PROVO, Utah – Tanto los misioneros como aquellos a quienes enseñan pueden crecer a medida que aprenden a hacer y cumplir compromisos con los demás y con el Padre Celestial. Ese fue el mensaje que compartió el élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, en el Seminario para Nuevos Líderes de Misión el sábado, 24 de junio en el Centro de Capacitación Misional en Provo, Utah.
En el tercer día de la capacitación de este año, el élder Andersen animó a los nuevos líderes de misión a ver el valor de las sagradas invitaciones que los misioneros llevan consigo a quienes enseñan. Él expresó su esperanza de que los misioneros siguieran al Espíritu en cualquier invitación que hicieran.
“Oramos por inspiración y desarrollamos planes de enseñanza que respondan a la comprensión espiritual y las necesidades de quienes aprenden de nosotros”, dijo el élder Andersen.
En la enseñanza del capítulo 11 de la segunda edición de “Predicad Mi Evangelio”, dijo que hay tres características específicas que pueden ayudar a los misioneros a saber cómo y cuándo invitar a quienes están enseñando.
“A través de la comprensión, la inspiración y la bondad, nuestros misioneros tienen el poder de guiar espiritualmente a aquellos a quienes enseñan a hacer y cumplir compromisos con sinceridad”, dijo el élder Andersen.

Los misioneros de todo el mundo invitan a quienes enseñan a comprometerse a orar con sinceridad, estudiar las Escrituras, adorar con otros miembros de la Iglesia, seguir los mandamientos y bautizarse, enseñó el élder Andersen. Esas invitaciones deben hacerse a través de la inspiración del Espíritu Santo, no de una lista de control, explicó.
Cuando era un joven misionero en Francia, el élder Andersen dijo que memorizaba lecciones e invitaciones. Pero dijo que también aprendió a seguir la inspiración que sintió al enseñar a personas que se encontraban en diferentes circunstancias de la vida.
Los compromisos y el arrepentimiento
El élder Andersen enseñó cómo hacer y cumplir compromisos es parte de un proceso como “la semilla que brota, que al nutrirla, crecerá hasta convertirse en el árbol floreciente de los convenios eternos”.
Los compromisos que se hacen con frecuencia involucran el arrepentimiento porque son una oportunidad para que las personas cambien y sean mejores, dijo el élder Andersen.
Dijo que el presidente Russell M. Nelson enseñó un ejemplo de esto en la conferencia general de abril de 2019 cuando dijo, “Al escoger arrepentirnos, escogemos llegar a ser más semejantes a Jesucristo”.
El esfuerzo que se requiere para cumplir los compromisos y llegar a ser más como el Salvador puede parecer desalentador a veces, pero el élder Andersen enseñó que esforzarse por alcanzar esta valiosa meta se logra con “Su amor y aprobación”.
Además de sentir más el amor de Dios, el élder Andersen también enseñó que aquellos que cumplen sus compromisos también reciben poder espiritual en sus vidas. La coerción por parte de un misionero a alguien a quien está enseñando no es compatible con este principio, dijo.
“Un misionero nunca debería de tratar de obligar o manipular de alguna manera a alguien mientras ofrece una invitación”, dijo el élder Andersen. “Una invitación correcta eleva, infunde esperanza y edifica al que aprende”.
Extender una invitación en el tono adecuado y explicada doctrinalmente “nos ayuda a entender ‘por qué’ hacemos lo que hacemos”, dijo.

El Apóstol ofreció cinco principios como base para ayudar a los que están siendo enseñados a hacer y cumplir compromisos:
- Hacer compromisos y cumplirlos lleva a los de corazón sincero a hacer y guardar convenios sagrados con Dios.
- Invitar a alguien a hacer un compromiso es a menudo una invitación al arrepentimiento.
- Actuar con fe para seguir mejor a Jesucristo trae Su amor y la verdad de Sus enseñanzas.
- El poder espiritual proviene del ejercicio de la propia voluntad y albedrío, sin compulsión, sin manipulación.
- El momento y el tono de las invitaciones se moldean e inspiran individualmente.
Las invitaciones misionales son un regalo
¿Por qué tanto énfasis en la comprensión de los compromisos y las invitaciones a asumirlos? El élder Andersen dijo que las invitaciones de los misioneros son un tipo de regalo que deben cuidar antes de ofrecerlo a quienes enseñan.
Él ofreció una analogía de un misionero que le presenta a un amigo una hermosa caja de madera intrincadamente tallada, dentro de la cual hay una corona real.
