Al reflexionar sobre las jovencitas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la nueva presidenta general de las Mujeres Jóvenes, Emily Belle Freeman, dijo, “Necesitan saber que Jesús irá a su encuentro dónde sea que estén”.
Es posible que muchas personas ya estén familiarizadas con la presidenta Freeman a través de su labor como conferencista, autora, podcaster y maestra. Con todo, la primera cosa que ella desea que sepan —tanto quienes no la conocen, como aquellos que sí — es que tiene una profunda y constante creencia en Jesucristo.
“Es a través de experiencias personales con Él, que he llegado a conocer al Padre Celestial; y, [también,] he llegado a sentir la revelación por medio del Espíritu”, dijo. “Ese ha sido un factor que ha definido mi vida — tener Su compañía a lo largo de toda mi vida”.
Los cimientos de esa creencia comenzaron a surgir en su juventud. Cuando cursaba el último año de la escuela secundaria, sus padres — McKinley McVichie Oswald y Leslie James Oswald — recibieron el llamamiento para liderar la Misión de California Ventura. El primer domingo que la familia estuvo allí, la puerta principal de la casa de la misión se abrió y empezaron a entrar adolescentes que no conocían.
“Finalmente, mi padre llamó al asistente y le dijo: ‘Está pasando algo rarísimo. Todos estos chicos, que nunca hemos visto antes, están entrando y sentándose en la sala de estar. ¿Se supone que hagamos algo?’”, recordó la presidenta Freeman.
El asistente se había olvidado de decirle que, el quinto domingo del mes, los jóvenes de la estaca se reunían en la casa de la misión para compartir su testimonio.
“Así que mi madre cerró la puerta de la cocina y comenzó a hornear brownies y el resto nos sentamos junto con ese grupo de chicos a los cuales nunca habíamos visto antes y que, por sí solos y sin [la ayuda de] ningún líder, organizaron una reunión de testimonios [que ocupaba] toda la sala”, dijo la presidenta Freeman.
Una de las jovencitas se levantó y dio el testimonio más poderoso sobre Jesucristo que la presidenta Freeman hubiera escuchado de una persona de su misma edad.
“Recuerdo estar sentada en el suelo y pensar, ‘yo quiero un testimonio como el de ella’”, dijo. “Y eso es lo que imagino, una comunidad de jovencitas que aprenden por sí mismas — y después se enseñan unas a otras — cómo llegar a conocer a Jesucristo.
‘Elige el mejor’
La presidenta Freeman nació en Boston, Massachusetts, el 31 de diciembre de 1969, en la época en que su padre asistía a la Universidad de Harvard; es la mayor de seis hijos los cuales crecieron en Sandy, Utah. Cuando la familia se trasladó a California, debido a la asignación de liderazgo de sus padres, el menor de los niños estaba en el jardín de infantes (kindergarten).
Después de que el presidente Thomas S. Monson, (en inglés), en aquel entonces consejero de la Primera Presidencia, apartara al padre de ella como presidente de misión, se dirigió brevemente a Emily Belle Oswald, una adolescente de 17 años y le dijo, “Cuando elijas con qué misionero te vas a casar, cerciórate de elegir al mejor”.
Gregory Garth Freeman era uno de los misioneros que servía en esa misión. Se crio en Bountiful, Utah; su familia no participaba activamente en la Iglesia. Sin embargo, tenían un vecino que les ministró fielmente durante muchos años, visitándolos con frecuencia incluso a pesar de sus crecientes obligaciones, primero como obispo del barrio y después como presidente de estaca.
El hermano Freeman también tenía un buen grupo de amigos que lo invitaron a asistir al seminario. Todos ellos iban a servir misiones, y la madre de uno de los amigos le habló sobre prepararse para ir a una misión también. A través de todos estos esfuerzos, los Freeman comenzaron a asistir a la iglesia otra vez, y el hermano Freeman se selló a sus padres y dos hermanas en el templo antes de salir para su servicio misional de tiempo completo.
Él tiene un testimonio de los tiempos del Señor y un profundo aprecio por el hermano que ministró a su familia. “La mano del Señor me ha guiado toda la vida, poniéndome a salvo y manteniéndome digno”, dijo.
Mientras estaba en la misión, recuerda ver a los niños Oswald en todas las conferencias de misión. A menudo cantaban, tocaban música o hablaban en las conferencias de zona y también en las conferencias de estaca.
Después de que Emily Oswald se graduó de la escuela secundaria en California, regresó a Utah y comenzó a aceptar invitaciones para dar discursos. Entonces, después que el hermano Freeman terminó su misión y regresó a Utah, los Oswald le pidieron que fuera a una charla fogonera en la cual iba a hablar su hija, con la esperanza de que pudiera grabar algo y enviárselos.
Poco después de esa noche, Greg Freeman y Emily Oswald comenzaron a salir. Se casaron el 19 de diciembre de 1989, en Templo de Los Angeles, California, (en inglés) donde los selló el presidente Monson.
La recepción de la boda se realizó en la Lion House en la Manzana del Templo en Salt Lake City, el lugar donde, en 1870, Brigham Young reunió a su familia para hablar sobre un nuevo programa para las mujeres jóvenes. Los Freeman visitaron recientemente el mismo salón y se sintieron inspirados por ese vínculo con el pasado.
‘Mucha energía y mucho amor’
La gente le pregunta a la presidenta Freeman cómo es capaz de hacer tantas cosas en su vida, y si aún le queda tiempo para dormir. Dijo que viene de una larga estirpe de mujeres “con mucha energía y mucho amor”. Su madre, sus abuelas y hermanas tenían esos dones, al igual que ella y sus hijas.
