En tiempos de crisis, es importante que la salud social y espiritual de una persona pueda mantenerse con consistencia y estabilidad, a pesar de las interrupciones, dijo Clark Gilbert, presidente de BYU-Pathway Worldwide.
Por eso — en respuesta a la pandemia del coronavirus — todas las reuniones en persona de PathwayConnect pasaron a ser virtuales desde la semana pasada, anunció Gilbert
Es “importante que brindemos algo de esa estabilidad por medio del desarrollo continuo del estudiante de nuestro programa PathwayConnect. Es providencial que hayamos estado preparados para este tipo de situación durante mucho tiempo”, dijo en una entrevista con Church News.
“Como mínimo, podemos seguir funcionando sin interrupción en todo el mundo”, dijo. “Podemos seguir aprendiendo y trabajando durante esta crisis”.
A partir del miércoles, 18 de marzo, todos los estudiantes de PathwayConnect de BYU-Pathway Worldwide que tengan suficiente ancho de banda de internet se conectarán en línea para su reunión grupal semanal — algo que Brian Ashton, vicepresidente de operaciones de campo de BYU-Pathway, dijo que solo es posible debido a la mano guiadora del Señor.
Además, a medida que la Iglesia y sus entidades han respondido a la pandemia del coronavirus durante las últimas semanas, BYU-Pathway ha podido compartir algunas de sus buenas prácticas y pautas para las reuniones de aulas virtuales con otras entidades educativas de la Iglesia, tales como los programas de Seminarios e Institutos y el departamento misional, que también han tomado la decisión temporal de continuar las clases en línea.
Cuando BYU-Pathway Worldwide recibió la aprobación de la Primera Presidencia y la Mesa Directiva de Educación de la Iglesia para integrar las reuniones virtuales como parte de su plan de estudios regular en todo el mundo, no se esperaba que algún día el programa mundial completo tuviera que pasar a realizar sus reuniones grupales únicamente en línea.
Incluso hace un año, cuando BYU-Pathway anunció que sus programas estaban completamente disponibles en línea gracias a sus nuevas reuniones virtuales — posibilitadas a través de una combinación de tecnologías — solo alrededor de un tercio de los estudiantes de PathwayConnect estaban participando de reuniones grupales en línea. Por lo general, las reuniones en persona se han mantenido como el método preferido para crear un ambiente de clase semanal a fin de juntar a los estudiantes, explicó Gilbert.
Sin embargo, eso fue antes de que la pandemia del coronavirus cancelara la mayoría de las reuniones grupales en todo el mundo, casi de la noche a la mañana.
Con términos como el distanciamiento social, la cuarentena y el autoaislamiento, que circulan como medidas proactivas para frenar la propagación del virus COVID-19, BYU-Pathway está poniendo en línea la totalidad de sus programas y reuniones hasta que las preocupaciones y riesgos asociados al virus se disipen.
“Nuestro plan de estudios siempre ha sido en línea”, dijo Ashton. “Pero también hemos tenido que poner a disposición las reuniones en línea”.
A partir de la semana pasada, casi 700 grupos que antes se reunían en persona cada semana comenzaron a tener reuniones virtuales. Y la mejor parte, explicó Ashton, es que la transición de sus sistemas solo tomó un par de horas — esto es, gracias a casi cuatro años de preparación.
Para Ashton, mirar en retrospectiva al desarrollo de las reuniones virtuales para PathwayConnect durante los últimos años es “una de esas experiencias que promueve la fe y puedo ver cómo el Señor preparó a BYU-Pathway para el coronavirus”.
Cuando el equipo de informática de BYU-Pathway comenzó a trabajar para integrar un aula virtual por medio de un programa piloto en Rusia hace muchos años, primero se asumió que el aspecto virtual sería solo una parte del total del programa PathwayConnect, explicó Ashton. Las reuniones en persona se pensaban como la opción por defecto, mientras que las reuniones virtuales estaban disponibles como una opción secundaria donde fuera necesario.
Sin embargo, cuando Troy Martin, director de información de BYU-Pathway, y su equipo comenzaron a desarrollar el sistema, decidieron hacerlo de tal forma que todo el sistema de PathwayConnect pudiera pasar a ser en línea de la noche a la mañana en caso de ser necesario. Con los esfuerzos de programación adicionales que requiere una decisión como esa, no era algo que el equipo hubiera hecho normalmente, dijo Martin. “Sin embargo, simplemente nos pareció bien”.
“Por lo que he visto, el Señor conoce el fin desde el principio y pone a las personas, tecnologías y soluciones en el lugar indicado mucho antes de que sean necesarias”, dijo Brig Taylor, director de soporte de campo de BYU-Pathway. “Si no hubiéramos comenzado con esto en 2014 y si no hubiéramos conseguido la aprobación de reunirnos de forma virtual el año pasado, en muchas áreas del mundo no podríamos continuar reuniéndonos en estos momentos. Así que, el Señor ha juntado a las personas indicadas que están recibiendo la revelación indicada y siento que hemos sido instrumentos en Sus manos aun sin saber lo que vendría. Hemos sido instrumentos para resolver problemas a fin de que estuviéramos listos cuando tuviéramos que hacer este cambio”.
Uno de los recursos más valiosos que ha hecho posible la transición a las reuniones virtuales es el increíble trabajo y apoyo de los muchos misioneros de servicio que ayudan a supervisar y “pastorear” a los estudiantes en su trabajo, explicó Ashton. Encontrar a misioneros de servicio que puedan ayudar a cuidar y guiar a los estudiantes a lo largo del programa a medida que establecen relaciones unos con otros y aprenden y crecen en sus grupos siempre ha sido una parte fundamental del programa de PathwayConnect, dijo.
“Además, los desafíos recientes relacionados con el COVID-19 han creado oportunidades adicionales para los miembros de la Iglesia que están dispuestos a dedicar unas horas a la semana como misioneros de servicio ayudando a estudiantes de todo el mundo a medida que avanzan en PathwayConnect”, dijo Ashton.
Los interesados en ser misioneros de BYU-Pathway pueden encontrar más información aquí buscando “Pathway”.
Para Martin, la previsión aparentemente inconsciente que llevó no solo a desarrollar el programa y los sistemas para que fueran capaces de albergar el programa completo en línea, sino también a capacitar de forma adicional a los misioneros de servicio durante el año pasado a fin de prepararlos para tener las reuniones de PathwayConnect en línea, se compara a la previsión de los pioneros al construir el espacio vacío en el Templo de Salt Lake que un día se convertiría en el pozo de un ascensor.
“Los pioneros en verdad no sabían para qué hacían eso, pero edificaron algo capaz de adoptar una tecnología futura”, dijo él. “Y así estábamos el año pasado. Hacíamos un montón de cosas que creo que en verdad no comprendíamos, pero ahora lo entendemos”.
Otra bendición que se ha derivado del desarrollo de las reuniones virtuales de BYU-Pathway durante los últimos años, es la oportunidad que han tenido de compartir lo que aprendieron con otros, dijo Ashton, refiriéndose a las buenas prácticas que han compartido con Seminarios e Institutos y otras entidades educativas de la Iglesia.
Al servir a los necesitados en áreas remotas del mundo, proveyéndoles accesos a un campus y aulas virtuales o en línea, BYU-Pathway se ha convertido en un estandarte o modelo de cómo las aulas virtuales pueden ser una bendición para la Iglesia de muchas formas, dijo Ashton.
“Creo que el Señor nos está guiando y está preparando la vía para que hagamos lo que necesitamos hacer sin importar las circunstancias”, concluyó.