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Scott Taylor: Cómo decir la oración equivocada llevó a que la ordenanza de la Santa Cena no se viera como algo ‘rutinario’

La administración de la Santa Cena no debe ser estricta, rígida o mecánica, sino respetuosa, reverente y representativa

Recientemente me invitaron a ayudar en la administración de la Santa Cena, lo cual me hizo retroceder 40 años, a la época en que era un joven adulto casado y ayudaba a bendecir el pan y el agua en esta sagrada ordenanza del día de reposo.

Fue allí, en ese momento en que cometí un error que vuelve a mi memoria con frecuencia y además sirve de reflexión por las razones correctas, creo yo.

Todavía estaba arrodillado junto a la mesa sacramental después de haber ofrecido la oración, cuando un amable y amoroso consejero del obispado se puso a mi lado, se inclinó y me susurró: “Scott, fue una oración maravillosa, pero tienes que bendecir el agua y no el pan”.

¡Oh, no! ¿Realmente dije la oración equivocada? Ah, sí.

El tiempo ha borrado cualquier recuerdo o sentimiento recurrente de la decepción y vergüenza que, sin duda, habría sentido en aquel momento. Sin embargo, nadie dijo nada, ni se burló ni hizo bromas después del error, que ciertamente no habría pasado inadvertido.

Como no pude volver atrás y ofrecer la oración correcta desde el principio, ahora me doy cuenta de que había sido tan descuidado que no había dado vuelta la tarjeta que tenían el texto de las dos oraciones, uno en cada lado, estaba demasiado apresurado para hacer una pausa y prepararme a conciencia.

Esencialmente, había tratado la bendición como una rutina.

El Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días dice que los Santos de los Últimos Días recuerdan a Jesucristo al participar de la Santa Cena y es a través de esta ordenanza, que los miembros renuevan el convenio de tomar sobre sí el nombre del Salvador, recordarle siempre y guardar Sus mandamientos.

Durante el Seminario para Nuevos Líderes de Misión que se llevó a cabo en junio de 2019, el presidente Russell M. Nelson habló sobre hacer nuevos convenios también.

“Pienso que el haber hecho un convenio hoy es mucho más importante que el mensaje que he preparado”, dijo al hablar después de la administración y reparto de la santa cena esa mañana durante la sesión dominical del seminario. “Al participar de la Santa Cena, he hecho el convenio de que estoy dispuesto a tomar sobre mí el nombre de Jesucristo y que estoy dispuesto a obedecer Sus mandamientos.

“Oigo con frecuencia la expresión de que participamos de la Santa Cena para renovar los convenios que hicimos al bautizarnos. Si bien eso es cierto, es mucho más que eso. He hecho un convenio nuevo. Ustedes han hecho convenio nuevo […]. Y, a cambio, Él declara que siempre tendremos Su Espíritu con nosotros. ¡Qué bendición!” (Un compromiso inquebrantable con Jesucristo. Élder Dale G. Renlund, conferencia general de octubre de 2019 véase la nota No. 18).

Una ordenanza sagrada, a través de la cual se hacen y se renuevan convenios, requiere de un entorno y una presentación apropiados.

Además de subrayar la reverencia de la congregación durante la bendición y reparto de la santa cena, el Manual General les recuerda a quienes administran la ordenanza que deben hacerlo de manera solemne, siendo conscientes de que están representando al Señor. Entonces añade: “El obispado los alienta a meditar en la Expiación del Salvador mientras preparan, bendicen y reparten la Santa Cena”.

Quienes bendigan y repartan la Santa Cena deben estar limpios y aseados, no deben llevar prendas ni alhajas que desvíen la atención de la adoración y de los convenios que se hacen, que son el propósito de la ordenanza, establece el manual. El reparto de la Santa Cena debe hacerse de forma natural y no excesivamente formal, no se deben requerir ciertas acciones ni apariencias —como colocar la mano izquierda detrás de la espalda o que todos se vistan igual.

Las oraciones sacramentales —que fueron reveladas por el Señor (véase Doctrina y Convenios 20:77, 79, y Moroni 4-5) — se deben pronunciar de manera clara, precisa y con solemnidad. El obispo se asegura de que se digan correctamente, y se repitan si es necesario hacer una corrección.

En resumen, la administración de la Santa Cena no debe ser estricta, rígida o mecánica, sino respetuosa, reverente y representativa

Y para todos los involucrados en la ordenanza —tanto los que ofician como los que participan de los emblemas— esta nunca debe verse como una “rutina”.

Después de finalizada la reunión sacramental, en ocasiones, me acerco a quienes han preparado, bendecido o repartido la Santa Cena para expresarles mi agradecimiento por la forma reverente y ordenada en que desempeñaron sus deberes del sacerdocio. Les recuerdo su función en el proceso de realizar el convenio y lo sagrada y especial que es la ordenanza de la Santa Cena para todos los asistentes.

Si hay algún joven que se haya equivocado al decir la oración para bendecir el pan o el agua y que necesita repetirla sin errores, lo felicito por cerciorarse de que las oraciones reveladas por el Señor se digan correctamente.

Y, antes de relatarle mi propia experiencia como una muestra de empatía, lo felicito por haber empezado con la oración correcta.

— Scott Taylor es el director gerente de Church News.

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