Los Freeman tienen cinco hijos — cuatro que nacieron de ellos y uno que llegó a ellos a través del amor, explicaron. Los embarazos fueron difíciles para la presidenta Freeman, ya que experimentaba complicaciones y malestares. Por eso están agradecidos por Caleb, Josh, Megan, Grace y Garett.
“Nos encanta estar juntos, nos encanta el tiempo en familia”, dijo la presidenta Freeman.
Los Freeman siempre quieren que la gente sienta el amor en su casa — todos son bienvenidos, dijo el hermano Freeman. Tienen una política de puertas abiertas y han ayudado a dar apoyo e instrucción a muchos adolescentes durante sus estudios secundarios, entre ellos Garett (en inglés). Los Freeman lo invitaron a vivir con ellos y finalmente lo adoptaron.
“La manera en que Garett llegó a nuestra familia es una historia de amor generoso por parte de cada uno de nuestros hijos, que le recibieron con los brazos abiertos”, dijo la presidenta Freeman. “Todos le apoyaron y lo amaron — es increíble lo que puede hacer el amor. Ha sido una dulce historia para nuestra familia”.
Actualmente, cuatro de los cinco hijos están casados, y los Freeman disfrutan de tener nuevos parientes políticos y nietos a quienes amar.
Sin embargo, su familia no es inmune a los desafíos, entre ellos los problemas de salud a largo plazo y otras pruebas. Han aprendido a tener empatía hacia los demás a través de sus propias experiencias y en su casa hay una placa de madera que dice: “Todo el mundo pasa por algo”.
“Nuestra familia ha aprendido a cuidarse los unos a los otros”, dijo el hermano Freeman, y confían mucho en el poder de las bendiciones del sacerdocio y en la oración, tanto individual como familiar.
A menudo, la gente también le pregunta a la presidenta Freeman sobre sus exclusivas escrituras rosadas. Todo comenzó después de tener un terrible dolor en el codo —que, según determinó el médico, era el resultado de levantar repetidamente la grande y pesada combinación cuádruple para poder sacarla y meterla en su cartera.
En lugar de comprar un conjunto de escrituras más liviano o más pequeño y perder así todas sus notas y las flores prensadas en el interior del libro, encontró a un encuadernador que separó la combinación cuádruple en libros individuales y les puso tapas rosadas, su color favorito.
Una comunidad de mujeres jóvenes
Cuando algunas personas conocen a la presidenta Freeman, le dicen que sienten como si ya fueran buenas amigas. Pero ella dice que eso es porque la gente se siente atraída por Jesucristo, “eso es lo que nos conecta”. Cuando comenzó a escribir en 2003, se preguntó cuál quería que fuera su enfoque, y la respuesta fue, testificar de Jesucristo y Su Expiación.
La presidenta Freeman ha escrito muchos libros (en inglés) y ha hablado en diversas conferencias, talleres y reuniones. Enseñó en el Sistema Educativo de la Iglesia durante muchos años y sirvió como maestra de Doctrina del Evangelio, presidenta de las Mujeres Jóvenes y de la Sociedad de Socorro de su barrio.
Una de las primeras cosas que imaginó después de recibir el llamamiento para servir como presidenta general de las Mujeres Jóvenes, es una comunidad de jovencitas.
“Se necesitan unas a otras en este momento, necesitan saber que tienen un lugar al cual pertenecen y que hay un grupo de instructoras que forman parte del discipulado en el cual pueden confiar mientras pasan lo que la vida les depare”, dijo la presidenta Freeman.
Las redes sociales permitirán establecer estas relaciones con las mujeres jóvenes de todo el mundo.
“Espero un grupo de jovencitas muy unidas y bien comunicadas que se fortalezcan mutuamente dondequiera que estén”, dijo.
Cuando la presidenta Freeman sirvió como presidenta de las Mujeres Jóvenes de su barrio en Draper, Utah, el lema, desde el principio, fue llegar a conocer a Jesucristo. Durante ese primer año, cada una de las líderes enseñó durante un mes solamente sobre una cosa que supiera acerca de Jesucristo.
“Han pasado años y ahora [al ver] a esas mismas jovencitas, [me indican que] ese es su recuerdo de aquel tiempo en las Mujeres Jóvenes — fue la época en que llegaron a conocer a Jesús”, dijo.
Eso es lo que ella desea para las mujeres jóvenes de la Iglesia hoy, que lleguen a conocer a Jesucristo personalmente. “Él irá a su encuentro donde sea que estén y las llevará a lugares a los que nunca podrían llegar por sí solas”.
Acerca de la presidenta Emily Belle Freeman
Familia: Nació el 31 de diciembre de 1969, en Boston, Massachusetts, hija de McKinley McVichie Oswald y Leslie James Oswald. Creció en Sandy, Utah. Se casó con Gregory Garth Freeman el 19 de diciembre de 1989, en el Templo de Los Ángeles, California (en inglés). Son padres de cinco hijos.
Educación: Asistió a la Universidad Brigham Young y a la Universidad de Utah.
Empleo: Autora, conferencista, podcaster y maestra. Ha escrito más de una docena de libros y enseñado durante muchos años en el Sistema Educativo de la Iglesia. También ha discursado en varios programas de BYU y en conferencias, así como también en eventos de Time Out for Women auspiciados por Deseret Book.
Servicio en la Iglesia: Maestra de Seminario, maestra de Doctrina del Evangelio, presidenta de las Mujeres Jóvenes y de la Sociedad de Socorro del barrio.