Desde encontrar el modo para que los padres de niños pequeños puedan asistir a un templo que queda a una hora de distancia, hasta sentirse intimidados por los llamamientos para ser obreros del templo, muchos han visto bendiciones al aceptar la invitación que hizo el presidente Russell M. Nelson durante la conferencia general de octubre de 2022, de “centrar[nos] en el templo como nunca antes lo haya[mos] hecho”.
Se necesitó creatividad y algunos ajustes a las prioridades a la hora de decidir cuándo ir al templo.
Hyrum Morely en Payson, Utah, notó que “el mayor cambio ha sido la frecuencia con la cual voy al templo —me sorprendí a mí mismo [al ver] la cantidad de veces que realmente puedo ir”.
Church News les pidió a los lectores que escribieran y enviaran las experiencias que habían tenido como resultado de aceptar las invitaciones del presidente Nelson, incluso la de centrarse en el templo. Otros lectores compartieron sus experiencias relacionadas con hacerse cargo de su testimonio, edificar un cimiento espiritual, aumentar la capacidad para recibir revelación y seguir la senda del convenio (en inglés). Compartieron cómo les ayudó el aceptar las invitaciones y hacer los cambios necesarios.
A continuación, les brindamos más de una docena de las experiencias recibidas por Church News, las cuales se han editado para una mayor claridad y por motivo de espacio.
Días maratónicos en el templo
“Cuando escuché la invitación [de encontrar tiempo para ir al templo], ya iba algunas veces al mes, sin embargo, me preguntaba si podría hacer un poco más. El Espíritu me trajo a la mente el hecho de que, todas las semanas, utilizaba dos horas de mis vacaciones anuales para asistir temprano en la mañana a un seminario en línea sobre un negocio secundario en el cual participo. No era imprescindible participar de este seminario y me di cuenta que, en lugar de utilizar esas dos horas cada semana (las cuales sumadas equivalían a una jornada completa de 8 horas), yo podría tomarme un día libre y asistir al templo.
“Cuando tenía 18 años, justo antes de ir a la misión, solía hacer jornadas maratónicas en el templo con mi padre para ayudarme a entender mejor el templo y aumentar mis oportunidades de adquirir conocimiento, ya que iba a servir [en un país donde] las posibilidades de asistir al templo serían inexistentes. Decidí que no solo asistiría al templo en ese día libre, sino que además haría algunas jornadas maratónicas con dos a cuatro sesiones de investiduras o una combinación de las distintas ordenanzas.
“He hecho esto ya por un par de meses y ha marcado una gran diferencia en mi vida. Estoy mucho más cerca del Espíritu y al pasar más tiempo en el templo el mismo día, experimento cada vez más momentos de lucidez que me permiten resolver los problemas de mi vida. Creo que el responder de esta manera ha cambiado la trayectoria de mi vida y estaré eternamente agradecido al Profeta por habernos llamado a mejorar nuestra asistencia al templo. Dedicar un día al mes a la adoración sincera en el templo ha cambiado mi vida”.
— Jason Sterzer, West Jordan, Utah
Un tiempo dedicado al templo
“Hace tan solo tres meses que regresé de la misión y no he podido encontrar un rumbo y un propósito. Volví a caer en los patrones de comportamiento que tenía antes de salir a la misión y necesitaba a mi Salvador más que nunca. En medio de toda esta confusión en mi vida, sentí el impulso de a aceptar las invitaciones del Profeta; le di prioridad a mi oración diaria y al estudio de las escrituras. Como resultado, he recibido la guía de [trabajar para] efectuar el recogimiento de Israel dentro de mi propia familia —especialmente al dar testimonio de lo que aprendo. Al compartir mis experiencias en el tempo con mi familia, ellos han expresado un mayor deseo de ir con más frecuencia. Hasta he planeado cuidar a los niños de mi hermana para que ella pueda ir una vez a la semana.
“El mayor cambio ha sido la frecuencia con la que voy al templo. Me he sorprendido a mí mismo al ver qué tan a menudo puedo ir. Después de todo, esta es la obra más importante en la historia del mundo. …
“He sido testigo de cómo los convenios que he hecho son una protección contra el mal y las tentaciones. … No tengo tiempo para dedicarle al adversario porque estoy aprendiendo a dárselo todo al Señor. Surgieron oportunidades para trabajar y estudiar, estoy en paz con mi situación y tengo más esperanza en el futuro. Cuando estoy en el templo y me tomo el tiempo para reflexionar o cuando estudio y oro, oigo y siento que el Salvador me habla con mayor claridad. Al aceptar la invitación del presidente Nelson, me he acercado más a mi Salvador, más de lo que podría haber hecho yo solo”.
