José Smith tenía solo 23 años y Oliver Cowdery solo 22 cuando Juan el Bautista se les apareció en Harmony, Pensilvania, y les confirió el Sacerdocio Aarónico.
El evento de 1829 podría haber parecido asombroso a José y Oliver, que eran pobres, humildes e insignificantes según los estándares del mundo. Pero Juan el Bautista se dirigió a ellos como “mis consiervos”.
El élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, relató la historia el viernes, 23 de junio durante el Seminario para Nuevos Líderes de Misión 2023 en el Centro de Capacitación Misional en Provo, Utah.
Dijo que los nuevos líderes de misión también son “consiervos” — con Juan el Bautista, con Pedro, Santiago y Juan, con los apóstoles vivientes y con los miembros de la Iglesia en todo el mundo.
“Es posible que tengamos asignaciones diferentes, pero no es una obra diferente”, dijo el élder Uchtdorft. “Todos servimos a un Maestro, Jesucristo, y todo es una sola obra — Su obra”.
Esta “verdad importante” sentó las bases para el discurso del élder Uchtdorf, que se centró en unir a los miembros y líderes con los misioneros locales a medida que todos participan en la obra misional.
El tema provino del capítulo 13 de la segunda edición de “Predicad Mi Evangelio”, titulado “Únase a los líderes y los miembros para establecer la Iglesia”.
El élder Uchtdorf dijo que los líderes de la Iglesia saben desde hace muchos años que los misioneros más eficaces son aquellos que involucran a los miembros y a los líderes. Sin embargo, los misioneros “con demasiada frecuencia” abordan su labor como vendedores, lo que da como resultado relaciones superficiales y temporales.
Pero los misioneros son discípulos de Cristo y el brazo extendido del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó.
Si los misioneros ven a los miembros y líderes del barrio como consiervos, “entonces no hay límite para el bien que pueden lograr juntos, y dejarán una impresión de recuerdos sagrados en el corazón de sus misioneros y miembros”, dijo el élder Uchtdorf.
Unidad entre los ‘consiervos’
El élder Uchtdorf enseñó que la unidad es un poderoso testimonio de la influencia del Salvador. Jesucristo reunió a judíos y gentiles, publicanos y pescadores, hombres y mujeres; hoy, Él puede reunir a los misioneros de tiempo completo y a los miembros de la Iglesia.
“Quizás más personas en el mundo obtendrían un testimonio de Jesucristo y Su Iglesia si vieran más unidad entre nosotros como miembros de Su Iglesia y como Sus discípulos y siervos autorizados”, dijo el élder Uchtdorf.
La unidad no significa que todos vean las cosas de la misma manera, continuó; significa que todos miren hacia Jesucristo.
“Somos uno, no por dónde hemos estado sino hacia dónde nos esforzamos por llegar, no por quiénes somos sino por quiénes buscamos llegar a ser”, dijo el élder Uchtdorf. “Los desafíos de establecer la Iglesia del Salvador requieren múltiples perspectivas, pero todas ellas con la mira puesta únicamente en la gloria de Dios”.
La unidad no necesariamente se ve igual en todo el mundo, aclaró el élder Uchtdorf. En algunos lugares, la Iglesia está bien establecida y los miembros tienen años de experiencia de servicio en la Iglesia. Pero en otras áreas, la Iglesia es relativamente nueva, con muchos líderes que son miembros nuevos.
En todos los lugares, sin embargo, los miembros y líderes locales son consiervos de los misioneros.
“Aman al Salvador y quieren servirle. Sus misioneros aprenderán de los miembros y los miembros aprenderán de sus misioneros”, dijo el élder Uchtdorf.
Aconsejó a los nuevos líderes de misión que confiaran tanto en la revelación personal como en la revelación de los líderes en sus áreas. Debido a que cada misionero y líder recibe solo una parte de la revelación necesaria, es vital que todos trabajen juntos.
“Imagínense cuánto más se puede lograr — cuántos más de los hijos de Dios podrían ser congregados y bendecidos — cuando la revelación de Dios a los miembros, a los líderes de estaca y de barrio, se une con la revelación que les está dando a los misioneros”, dijo el élder Uchtdorf.
Los misioneros pueden fomentar la unidad con los miembros del barrio de diversas maneras, dijo, como invitar a los jóvenes a estudiar o enseñar con ellos, asistir a las reuniones del consejo de barrio para que sus planes de misión puedan complementar el plan de misión del barrio y trabajar junto a los miembros cuando se presenten oportunidades de servicio.
El élder Uchtdorf enfatizó que establecer la Iglesia no significa simplemente bautizar a los nuevos conversos y fortalecer a los nuevos miembros. Significa ayudar a todos los miembros a guardar sus convenios, apoyarlos en sus esfuerzos de servicio y enseñar a los misioneros de tiempo completo cómo aconsejar a otros consiervos.
“Y todo esto sucede con mayor eficacia cuando los misioneros, los miembros, los líderes y los ángeles del cielo trabajan juntos como consiervos”, dijo el élder Uchtdorf.
