La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días emitió la siguiente declaración (en inglés) el viernes 5 de agosto de 2022. La declaración surge en respuesta a un artículo reciente de Associated Press (en inglés) sobre la línea de ayuda de la Iglesia para casos de abuso:
El abuso de un niño o cualquier otra persona es inexcusable. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cree esto, enseña esto y dedica enormes recursos y esfuerzos para prevenir, denunciar y abordar el abuso. Nuestros corazones se rompen por estos niños y todas las víctimas de abuso.
La naturaleza y el propósito de la línea de ayuda de la Iglesia se caracterizaron gravemente de manera errónea en un artículo reciente de Associated Press. La línea de ayuda es fundamental para garantizar que se cumplan todos los requisitos legales para la presentación de informes. Proporciona un lugar para que los líderes locales, que prestan servicio voluntariamente, reciban instrucciones de expertos para determinar quién debe hacer un informe y si ellos (los líderes locales) deben desempeñar un papel en ese informe. Cuando un líder llama a la línea de ayuda, la conversación se trata de cómo detener el abuso, cuidar a la víctima y garantizar el cumplimiento de las obligaciones de informar, incluso en los casos en que la ley otorga el privilegio del clérigo-penitente o restringe lo que se puede compartir de conversaciones eclesiásticas privadas.
La línea de ayuda es solo una de las muchas medidas de seguridad establecidas por la Iglesia. Cualquier miembro que se desempeñe en una función con niños o jóvenes debe completar una capacitación cada pocos años sobre cómo observar, denunciar y abordar el abuso. A los líderes y miembros se les ofrecen recursos sobre cómo prevenir, abordar y denunciar cualquier tipo de abuso. Las enseñanzas y los manuales de la Iglesia son claros e inequívocos acerca de los males del abuso. Los miembros que violan esas enseñanzas son disciplinados por la Iglesia y pueden perder sus privilegios o membresía. Estos son solo unos pocos ejemplos.
La historia presentada en el artículo de AP es demasiado simplificada e incompleta y es una tergiversación grave de la Iglesia y sus esfuerzos. Continuaremos enseñando y siguiendo la amonestación de Jesucristo de cuidarnos unos a otros, especialmente en nuestros esfuerzos relacionados con el abuso.