PROVO, Utah — El amor está menos relacionado con las emociones de lo que podrían pensar, dijo el obispo L. Todd Budge (en inglés).
“Es algo que hacen”, dijo. “No es solo algo que sienten, es más. Pueden amar a alguien, aunque no sientan amor [por esa persona]. Es una elección. Amar es una elección.
Según el obispo Budge, segundo consejero del Obispado Presidente, el amor y la caridad implican acción. Los Santos desarrollan un amor semejante al de Cristo a medida que se dan a sí mismos y sirven a los demás —especialmente a aquellos a quienes les resultan más difícil querer.
“Cada vez que hacen algo por una persona para ayudarle a acercarse a Cristo”, dijo el obispo Budge, “eso es un acto de amor. Hacen una elección”.
El obispo Budge se dirigió a los misioneros en el Centro de Capacitación Misional de Provo, el martes 7 de febrero. Su esposa, la hermana Lori Budge, también ofreció un breve discurso. Sus mensajes se enfocaron en amar a los demás, compartir la luz del Salvador e invitar a otros a arrepentirse.
Amar a Dios, al prójimo y a uno mismo
Los dos grandes mandamientos, que se encuentran en Mateo 22:36-40 son, “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón” y “amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
“Dios quiere que le amemos, que amemos a nuestro prójimo y que nos amemos a nosotros mismos”, dijo el obispo Budge.
Para explicar cómo podemos mostrarle a Dios nuestro amor, el obispo Budge leyó Doctrina y Convenios 42:29: “Si me amas, me servirás y guardarás todos mis mandamientos”. Amar a Dios requiere ambas cosas, servirle y guardar Sus mandamientos.
Además de darse a sí mismos y servir al prójimo, los Santos pueden guardar el segundo gran mandamiento al amar a los demás tal y como Dios los ama”, dijo él. “Él quiere que formemos este círculo perfecto de amor y que no excluyamos a nadie de ese círculo”.
Después de amar a Dios y al prójimo, viene amarse a uno mismo: “La mejor manera de amarse a uno mismo”, dijo el obispo Budge, “es guardar los mandamientos”.
¿Y, qué tanto ama el Padre Celestial a Sus hijos e hijas? Dios los ama tanto, dijo el obispo Budge, que les dio dos importantes expresiones de Su amor:
“Nos dio mandamientos. ¿Han pensado alguna vez eso? Dios nos ama tanto que nos dio mandamientos porque sabe que, si los guardamos, seremos felices. Y nos dio a Su Hijo, Jesucristo, su Hijo Unigénito, [todo] a causa del amor que tiene por nosotros”.
Compartir la luz de Cristo
Una noche, el obispo Budge estaba afuera de una cabaña admirando lo brillante y hermosa que era la luna.
“Sin embargo, la luna”, dijo, “simplemente refleja la luz del sol. Igual que los misioneros, ¿verdad? Ustedes brillan, pero no es su propia luz. Es el reflejo de una luz. Es la luz del Hijo de Dios que resplandece en ustedes”.
Extendió la invitación de Cristo de “Alzad, pues, vuestra luz para que brille ante el mundo”, que se encuentra en 3 Nefi 18:24.
El obispo Budge les dijo a los misioneros del CCM que la gente llegará a conocer a Cristo a través de ellos, los testigos y siervos de Dios.
“Cuanto más guarden los mandamientos, y cuanto más amen, más brillará la luz. …Y no hay mayor gozo que ser el instrumento en las manos de Dios para ayudar a otra persona a conocer al Salvador”.
Es una de las cosas más gozosas que los misioneros harán en su vida, dijo.
Invitar a otros a hacer el bien
El diablo “invita e induce a pecar”, tal como se menciona en Moroni 7:12. El obispo Budge le dijo a la congregación de misioneros que Satanás continuamente invita e incita a quienes ellos están enseñando a no hacer cambios mediante el arrepentimiento. Sin embargo, “lo que es de Dios”, según dice el siguiente versículo, “invita e induce a hacer lo bueno continuamente”.
“El misionero que es de Dios, ‘invita e incita’ [a los demás] a hacer lo bueno”, dijo el obispo Budge. “A medida que abran su boca y extiendan invitaciones, Dios les inspirará para saber lo que esa persona necesita para dar el siguiente paso”.
Compartió que “Predicad Mi Evangelio: Una guía para el servicio misional” indica cuatro maneras en que los misioneros pueden extender invitaciones guiadas por el Espíritu: Hacer preguntas directas, prometer bendiciones a las personas, dar el testimonio con frecuencia y darle seguimiento.
Los misioneros que siguen estos cuatro pasos, prometió, serán testigos de milagros asombrosos.
Un mensaje digno de compartir
Un coro de misioneros comenzó el devocional cantando un himno compuesto por la hermana Budge titulado “Él vive, Él vive” que trata del triunfo del Salvador sobre la muerte. Después del himno, ella comenzó su breve discurso con una voz temblorosa y testificó de los tres preciosos milagros de la Expiación de Jesucristo:
“La separación de nuestros amigos y seres queridos que han fallecido no es permanente. …
“También nos proporciona el camino para recibir el perdón de nuestros pecados y nos proporciona un camino para vivir con Dios”.
El perdón, la ayuda y la fortaleza están a nuestra disposición a través del poder y la gracia del Redentor.
La hermana Budge animó a los asistentes a comprender y apreciar mejor, durante su misión, el poder de la Expiación —la “fantástica, asombrosa y gloriosa nueva”.
“Él vive, y nosotros también”, dijo. “Este es uno de los mensajes más hermosos que ustedes, como misioneros, tendrán el privilegio de compartir”.