Después de que la pandemia mundial de COVID-19 causó que la mayoría de los misioneros de tiempo completo de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días fueran devueltos a sus países de origen, la Iglesia está comenzando a enviar paulatinamente un número limitado de misioneros a asignaciones fuera de sus países de origen.
La última declaración sobre la reintegración misional fue publicada en la mañana del miércoles 4 de noviembre, por el portavoz de la Iglesia, Daniel Woodruff, quien hizo un reconocimiento a los muchos misioneros que aceptaron reasignaciones para servir en sus países de origen. “Nos sentimos agradecidos por su fe y optimismo en estas extraordinarias circunstancias”, dijo él.
La Iglesia ha empezado a enviar un número muy limitado de esos misioneros a asignaciones fuera de sus países de origen, dijo Woodruff, calificando el proceso de deliberado y precavido. Por causa de la pandemia actual, todos los viajes de los misioneros dependen de las condiciones locales y de las restricciones de los viajes aéreos, y es posible que algunos misioneros no viajen durante varios meses, agregó él.
“Reconocemos que las condiciones pueden cambiar rápidamente, por eso seguiremos monitoreando de cerca los eventos mundiales y haciendo los ajustes necesarios”, dijo Woodruff. “La seguridad de nuestros misioneros y de aquellos a quienes sirven, es nuestra prioridad principal”.
Una vez que se hayan programado los arreglos de viaje, las oficinas de misión notificarán a los misioneros, quienes a su vez compartirán sus itinerarios con sus familias, dijo Woodruff. “Solicitamos que los misioneros y sus familias no se comuniquen con la oficina de viajes de la Iglesia, con embajadas o cónsules sobre sus planes o documentos de viaje”.
Los misioneros recibirán instrucciones de seguir las pautas de salud pública establecidas mientras viajan a fin de ayudar a prevenir la propagación del COVID-19, dijo él. “Después de que lleguen a sus nuevas asignaciones, los misioneros se pondrán en cuarentena durante el período requerido y luego participarán en actividades apropiadas a las circunstancias locales”.
Desde mediados de marzo y hasta el presente, la pandemia ha remodelado la obra y el apoyo misional; y el élder Dieter F. Uchtdorf —miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles que preside el Consejo ejecutivo misional de la Iglesia— ha llamado a los misioneros de la era del coronavirus “los pioneros de nuestra época”.
A principios de febrero, antes del brote mundial, casi 68.000 misioneros estaban sirviendo de tiempo completo. A fines de abril, después de los relevos efectuados como parte de los ajustes relacionados a la pandemia, el número se redujo a aproximadamente 42.000. A finales del verano, el total había aumentado a más de 52.000 misioneros.
Cuando la Iglesia envió a los misioneros de regreso a sus países de origen, casi 32.000 fueron reubicados en un período de tiempo relativamente corto, informó el élder Uchtdorf en un devocional misional virtual de agosto de 2020.
Desde finales de febrero y hasta bien entrado en marzo, los jóvenes misioneros de tiempo completo fueron relevados o reasignados a sus países de origen debido a la pandemia. Algunos fueron relevados antes ya que les quedaba poco tiempo de servicio o debido a preocupaciones relacionadas con la salud; otros fueron relevados temporalmente para esperar en casa a ser reasignados; y otros fueron inmediatamente reasignados a misiones en sus países de origen.
A los misioneros que regresaron a casa, y que aún tenían la oportunidad de continuar su servicio de tiempo completo, se les dieron dos opciones para elegir antes del 30 de abril: aceptar una nueva asignación —al principio probablemente a una nueva misión en su país de origen— o retrasar su servicio de 12 a 18 meses. La mayoría eligió regresar sin demora.
Los primeros misioneros en ser enviados a asignaciones internacionales partieron a fines de mayo para Taiwán.
Además, los 10 centros de capacitación misional de la Iglesia en todo el mundo fueron cerrados y no daban capacitación en persona a nuevos misioneros. Sin embargo, la capacitación se hizo en línea a través de videoconferencias como CCM virtual, ya que los élderes y las hermanas se quedan en casa actualmente para su capacitación misional y de idioma. Los nuevos misioneros pasan seis horas al día en línea en sesiones de teleconferencia, con instructores, clases, compañeros y distritos.
Los misioneros que permanecen en servicio —principalmente en sus países de origen, con la excepción de las áreas de Europa y Europa Este de la Iglesia, que todavía tienen élderes y hermanas no nativos en sus misiones— han tenido éxito en el uso de la tecnología para contactar, enseñar y acercarse a los miembros tanto como a los no miembros. Los mensajes y las lecciones se transmiten a través de llamadas telefónicas, mensajes de texto, correo electrónico, teleconferencias y plataformas de redes sociales que van desde Facebook hasta WhatsApp.