— Hyrum Morley, Payson, Utah
Aprender sobre el ‘poder del templo’
“Debido a mi gran amor por la obra de la historia familiar y por haber asistido al templo con bastante regularidad a lo largo de los años, pensaba que tenía un profundo testimonio del templo. Pero no fue hasta que acepté la invitación de mi obispo este octubre para ser obrera del templo que realmente llegué a darme cuenta del poder del templo de una forma que nunca antes había conocido.
“No estaba segura de aceptar la invitación debido a los dolores musculares y nerviosos que tengo. … Pero actuando en base a la fe, he sentido la fuerza espiritual y física que me permite servir en la capacidad a la que he sido llamada.
“He llegado a comprender que mi responsabilidad no es solamente asistir, memorizar las ordenanzas, hacer el trabajo e irme a casa. También es ayudar a crear el entorno físico y espiritual donde los asistentes sientan el Espíritu del Señor mientras hacen convenios sagrados para sí mismos y para los demás. He visto el amor y la fidelidad de los obreros y de quienes conducen varias horas para servir o asistir al templo.
Me encanta servir en el templo y siento una mayor reverencia por la casa del Señor y por aquellos que vienen a hacer por los demás lo que estos no pueden hacer por sí mismos”.
— Deanie Gallaher, San Bernardino, California
Sentirse ‘como en casa’ en el templo
“Mi hija Britnee Rose, de 18 años, falleció inesperadamente después de una intervención quirúrgica en octubre de 2020. Este evento podría haber destruido mi fe y mi confianza en el Salvador, pero en lugar de eso elegí acudir al Sanador. Dediqué tiempo casi todos los días a la historia familiar y pude hacer la obra del templo por muchos antepasados. Incluso pude hacer la obra del templo por Britnee el verano siguiente a su fallecimiento. Esos dos días fueron muy intensos. …
“Al buscar referencias para confirmar los antepasados que están en FamilySearch, he encontrado familiares que estaban perdidos. He llegado a conocer a mis antepasados mientras me esfuerzo por encontrarlos y cuando mi esposo y yo realizamos las ordenanzas por ellos en el templo. [Esto] me ha fortalecido cuando me he sentido sola y triste. Ahora, estoy más cerca de mi hija. …
“Estoy infinitamente agradecida por la oportunidad de ir al templo. Ahora tengo ‘hambre y sed’ de ir y me alegra sentirme como ‘en casa’ cuando estoy allí. Sé que esta vida es una aparte del plan eterno y que algún día volveré a estar con Britnee. Este conocimiento me reconforta a medida que sigo adelante con mi vida desde el fallecimiento de Brinee. El desafío del presidente Nelson de poner al templo en el primer plano de nuestras vidas es inspirador y, si lo seguimos, traerá poder y paz a nuestras vidas”.
— Shauna Hatch, West Point, Utah
Viajes al templo con la familia
“Mi esposa y yo tenemos cinco hijos pequeños. Cuando recién nos casamos, no teníamos hijos y el templo quedaba a cinco minutos, comenzamos a ir al templo una vez a la semana. A medida que los templos comenzaban a quedar más y más lejos, llegamos a conducir dos horas una vez al mes para asistir al templo. [Cuando llegaron los niños] hacíamos viajes al templo con la familia y tomábamos turnos; mientras ella entraba y hacía dos iniciatorias, yo cuidaba a los niños en los jardines del templo. Después cambiábamos y yo hacía [otras dos]. En total, estábamos unos 40 minutos en el templo entre los dos.
“Después de que el Profeta nos pidiera que aumentáramos el tiempo que pasábamos allí, decidimos que yo iría por mi cuenta una vez al mes —por aproximadamente una hora— hasta Oklahoma City y haría una sesión de investidura. De esta manera, cuando hiciéramos nuestro viaje en familia este se dedicaría solo a ella y entonces podría pasar 40 minutos completos en el templo sin tener que cambiar conmigo.
“¿Hemos recibido bendiciones? Estoy convencida, desde hace tiempo, de que el Señor nos envía las bendiciones en algún momento, de alguna manera, de alguna forma, … y llegarán”.