“¿Cuándo debería el misionero ofrecer el regalo al nuevo amigo?” preguntó el élder Andersen. “El momento debe ser el adecuado y las palabras cuidadosamente consideradas para que el valor y la importancia del regalo sean aceptados en todo su esplendor.
“La invitación a entrar en el convenio sagrado del bautismo y recibir el Espíritu Santo es un regalo precioso de un misionero. Si se acepta y se recibe con rectitud, este precioso regalo abre la puerta al reino de Dios”, dijo. “Si se acepta como la primera ordenanza en la senda de los convenios, el futuro es glorioso y de largo alcance”.
Preguntas importantes
Antes de que el élder Andersen comenzara con sus comentarios preparados, habló de tres preguntas importantes, que dijo que sintió la impresión de responder a los nuevos líderes de misión.
¿Por qué hemos sido llamados como líderes de misión?
El élder Andersen dijo que un llamado sagrado “de esta magnitud, con la responsabilidad espiritual que lo acompaña, está ligado, en primer lugar, a quién es usted”. El llamamiento sigue el modelo espiritual registrado en Alma 13:3: “habiendo sido llamados y preparados desde la fundación del mundo de acuerdo con la presciencia de Dios, por causa de su fe excepcional y buenas obras, habiéndoseles concedido primeramente escoger el bien o el mal; por lo que, habiendo escogido el bien y ejercido una fe sumamente grande, son llamados con un santo llamamiento”.
Los líderes de misión, dijo, también han demostrado por sus deseos, decisiones y sacrificios que son verdaderos discípulos del Señor Jesucristo. Sean cuales sean, “sus sacrificios son aceptables para el Señor, y Él los ha llamado a Su obra sagrada”, dijo el élder Andersen.
¿Puedo hacer esto? ¿Serán mis esfuerzos aceptables para el Señor?
La respuesta, dijo, “es un rotundo sí”.
“A los ojos del mundo, somos débiles y sencillos”, dijo el élder Andersen. “Cada uno de nosotros. Pero el Señor ha prometido: ‘Y la voz de amonestación irá a todo pueblo por boca de mis discípulos, a quienes he escogido en estos últimos días.... Lo débil del mundo vendrá y abatirá lo fuerte y poderoso, para que el hombre no ... ponga su confianza en el brazo de la carne;’ (Doctrina y Convenios 1:4, 19)”.
El élder Andersen dijo: “El Señor, a través del maravilloso don de Su poder capacitador de Su sacrificio expiatorio, expandirá sus talentos y elevará sus capacidades. El don de la revelación los bendecirá todos los días”.
¿Por qué los nuevos líderes de misión y otras personas sintieron tanto amor y emoción cuando el élder Jeffrey R. Holland conectó, durante su discurso de seminario, a cuatro apóstoles y ex presidentes de misión con cuatro de sus ex misioneros?
Durante su discurso en el seminario, el élder Holland expresó una profunda y emotiva gratitud por la influencia de su misión y sus presidentes de misión. Luego pidió al élder Neil L. Andersen, al élder Ronald A. Rasband, al élder Gary E. Stevenson y al élder Ulisses Soares que consideraran su propia influencia como presidentes de misión. Pero antes de que pudieran responder, el élder Holland hizo que uno de cada uno de los ex misioneros del líder se uniera a él en el escenario, demostrando la influencia de un presidente de misión en la vida de sus misioneros. El amor y la conexión que se da entre los líderes de misión y los misioneros se demostró sin palabras.
Durante su discurso, el élder Andersen les dijo a los nuevos líderes de misión que mientras sirven, decenas de misioneros “abrirán sus corazones a ustedes y al Señor. Les enseñarán de Jesucristo y de sus incomparables dones. Adoptarán estas enseñanzas y guiarán a muchos al Salvador. Las cosas que aprendan de ustedes mientras los observan y los escuchan nunca los abandonará. ... Ellos los amarán. Ustedes los amarán. Ese amor se expandirá y crecerá a medida que vean su efecto en sus vidas y en las vidas de sus familias”.
Luego compartió la carta de sus amigos, el presidente Jean-Luc Louis Magre y la hermana Beatrice Magre, quienes acaban de completar el servicio misional en la Misión República del Congo Brazzaville.
“Esta obra misional ha cambiado nuestras vidas”, escribieron. “Estamos muy agradecidos por el amor que hemos sentido, la paciencia que hemos ganado, la doctrina que hemos aprendido, el crecimiento de nuestros testimonios, los susurros espirituales y la santa guía que hemos recibido, y por la gran comprensión de quiénes somos y de lo que podemos hacer.”