LUSAKA, ZAMBIA — Aprovechando al máximo una escala de un día en Lusaka, la ciudad capital de Zambia, el élder Quentin L. Cook se reunió el miércoles, 22 de febrero con miembros de la Iglesia y misioneros que prestan servicio en el país. El élder Cook los animó a hacer las cosas que el Salvador quisiera que hicieran.
“No se desesperen. Amen y cuiden a sus seres queridos, y permitan que la obra del Señor siga adelante”, dijo el miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles.
La esposa del élder Cook, la hermana Mary Cook, acompañó a su esposo, junto con el élder Denelson Silva, segundo consejero de la presidencia del Área África Sur y su esposa, la hermana Regina Silva, y el élder Clement M. Matswagothata (en inglés) Setenta de Área.
El mensaje del élder Cook se centró en gran parte en “cuatro cosas que debemos hacer hoy”.
“¿Cuáles son las cuatro cosas que nuestro Salvador quiere que hagamos hoy?” preguntó.
- “Primero, necesitamos vivir una vida cristiana, como la de Cristo”.
- “Segundo, debemos cuidar de los necesitados”.
- “Tercero, necesitamos compartir el evangelio de Jesucristo con todos. Necesitamos amar, compartir e invitar”.
- “Cuarto es hacer nuestra historia familiar y asegurarnos de que estén sellados juntos”.
Estos cuatro temas están cubiertos en el manual general de la Iglesia que está disponible para todos en el sitio web de la Iglesia.
El élder Cook dijo que elegir hacer las cosas que el Señor pide de Sus seguidores requiere el uso adecuado del albedrío.
“No se puede crecer y desarrollarse sin el albedrío”, dijo.
La hermana Cook animó a los santos a usar su albedrío para “dejar que su luz brille ante este pueblo”.
El élder Silva, quien anteriormente sirvió como presidente de misión en la cercana Misión Angola Luanda de 2016 a 2019, habló sobre usar el albedrío para confiar en Dios y guardar Sus mandamientos. Al confiar en Él y ser obedientes a Él, “tendrán un bendito y feliz estado”, como lo describe el rey Benjamín en Mosíah 2:41.
“Dios nunca falla en sus promesas”, dijo el élder Silva. “Dios no quiere darnos las sobras. Él quiere darnos todo — todo lo que tiene”.
La hermana Silva dio su testimonio en inglés — su segundo idioma. Si bien podría haber usado un traductor, ella quiso compartir sus sentimientos personalmente y testificar del Salvador.
“Sé que Él vive y nos ama a todos”, dijo.
El élder Matswagothata compartió su testimonio de José Smith como el primer profeta de la Restauración. Testificó que el poder profético otorgado a José Smith ha continuado de profeta en profeta hasta el presidente Russell M. Nelson en la actualidad. Ellos siguen las impresiones del Espíritu Santo y las instrucciones del Señor, dijo.
“Ruego… que luego vayamos y hagamos las cosas que el Espíritu nos ha susurrado”, dijo el élder Matswagothata.
El élder Cook concluyó dejando una bendición para el pueblo de Zambia.
“Invoco una bendición sobre ustedes y sobre este país y sobre los misioneros y sobre los líderes locales y ustedes miembros y cualquier visitante que tengamos aquí”, dijo.
El élder Cook prometió que la paz vendría a nivel individual al honrar los convenios y arrepentirse regularmente.
“La recompensa de la rectitud es la paz en esta vida y la vida eterna en el mundo venidero. No tendremos paz en este mundo. Tendremos la paz individual que el Señor nos puede dar incluso en los tiempos tumultuosos y las dificultades que enfrentamos”.
El crecimiento de Zambia
Casi 600 personas llenaron la capilla para un devocional que también se transmitió en todo el país para aquellos que no pudieron asistir de manera presencial.
Cuando concluyó la reunión, los santos salieron de la capilla para despedirse del élder Cook mientras él y los demás líderes de la Iglesia se marchaban. Muchos de los que asistieron se quedaron para hablar unos con otros y compartir con gozo lo que sintieron en la reunión durante casi dos horas después de que se fue el élder Cook.
Zambia comparte su frontera con otras ocho naciones africanas — el número más alto del continente. Este año, la población del país probablemente superará la marca de los 20 millones de habitantes. Comparativamente, la Iglesia tiene una huella pequeña y creciente de más de 5000 miembros.
Independientemente del tamaño de la Iglesia, el élder Cook dijo que sus miembros deben regocijarse en su testimonio y propósito compartidos.
“No importa dónde vivamos, somos miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Somos de un solo corazón y una sola mente”.
En su testimonio final, el élder Cook compartió su amor por el Señor.
“Soy testigo seguro de que Jesucristo vive, que es divino y que guía a su Iglesia”