— Spencer Young, Norman, Oklahoma
Levantarse temprano para trabajar en el templo
“Después del discurso del presidente Nelson, mi esposo y yo tuvimos la impresión de que debíamos ser obreros del templo. La idea de hacer un turno de cinco horas semanales, a la vez que yo tenía un trabajo de tiempo completo y mi esposo cursaba su doctorado, me parecía desalentadora. Me sentía abrumada y sin mucho entusiasmo, aunque estaba dispuesta a confiar en el Señor y seguir sus instrucciones. Confié en las promesas del presidente Nelson de que pasar más tiempo en el templo aumentaría la fe, así que seguimos adelante con las entrevistas y finalmente fuimos apartados. Las bendiciones que recibimos al ser apartados fueron hermosas y personales.
“A pesar de eso, mientras caminábamos de regreso al estacionamiento, seguía sintiéndome nerviosa y abrumada. Al entrar al auto, oré en silencio pidiéndole al Señor que me ayudara a sentirme confiada e incluso alegre por esta nueva exigencia en mi vida. La respuesta que vino de Él no podía ser más clara: ‘Tengo bendiciones gloriosas que solo puedo darte si estás dispuesta a concederme este tiempo en el templo’.
“Esa era la respuesta que necesitaba. …
“No siempre salto con entusiasmo de la cama cuando la alarma suena a las 4:30 de la mañana cada viernes. Sin embargo, incluso en las mañanas más frías y oscuras, sé exactamente por qué me dirijo somnolienta a Su casa. Lo encuentro allí, en los rostros de quienes también vienen a buscarlo. Recuerdo constantemente Su promesa, de que nos esperan grandes bendiciones y milagros al prestar servicio en Su casa. Ya hemos visto la mano del Señor obrando para fortalecernos y capacitarnos a través de nuestras pruebas personales a causa de nuestro servicio en el templo, ¡y seguimos esperando más milagros por venir!”
— Anna Samuelson, Provo, Utah
Bendiciones a través de las pruebas
“Desde que el presidente Nelson hizo esta invitación, he estado tratando de asistir al templo algunas veces al mes, lo cual no es poca cosa dado que tengo hijos pequeños y un horario muy ocupado. Sin embargo, he estado obrando en base a la fe y he visto una bendición milagrosa llegar a mi vida gracias a ello.
“Desde hace algún tiempo he estado reflexionando en la promesa que se nos da a quienes servimos en el templo, que los ángeles de Dios nos guardarán (Doctrina y Convenios 109:22). [Recientemente], una gran prueba me sacudió y mientras oraba al respecto …, el Espíritu Santo me animó a acudir a un miembro específico de la familia para pedirle consejo y apoyo. El Espíritu amorosamente me hizo saber que este familiar es uno de los ángeles de Dios que está aquí para mí mientras paso mi prueba. ¡Qué Milagro! Estoy tan agradecida por nuestro Profeta, por el evangelio restaurado, por la revelación, por los convenios y las bendiciones que recibimos por guardarlos y por nuestro Salvador, Jesucristo”.
— Elisabeth Child, La Verkin, Utah
Encontrar poder y descanso en los convenios
“El discurso [del presidente Nelson] sobre encontrar poder y descanso en nuestros convenios era exactamente lo que necesitaba oír. Necesitaba paz y descanso y más poder para seguir llevando a cabo la gran obra del Señor. Después de su discurso me di cuenta de que tenía una comprensión muy superficial de mis convenios. Me esforzaba por cumplirlos, entonces, ¿por qué no encontraba paz y poder?
“En el transcurso de las siguientes semanas profundicé el estudio [sobre] mis convenios. … Lo más importante es que aprendí como mis convenios me unen al Salvador. …estudié profundamente. …
“También, durante esas semanas pasé mucho tiempo en el templo. … Ayudamos a hacer una limpieza profunda del templo … Hice dos sesiones de bautismo con conversos recientes … y una sesión de investidura con otro converso reciente y, como misión, tuvimos un día de templo. Mientras seguía viendo estos convenios en acción, sentí que la paz de Cristo entraba en mi vida.
“Mi vida no volverá a ser la misma. Ahora atesoro mi relación con el Salvador y los convenios que he hecho con Él”.
