades en un refugio. Rápidamente se pusieron divisiones para dar privacidad a las familias y a las personas solas. Se reunieron y se organizaron colchones, sábanas, toallas, ropa, alimentos, agua, artículos de higiene personal y otros recursos.
Tehani Kama, la presidenta de las Mujeres Jóvenes de la estaca, pasó muchas horas como voluntaria en el refugio la semana pasada.
“Sabemos que cuando hacemos un llamado, la ayuda está ahí. Todos están dispuestos a ayudar, a servir —solo porque saben que hay sufrimiento”, dijo.
El edificio se convirtió en un punto de entrega de donaciones y en el lugar central donde la gente se podía poner en contacto con otros servicios comunitarios y gubernamentales. Como a finales de la semana la respuesta del gobierno se centró en encontrar alojamiento temporal a los desplazados, Kama dijo que la estaca también haría cambios para satisfacer las necesidades de otras formas.
Señalando a las camas y mesas a su alrededor, dijo: “Es posible que todo esto desaparezca, pero creo que todavía tenemos que ser capaces de proporcionar ayuda mientras empiezan a reconstruir sus vidas”.
Después, Kama hizo una pausa para retener las lágrimas. “Yo pienso —espero— que el Salvador está contento con nuestros esfuerzos”.
‘En qué consiste la fe y el amor’
El viernes, la vicegobernadora de Hawái, Lt. Gov. Sylvia Luke y la senadora estatal Lynn DeCoite recorrieron el refugio con el élder Bragg, el élder Taeoalii y el presidente Hanks. También hablaron sobre la respuesta y el socorro que dieron como resultado de los esfuerzos conjuntos.
Luke quedó impresionada por la organización y el trabajo de los voluntarios y expresó su agradecimiento a la Iglesia.
“Pusieron manos a la obra de inmediato”, dijo. “Este es, probablemente, el mejor refugio que haya visto. Ofrece individualidad [y] privacidad. El hecho de que hayan sido capaces de prepararlo en solo medio día, es [algo] fantástico. En esto consiste la fe y el amor”.
DeCoite dijo que pensaba que el estado de Hawái podría aprender de lo que hizo la estaca.
“Nunca he visto un sistema [como el que] está detrás de mí, en ninguno de nuestros refugios”, dijo. “Es algo que creo que tenemos que asimilar y prepararnos por si vuelve a ocurrir algo así”.
Luke había estado recibiendo información actualizada sobre la búsqueda en Lahaina, donde estos equipos seguían recorriendo casa por casa los vecindarios incendiados y esperaban encontrar más cuerpos.
“[Les] pedimos [que sigan orando], les pedimos su apoyo. Oren por nosotros, piensen en nosotros”, dijo. “Esta comunidad va a necesitar mucha sanación espiritual, y la [Iglesia de Jesucristo] estará allí mismo para proporcionársela, pero pedimos a la gente de todo el mundo que tenga a Maui en sus oraciones”.
‘Serán fortalecidos’
El día terminó con un devocional para los jóvenes de las dos estacas de Maui —en el cual el élder Bragg respondió preguntas y les expresó el amor que el Profeta y el Padre Celestial sienten por ellos.
Muchos de los jóvenes recién comenzaron el curso de seminario correspondiente al nuevo año escolar y otros han asistido recientemente a una conferencia de Para la Fortaleza de la Juventud —lo cual les proporcionó experiencias que les permitieron reafirmar su testimonio, antes de que ocurrieran los incendios. Ahora, dijo el élder Bragg, necesitan recordar lo que han aprendido y que el Señor está íntimamente involucrado en sus vidas.
El élder Taeoalii les habló a los jóvenes sobre el convenio bautismal y sobre escuchar al Espíritu Santo.
“Si sienten el impulso de ir y servir, o de decir o hacer algo … el poder y la influencia del Espíritu Santo les ayudará a hacer lo que el Padre Celestial quiere que hagan”, dijo.
El élder Bragg les prometió a los jóvenes que, “Al guardar sus convenios, serán bendecidos, fortalecidos y se les dará todo lo que necesiten para ser un instrumento en las manos del Señor para bendecir a los otros”.
Les exhortó a acercarse a los demás afectados por los incendios.
“Compartan el evangelio a través de sus acciones, ayudando a los otros a sentir el amor de Dios, ayudando a otros a sentir que no han sido olvidados —que son hijos e hijas de Dios”.
Taukeiaho ha recurrido a su fe en el Salvador a la vez que se preguntaba: “¿Cómo puedo fortalecer a mi familia? ¿Cómo podría fortalecer a mi prójimo? ¿Cómo podría ayudar a los demás a comprender plenamente lo que yo sé?”
Y continuó diciendo: “Yo sé que mi Salvador vive. Sé que pasar por todas estas pruebas nos ayudará a ser más fuertes que nunca. Estoy agradecido por haber crecido en una comunidad como esta, donde no importa quién eres ni lo que haces en la vida, todos somos hermanos y hermanas en el evangelio de Jesucristo y entonces, a través de Su Expiación, podemos superar todo esto”.