En una región devastada por la guerra donde millones están desplazados y pasan hambre, una nueva panadería móvil en Siria suministra pan recién horneado a decenas de miles de personas todos los días.
La panadería es un esfuerzo de colaboración entre la Iglesia Greco-Católica y Latter-day Saint Charities, la organización humanitaria de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, según un artículo del 1 de marzo en la Sala de Prensa de la Iglesia en el Oriente Medio.
La idea comenzó con la madre Agnes —de un monasterio sirio que ha pasado años brindando ayuda a las personas desplazadas— y una conversación con Mike y Liz Freckleton, representantes de Latter-day Saint Charities, la organización humanitaria de la Iglesia, sobre cómo hornear y distribuir pan en áreas aisladas.
Los Freckleton la conectaron con Abdo al Haddad, un panadero que también sentía la misma preocupación por aquellos que sufren.
Aunque nunca se había construido una panadería de este tipo —y había que cumplir con las regulaciones gubernamentales y las leyes aduaneras— “las puertas se abrieron de una manera que nunca hubiéramos esperado”, dijo Liz Freckleton.

La panadería móvil ahora está sirviendo a los campamentos de desplazados internos en el noreste de Siria, con capacidad para producir hasta 120.000 piezas de pan árabe en un período de 24 horas. Se han construido dos panaderías móviles más y pronto estarán en funcionamiento en el Líbano.
“Agradecemos de todo corazón a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días por todo su apoyo en la concepción y ejecución de la panadería automática móvil”, dijo la madre Agnes.