— Élder Dallyn Edmunds de Mapleton, Utah, sirve en la Misión Arizona Tucson
Encontrar fortaleza y propósito en el templo
“Me tomé verdaderamente en serio el encargo del presidente Nelson de asistir al templo. No solo ha cambiado mi vida, sino también la misión de mi vida. ... Estos son los últimos días y el Señor necesita nuestra ayuda para recoger a Israel, ahora más que nunca. Todos los hijos de Dios merecen escuchar el mensaje del evangelio restaurado de Jesús —a ambos lados del velo. Sé que esto es verdad, ya que personalmente he sentido mi corazón volverse hacia mis antepasados. He experimentado una fortaleza renovada, protección, sanación y propósito. También he visto [los] milagros [que han] ocurrido en mi vida —tal y como dijo el presidente Nelson. … Espero que todos podamos encontrar la misma paz y misión que yo he encontrado al asistir al templo”.
— Melissa Lyn Church, de Orem, Utah
Hacerme cargo de mi testimonio
“Me hago cargo de mi testimonio cuando me preocupo menos y oro más. Estoy muy agradecida por ser miembro del evangelio restaurado de Jesucristo. Perdí mi testimonio durante mi juventud a causa de las malas decisiones. Crecí tomando prestado el testimonio de mis padres. Ahora sé, debido a todas las cicatrices que tengo y los peligros de los cuales Dios me salvó, que debo ser la dueña de mi testimonio y trabajar en él diariamente. …
“Las enseñanzas de la Iglesia, así como las de los apóstoles y profetas tanto antiguos como modernos … y las sagradas escrituras me ayudan a hacerme cargo de mi testimonio a medida que busco y reflexiono. Mi obispo, sus consejeros y los miembros del barrio me ayudaron también. El hacer que mis hijos participen de la oración familiar, la lectura de las escrituras y el hacer de mi hogar un “lugar santo”, también me ayuda a hacerme cargo de mi testimonio. La asistencia frecuente al templo es una parte esencial de mi rutina. …
“Es un importante recordatorio y un poderoso estímulo. Estoy pasando por un momento difícil al tratar de equilibrar mis obligaciones diarias como esposa, hija, madre de siete hijos, estudiante de un doctorado e hija del Padre Celestial. … Me enfrento a diario al TEPT (Trastorno de estrés postraumático) de los excombatientes y a otros problemas mentales derivados de mi servicio en Kuwait y Afganistán. … [El] Señor sabe de mi lucha en estos momentos. A pesar de todas las pruebas a las que me enfrento, ya veo los milagros en mi vida”.
— Mafuta Christina Sauni, Augusta, Georgia
El cimiento para un testimonio personal
“Acepté la invitación de hacerme cargo de mi testimonio. Como misionero en la Misión Sierra Leona Freetown, me di cuenta que necesitaba realmente encargarme y centrarme en mi testimonio. Durante un tiempo me apoyé en el testimonio de mis padres, pero a medida que crecía empecé, poco a poco, a edificar el mío propio. No fue hasta que empecé la misión que me di cuenta de que necesitaba asentar todo sobre mis propios cimientos. No puedo testificarles a las personas que mis padres saben que [esto] es verdad. Así que empecé a enfocarme más en mis estudios. [Estudié] el ministerio terrenal de Jesús, el de Nefi, Alma y todos los profetas [para] fortalecer mis cimientos. Helamán 5:12 se convirtió en mi gran fuente de inspiración y motivación. He notado que ahora puedo resistir mucho mejor las tentaciones del adversario y sé que, si continúo fortaleciendo mis cimientos, será cada vez más fácil”.
— Élder Alex Rollins, de Bountiful, Utah, sirve en la Misión Sierra Leona Freetown
Hacerme cargo de mi testimonio —y mi vida
“El hacerme cargo de mi testimonio me ha demostrado que no ese esfuerzo no está dividido en compartimentos. A medida que trabajo para hacerme cargo de mi testimonio estoy descubriendo que me estoy haciendo cargo de muchos otros aspectos de mi vida. …
“Cuando creé la foto de “hacerme cargo” [en Suiza] para mi teléfono, [ya] nos habíamos mudado de la hermosa Europa y estábamos viviendo en Fort Hood, Texas debido a la nueva asignación de mi esposo y [además] yo estaba pasando por una transición importante. …
“Estoy agradecida por el desafío del presidente Nelson. Llegó en el momento más oportuno para mí. Las cosas no han estado exentas de desafíos. Al contrario, en los últimos meses me he enfrentado a algunos de los momentos más difíciles de mi vida.
