Dirigiéndose a una audiencia mundial de jóvenes adultos, la presidenta general de la Sociedad de Socorro, Camille N. Johnson, relató tres parábolas del Salvador del Nuevo Testamento, todas ellas de Mateo 25.
La primera es la parábola de las diez vírgenes (Mateo 25:1-13). Las cinco vírgenes prudentes guardaron aceite en sus lámparas y estaban listas cuando llegó el novio, mientras que las cinco vírgenes insensatas no tenían suficiente aceite y, por lo tanto, no estaban preparadas para la llegada del novio.
La segunda es la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30). Dos siervos fueron provechosos y usaron bien sus talentos, mientras que el tercero solo enterró el suyo.
Y la tercera parábola describe a las ovejas del Buen Pastor, que se sientan a su diestra (Mateo 25:31-34).
Las tres parábolas, dijo la presidenta Johnson, enseñan cómo prepararse para la segunda venida de Jesucristo y cómo ser buenos mayordomos.
“Estos son los tiempos en que vivimos”, dijo. “Debemos mantener encendidas las lámparas de nuestra conversión, dejando que nuestra luz brille, utilizando y ampliando nuestros talentos, cuidando de los necesitados; es decir, poseer la caridad, el amor puro de Cristo”.
La presidenta Johnson se dirigió a los jóvenes adultos mediante una transmisión en vivo desde el Tabernáculo de Salt Lake City, en la Manzana del Templo, el domingo, 4 de mayo. La transmisión estuvo disponible el 4 de mayo en el continente americano y estará disponible en otras áreas a partir del 11 de mayo. Su mensaje se centró en aspectos de la mayordomía justa y la preparación para la segunda venida de Jesucristo.
La presidenta Johnson dijo que un mayordomo administra los bienes de una familia o patrimonio grande. El mayordomo no es el propietario, sino que se le confía la administración de los bienes en nombre del propietario. Un mayordomo próspero es fiel al propietario, cuidando los bienes con sabiduría y generosidad.
“La mayordomía, entonces, consiste en administrar con cuidado y responsabilidad las cosas que se nos han confiado”, dijo la presidenta Johnson.
Continuó: “Consideren cuán grandiosa es esta idea. Somos los mayordomos de los bienes que nuestro Padre Celestial nos ha confiado. Es decir, un encargo sagrado para la tierra, sus recursos, Sus hijos, nuestros dones, talentos y bendiciones. Y es una responsabilidad sagrada tratar Sus bienes con cuidado”.
Mayordomía de dones y talentos
La presidenta Johnson habló primero sobre la mayordomía de cada persona sobre sus dones y talentos individuales, y mencionó Doctrina y Convenios 46:11-12: “Porque no a todos se da cada uno de los dones; pues hay muchos dones, y a todo hombre le es dado un don por el Espíritu de Dios. A algunos les es dado uno y a otros otro, para que así todos se beneficien”.
Dios otorga dones espirituales según Su voluntad y tiempo, y mediante el poder del Espíritu Santo, dijo la presidenta Johnson. Y los mayordomos fieles usan lo que han recibido para elevar y servir a los demás.
Citando al difunto élder Marvin J. Ashton, ex miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles, la presidenta Johnson enumeró algunos dones “menos visibles” y pidió a los jóvenes adultos que consideraran cuáles poseen.
Estos incluían: escuchar y usar una voz apacible y delicada; evitar la contención; ser amable; evitar la repetición vana; buscar la rectitud; no emitir juicios; dar un testimonio poderoso; y recibir el Espíritu Santo.
Al reflexionar sobre los dones espirituales personales, la presidenta Johnson advirtió a los jóvenes adultos contra la comparación.
“Al compararnos con los demás, nos separamos de ellos”, dijo. “En lugar de sentirme parte de todo el cuerpo de Cristo, asumo el papel de un dedo meñique y comparo mi valor con alguien que considero mis hombros, brazos y torso. Generalmente, cuando nos comparamos con los demás, nos sentimos inferiores o superiores, y ninguno de los dos es el caso”.
La presidenta Johnson invitó a los jóvenes adultos a cultivar el don de abandonar la comparación. Todos son hijos amados de padres celestiales, bendecidos con un “paquete personalizado” de dones, atributos, talentos y fortalezas espirituales.
“Pidan a nuestro Padre Celestial que los ayude a identificar tus dones y talentos espirituales, y cómo podrían usarlos como un fiel mayordomo”, dijo.
Mayordomía de la Tierra
A continuación, la presidenta Johnson habló sobre la mayordomía de la Tierra. Aseguró a los jóvenes adultos que “Dios ha preparado un camino para una vida saludable para todos en este planeta, si estamos dispuestos a emplear nuestros dones y talentos para este bien, a permanecer dignos de recibir revelación y a usar con prudencia los abundantes recursos de la tierra para cuidarnos unos a otros”.
También es importante reconocer la conexión entre cuidar la Tierra y cuidarnos unos a otros, continuó.
Compartió la historia de un joven llamado Eritai Kateibwi (en inglés), quien creció en la remota isla de Marakei, Kiribati. Después de servir una misión, Kateibwi asistió a la Universidad Brigham Young-Hawái, donde aprendió sobre la jardinería hidropónica, un método de cultivo de plantas que utiliza nutrientes minerales en una solución de agua en lugar de tierra.
