Cuando el presidente Jeffrey R. Holland, presidente en funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, ministró en la República Dominicana en noviembre de 2024, observó un hilo común entre algunas preguntas que hicieron los miembros, líderes y misioneros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Esas preguntas giraban en torno a cómo perseverar en tiempos difíciles.
Respondió las preguntas de diversas maneras a lo largo de ese ministerio de cuatro días. Al concluir su tiempo allí, el presidente Holland se sentó para una entrevista final y dio consejos sobre perseverar hasta el fin.
“Estábamos hablando de personas que tienen vidas difíciles o problemas que surgen. Pero todos pasamos por eso. Todos lo hacemos”, dijo.
Permanezcan a bordo del barco
Al comparar los desafíos de la vida con los mares a veces rugientes, el presidente Holland alentó a quienes experimentan la confusión que acompaña a los tiempos difíciles a esquivar la tormenta.

“No abandonen el barco cuando las olas están un poco altas”, dijo. “Es entonces cuando deben amarrarse, ponerse el chaleco salvavidas, aferrarse a un remo y no moverse”.
El presidente Holland dijo que abandonar el barco, que simboliza el evangelio de Jesucristo en este ejemplo, es dejar atrás su protección.
Nuestro Padre Celestial ama a Sus hijos
Y al enfrentar la adversidad, el presidente Holland también enseñó la importancia de recordar que nuestro Padre Celestial ama a todos Sus hijos.
Aconsejó que las personas no deben “suponer que, la primera vez que hay problemas, es porque Dios me odia, o Dios no me ama, o Él no contesta mis oraciones”.
Al tomar la vida del Salvador como ejemplo, el presidente Holland dijo que Jesucristo podría haber mirado a su alrededor y ver a las personas que parecían no agradecidas por Su sacrificio y haber optado por no llevarlo a cabo, pero lo hizo. Completó Su sacrificio expiatorio en nombre de toda la humanidad.

“Estoy agradecido de que, por mi bien, y el de ustedes y el de todos los que conocemos, y de nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, Él pudo llevarlo a cabo”, dijo el presidente Holland.
Centrarse en el futuro
Otra manera en que el presidente Holland enseñó a superar los obstáculos del pasado es centrarse en el futuro y en las promesas del Padre Celestial a quienes sean fieles a sus convenios con Él.
“Creemos que somos dioses en embrión… Pero, ¿cómo sucede eso? ¿Cuáles son las mecánicas de eso?”, preguntó.
En respuesta a su propia pregunta, el presidente Holland enseñó que, tanto en esta vida como en la vida después de la muerte, el aprendizaje se da línea por línea y precepto por precepto.
“Si dicen: ‘Quiero ser longánime, solo que no quiero sufrir, y no quiero que sea por mucho tiempo. Pero realmente estoy a favor de la longanimidad’. Bueno, así no es cómo funciona. Recibimos estas oportunidades para crecer poco a poco, experiencia tras experiencia”, dijo.
Cintas azules y medallas de oro
El camino de cada individuo puede ser único, pero el recorrido lo establece un Padre Celestial que conoce la capacidad de cada uno de Sus hijos. El presidente Holland dijo que el corredor no puede acortar el recorrido, sino que debe completarlo para ganar una recompensa celestial.
“Las cintas azules las entregan al final de la carrera, no las entregan al principio”, dijo.

Y para aquellos que no tengan ganas de seguir adelante, el presidente Holland recordó algo que aprendió de un medallista olímpico, Don Schollander. En un momento dado, Schollander, que estudió en la Universidad de Yale inmediatamente antes que el presidente Holland, ostentaba 38 récords de natación estadounidenses. Alguien una vez le preguntó cómo convertirse en un nadador campeón.
“Pataleas cuando no quieres patalear y das brazadas cuando no quieres hacerlo. Así es como ganas”, dijo Schollander.
Luego, el presidente Holland enfatizó que cada persona es como el Salvador en el sentido de que cada uno debe trabajar duro para completar el viaje de su vida.
“La victoria está al final de la jornada. Así fue con Cristo. Así es con nosotros”, afirmó.