Muchos miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Auckland y Hamilton, Nueva Zelanda, son descendientes de Tonga y tienen familiares y amigos en Tonga.
Así que, cuando una erupción volcánica en alta mar desencadenó un tsunami que golpeó las islas de Tonga el sábado 15 de enero, los neozelandeses supieron que tenían que ayudar.
Recientemente, varias estacas y sus vecinos organizaron proyectos para enviar suministros y otro tipo de ayuda a Tonga, informó la Sala de Prensa de la Iglesia en Nueva Zelanda (en inglés).
Las empresas locales donaron equipos y contenedores de envío, y la gente llevó sus donaciones a las capillas locales donde se clasificaron, empaquetaron y cargaron los artículos.
“Tan pronto como nos enteramos de la erupción y el tsunami en Tonga, quisimos ayudar”, dijo Ra A. Bacon, presidente de la Estaca Rotokauri de Hamilton, Nueva Zelanda.
Los miembros de su estaca, junto con la comunidad tongana de Waikato y el Ayuntamiento de Hamilton, trabajaron juntos en un proyecto en Hamilton, llenando tres contenedores con suministros.
Se llenaron tres contenedores más en Auckland en un proyecto elaborado por la Estaca Penrose de Auckland, Nueva Zelanda. La estaca tiene dos grandes congregaciones de lengua tongana.
De acuerdo con la Sala de Prensa de la Iglesia en Nueva Zelanda (en inglés), estallaron gritos de alegría cuando se cerró la última puerta del contenedor y las donaciones se dirigían a Tonga.
Lisi Leakehe estuvo allí y dijo: “Fue una experiencia sagrada presenciar los sacrificios de muchos que tienen poco y, sin embargo, ofrecieron en abundancia a sus amigos, familiares y personas que no conocen”.
El presidente de la Estaca Auckland Penrose, Faaleaga Young Yen, dijo: “Este proyecto comenzó con amor y seguramente terminó con el mismo espíritu de amor, sacrificio, alegría y gratitud, que son todos frutos del Espíritu de Jesucristo.
“Dar este servicio bendijo la vida de nuestros miembros como ofrendas, y el servicio se brindó sin pensar en las circunstancias personales o familiares. Es un reconocimiento de una mayor necesidad y amor por nuestros hermanos y hermanas en Tonga que superó todo lo demás”.