Kateibwi luego regresó a su hogar en Kiribati, donde las brisas cálidas y saladas y la intrusión de agua de mar a veces destruyen los cultivos y donde, en consecuencia, la desnutrición se estaba extendiendo.
Con sus nuevas habilidades, Kateibwi creó un programa sostenible para enseñar a las familias locales a cultivar frutas y verduras mediante hidroponía. Un huerto hidropónico es portátil, autónomo y puede producir una cosecha en tan solo 30 días. Por su “trabajo innovador y salvador de vidas”, Kateibwi fue nombrado posteriormente Campeón de la Tierra de las Naciones Unidas para Asia Pacífico.
“Eritai es un ejemplo fabuloso de cómo aprovechar los dones y talentos en su administración de la tierra y de su prójimo”, dijo la presidenta Johnson. “Al alimentar a los hambrientos, nos contamos entre las ovejas a la diestra de Dios”.
Luego, dio testimonio de que las personas se acercan más a Jesucristo al buscar bendecir a sus hijos.
“Al cuidar la tierra y a nuestro prójimo, nos acercamos al Salvador y anhelamos una relación de convenio con Él que nos permita ser más como Él”, dijo. Seremos mayordomos responsables y felices, también”.
Mayordomía de los demás
Finalmente, la presidenta Johnson habló sobre la mayordomía que cada persona tiene hacia su prójimo.
La Iglesia hace un bien extraordinario en todo el mundo, dijo, bendiciendo la vida de todas las personas, no solo de los miembros de la Iglesia. En 2024, la Iglesia donó 6.6 millones de horas de voluntariado, USD$1450 millones en gastos y prestó servicio a 192 países y territorios. Las iniciativas humanitarias de la Iglesia incluyen proyectos de agua potable, higiene y saneamiento, ayuda de emergencia, atención médica y seguridad alimentaria.
Además, la Primera Presidencia ha encomendado a la presidencia general de la Sociedad de Socorro la tarea de liderar la expansión de una iniciativa mundial para mejorar la salud y el bienestar de las mujeres y los niños.
“Queremos empoderar a las mujeres y a las familias con mayor comprensión y recursos para que estén mejor preparadas para realizar cambios que puedan tener un impacto duradero en sus hogares, comunidades y naciones”, dijo la presidenta Johnson. “Cuando una mujer se empodera porque goza de salud y educación, las familias se ven bendecidas, las comunidades se ven fortalecidas y las naciones se ven fortalecidas”.
Los jóvenes adultos pueden usar sus talentos para bendecir a sus comunidades de maneras únicas, dijo la presidenta Johnson. Por ejemplo, Alaina Nickerl, estudiante de doctorado en terapia ocupacional, desea trabajar en la unidad de cuidados intensivos neonatales de un hospital para bebés que necesitan cuidados adicionales después del nacimiento, especialmente aquellos que nacen prematuramente.
La iniciativa mundial de la Sociedad de Socorro para las mujeres y los niños conectó con Nickerl, por lo que elaboró el “método canguro” — contacto piel con piel para bebés prematuros — como tema de su proyecto final de posgrado.
Casi 15 millones de bebés nacen prematuramente cada año en todo el mundo, dijo la presidenta Johnson. Y en Atlanta, Georgia, donde vive Nickerl, la tasa de nacimientos prematuros y la tasa de mortalidad infantil son superiores al promedio nacional de EE. UU.
Nickerl está creando un programa educativo para concienciar sobre los beneficios del método canguro y mejorar su implementación en las UCIN. El contacto piel con piel entre los recién nacidos prematuros y sus padres ayuda a mantener la temperatura, reducir el estrés, regular las hormonas, aumentar la conexión, promover la lactancia materna, mejorar el sueño y mucho más.
“Alaina está dejando que brille la luz de su conversión”, dijo la presidenta Johnson. “Está utilizando los talentos con los que ha sido bendecida y cuida de los necesitados estudiando y concienciando sobre esta importante práctica. Sus esfuerzos responden al llamado del Salvador: ‘[Estuve] enfermo, y me visitasteis’ (Mateo 25:35-36)”.
‘Cosas pequeñas y sencillas’
La presidenta Johnson concluyó pidiendo a los jóvenes adultos que hicieran algunas “cosas pequeñas y sencillas” (Alma 37:6) en sus respectivas esferas.
Al igual que Naamán en el Antiguo Testamento, podrían estar esperando que se les dijera que hicieran “alguna gran cosa” (2 Reyes 5:13); pero dondequiera que estén, hay niños desnutridos, personas que no saben leer, obstáculos para acceder a la atención médica y muchas otras necesidades que podrían ayudar a satisfacer.
La presidenta Johnson invitó a los jóvenes adultos a prepararse para la Segunda Venida ejerciendo fiel y provechosamente la mayordomía sobre todo aquello con lo que el Señor los haya bendecido.
“Ustedes, mis amigos, están excepcionalmente preparados y preordenados para ayudarlo”, dijo. Son hijos e hijas de Dios. Él los conoce. Tienen una relación de convenio con Él. Nunca agotarán Su misericordiosa paciencia por ustedes…
“El poder de Dios fortalecerá sus capacidades, aumentará los talentos con los que han sido bendecidos y les ayudará a verlo en los hambrientos, los sedientos, los alejados y los enfermos”.
