Cuatro meses después de cerrar los 168 templos del mundo en respuesta a la pandemia de COVID-19, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días reanudó las operaciones de forma limitada en 127 templos.
El presidente Russell M. Nelson y sus consejeros de la Primera Presidencia — el presidente Dallin H. Oaks y el presidente Henry B. Eyring— dijeron que la decisión fue parte de una “reapertura escalonada, precavida y cuidadosamente coordinada de los templos” impactados por la pandemia.
El presidente Nelson habló acerca de la dolorosa decisión de cerrar los templos en marzo en un nuevo video de Church News publicado el 27 de julio.
Él dijo que el poder de Dios se manifiesta en las ordenanzas del templo.
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“El propósito de la Iglesia es acercar las bendiciones de Dios a Sus hijos de ambos lados del velo”, dijo él. “Así que, recibimos las más altas bendiciones que Dios tiene preparadas para Sus hijos fieles únicamente en nuestros templos. Entonces, ¿cuán difícil fue tomar la decisión de cerrar los templos? Fue dolorosa; estaba muy preocupado.
“Me descubría a mí mismo preguntando: ‘¿Qué le diría al profeta José Smith? ¿Qué le diría a Brigham Young, Wilford Woodruff y los otros presidentes, aun hasta el presidente Thomas S. Monson? Me voy a encontrar con ellos pronto’. Cerrar los templos negaría todo por lo que esos profetas se sacrificaron, pero en verdad no teníamos alternativa”.
Los cierres de los templos son temporales, enfatizó el presidente Nelson.
“Los templos abrirán nuevamente, con cautela y cuidado y por etapas. Aun cuando los templos han cerrado, la investigación y la obra de historia familiar han dado un gran salto hacia adelante; se están añadiendo más nombres. Extraordinariamente, en medio de todo esto, las ofrendas de ayuno voluntarias de nuestros miembros han aumentado.
“He aprendido que, aún en medio de las nubes de pesar, pueden hallarse destellos de esperanza”.