“Hacerme cargo de mi testimonio ha sido una bendición, ya que he puesto en primer lugar a las personas y a las cosas más importantes. … El hacerme cargo de mi testimonio era justo lo que necesitaba.
“También me he dado cuenta de la sensación de fortaleza que produce el usar mi libre albedrío para hacerme cargo de mi testimonio personal. Incluso la frase ‘hacerme cargo’ encierra algo que resulta poderoso”.
— Valerie Olson, Killeen, Texas
La edificación de un cimiento espiritual
“En la conferencia general de octubre de 2021, el presidente Nelson nos invitó a fortalecer nuestros cimientos espirituales. … Al leer ese mensaje en las últimas semanas, reflexioné sobre lo que podría encontrar si examinara de cerca mis cimientos. ¿Encontraría grietas o deterioro? Sentí que, así como los cimientos de un edificio están enterrados y ocultos a la vista, los puntos débiles de mis cimientos espirituales podrían estar también ocultos a mi vista. …
“Así que acudí a Dios en oración para preguntarle cuáles eran los puntos débiles de mis cimientos y qué debía hacer para fortalecerlos. La respuesta vino como una impresión en mi mente y en mi corazón: Lee el Libro de Mormón.
“Había leído el Libro de Mormón varias veces antes y el Espíritu me había testificado de su veracidad. En aquel momento estaba estudiando Doctrina y Convenios como parte del programa “Ven, sígueme”, por eso la impresión que recibí de leer el Libro de Mormón fue inesperada. Sin embargo, el motivo por el cual acudí a Él en oración en primer lugar fue porque creía que Él vería debilidades en mis cimientos que yo no podía ver. En términos de construcción, yo había buscado [la ayuda de] un inspector con experiencia en cimientos espirituales. Aunque no entendía la razón exacta del curso de acción indicado, seguramente debía confiar en la recomendación del inspector cuya experiencia estaba buscando.
“Seguí la impresión y, desde entonces, me he esforzado por leer diariamente el Libro de Mormón. No puedo adivinar los problemas espirituales que estoy evitando al hacerlo. Nunca sabré lo que habría sucedido si no hubiera escuchado al Profeta del Señor y a los susurros del Espíritu. Puedo decir que he notado un aumento de la presencia del Espíritu Santo en mi vida, ¡algo por lo cual estoy muy agradecido! Creo que la inspiración a leer el Libro de Mormón —una simple y directa recomendación de mi inspector— fue el refuerzo necesario para mi testimonio”. (Cursiva agregada)
— David Sanders, West Jordan, Utah
Aumentar la capacidad para recibir revelación
“Estoy agradecido por el desafío del presidente Nelson de aumentar nuestra capacidad para recibir revelación. Durante unos años le he preguntado al Padre Celestial, casi a diario, qué deseaba que yo supiera o hiciera, después he esperado y registrado la respuesta. Los frutos han sido exquisitos. No solo he recibido una respuesta cada vez, sino que he aprendido cómo suena y se siente Su voz. El Padre y el Hijo están verdaderamente dispuestos a compartir su voluntad. …
“Como un obispo recién llamado, ahora más que nunca, necesito ese conocimiento y revelación; [además] intento compartir mis experiencias con los que me rodean, así ellos también pueden recibir las respuestas que necesitan y aprender [a reconocer] la voz de Dios”.
— Obispo Jerome Jones, Aztec, Nuevo México
Seguir la senda del convenio
“Seguir la senda del convenio, ir al templo y centrarme en mi testimonio, me está ayudando a comprender mejor el Evangelio de Jesucristo.
“Por ejemplo, me he dado cuenta de que puedo [renovar] los dos dones que el Salvador me dio en el bautismo … cada semana cuando participo del sacramento. … Prometemos estar dispuestos a llevar Su nombre sobre nosotros; también prometemos recordarle. Así que, cuando más tarde durante la semana me siento asediado por la tentación, si me acuerdo de Él, no de forma casual, sino que realmente me acuerdo de Él, descubro que el Señor viene a mí y, si lo hace, entonces, ¿dónde está la tentación? Descubro que he sido redimido y la tentación ha desaparecido, [lo cual significa que] estoy siguiendo la senda del convenio”. (Cursiva agregada)
— Mark Burkinshaw, Humble, Texas