Uno de mis maravillosos maestros de ciencias de la escuela secundaria, nos enseñó una lección —que nos serviría para toda la vida— utilizando tres simples frascos.
Uno de los frascos estaba lleno de siete u ocho piedras; otro estaba lleno de arena hasta la mitad; y el último estaba vacío. Entonces el maestro preguntó: “¿Cuántas piedras caben en el frasco medio lleno de arena?”
Tomando en consideración el espacio que quedaba en el frasco, solamente cabían tres piedras en el que tenía arena hasta la mitad.
“Ahora”, dijo, “¿qué tal si ponemos las piedras grandes en el frasco vacío, ubicando las más grandes en el fondo y a las más pequeñas arriba? Entonces, vamos a [poder] llenar este frasco con toda la arena que tenemos”.
Para nuestro asombro, al colocar estratégicamente primero las piedras grandes, seguidas de las más pequeñas y rellenando los espacios que quedaban con la arena, pudimos llenar el frasco hasta el borde con todas las piedras agrandes y, por último, con la arena.

¿Qué aprendemos de esto? Si planificamos lo más importante primero y después completamos con los detalles, todo encaja.
Los líderes de la Estaca Puerto de la Iglesia en Veracruz, México, se reunieron con todos los líderes de los consejos de jóvenes y adultos a finales de septiembre. Los jóvenes organizaron el calendario para 2025 comenzando con los grandes eventos: un campamento del Sacerdocio Aarónico y otro para las mujeres jóvenes de la estaca; una actividad con un mini centro de capacitación misional; un proyecto de servicio a gran escala; dos días de asistencia al templo como estaca; un campamento de autosuficiencia; y un rally por carretera de estaca.

Los líderes de estaca animaron a los obispos a organizar campamentos de barrio; días de asistencia al templo todos los meses; una reunión de reconocimiento de “Año Nuevo” en enero para presentar a los nuevos miembros jóvenes; y una reunión de celebración en octubre de 2025. Su objetivo es establecer actividades semanales y tenerlas planificarlas con tres meses de anticipación.
El presidente de los Hombres Jóvenes de la Estaca, Esaú Abi Ramírez López testificó: “Fue asombroso ver cómo todos los jóvenes líderes y los adultos, trabajaron juntos para hacer del 2025 un año emocionante. Les dimos la oportunidad a los jóvenes y ellos realmente supieron liderar”.
Entonces añadió: “Sabemos que aumentará la participación, tanto en nuestra la estaca como en el barrio, al igual que los vínculos personales que nuestros obispos y líderes adultos establecerán con nuestros jóvenes. Estos vínculos darán grandes frutos en un futuro muy cercano”.
Los programas para la juventud de la Iglesia están bendiciendo a la gente joven, dijo el presidente Miguel Ángel García Almazán, quien sirve como presidente de estaca.
“Como presidente de estaca, he experimentado un sentimiento espiritual al ver a los jóvenes demostrando su amor los unos por los otros y por nuestro Salvador Jesucristo a través de nuestros programas para la juventud”, dijo.

Al igual que el frasco con las grandes piedras y la arena, la Estaca Puerto Veracruz México va a aprovechar al máximo todas las posibilidades de llegar a un número aún mayor de sus jóvenes mediante un calendario anual bien organizado y estratégicamente planificado. Los jóvenes —y más importante aún, los padres— sabrán cuándo están programadas las conferencias y campamentos de Para la Fortaleza de la Juventud, así podrán apoyarlas y además planificar sus propias actividades familiares teniendo en cuenta las de la Iglesia. También los jóvenes sabrán con antelación lo que está previsto para sus actividades semanales y sabrán que será divertido y bien pensado.
El resultado es un año al cual los jóvenes no solo puedan mirar con entusiasmo, sino que, además, cree un entorno espiritual para edificar un testimonio más sólido y una mejor comprensión del Salvador Jesucristo.
— Mark J. Weist es parte del Consejo Asesor General de los Hombres Jóvenes.