Imagínese organizar una gran reunión de amigos el Día de Acción de Gracias, en su mayoría jóvenes adultos. Pero hay algunas advertencias y limitaciones sobre lo que usted y ellos pueden hacer ese día.
No se puede jugar a los tradicionales partidos de fútbol americano “Turkey Bowl” en el vecindario. No se pueden ver partidos de fútbol americano de la NFL o de fútbol universitario, películas navideñas de Hallmark o series en línea en la televisión — ni siquiera se puede ver televisión. No se pueden jugar juegos de mesa, rompecabezas, bingo, charadas ni nada por el estilo. Y tampoco espere pasar mucho tiempo con el teléfono inteligente. Ah, ¿y hemos mencionado que la lista de invitados supera los 1300?
No basta con insertar una tablilla adicional en la mesa del comedor o hacer lugar para un par de cubiertos más. ¿Y quién lavará todos esos platos?
Bienvenidos al Día de Acción de Gracias en el Centro de Capacitación Misional de Provo, donde el jueves 28 de noviembre, el número de élderes y hermanas en el CCM era de 1359. Esa cifra requirió que el almuerzo de Acción de Gracias se sirviera en tres sesiones separadas y que el proyecto de servicio anual se hiciera en dos turnos por la tarde.
“El Día de Acción de Gracias en el CCM de Provo puede ser un momento en el que se realce la profunda gratitud por Dios el Padre; Su Hijo Amado, Jesucristo; y por nuestros semejantes”, dijo el presidente Kevin E. Calderwood, presidente del CCM de Provo.
“Mediante devocionales, presentaciones musicales y un proyecto de servicio en el que unos 1500 misioneros preparan 500 000 comidas individuales para los bancos de alimentos locales, los misioneros adquieren un mayor amor y aprecio por todo lo que Dios les ha dado — y luego sienten el deseo de servir y dar algo a sus semejantes. Los misioneros pueden entonces llevar el amor de Dios y del prójimo al mundo”, dijo.
Su esposa y compañera de liderazgo del CCM, la hermana Sydnee L. Calderwood agregó: “La experiencia del CCM ayuda a los misioneros a ver al Salvador con nuevos ojos, por lo que durante estos días especiales, su creciente amor y gratitud es casi tangible, y su propósito misional resuena de una manera nueva”.
Escuchando a un Apóstol
Los principales eventos del día comenzaron con un devocional a las 10:00 h, con el élder Quentin L. Cook, del Cuórum de los Doce Apóstoles, y su esposa, la hermana Mary Cook.
En su discurso, el élder Cook hizo hincapié en cuatro temas y esfuerzos clave para la obra misional. En primer lugar, mencionó la festividad que se celebra en los Estados Unidos y citó a profetas, Escrituras y al Salvador en su mensaje introductorio de Acción de Gracias.
El élder Cook agregó sus propias palabras de misioneros y gratitud: “Ustedes están en una época única de su vida en la que demuestran su amor y agradecimiento al Señor mediante su servicio a Él y a Sus hijos. Su misión puede ser uno de los momentos más alegres y gratificantes de su vida”, enseñó. “Un servicio como este nos ayuda a obtener nuevas perspectivas sobre las bendiciones y los privilegios que disfrutamos como miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”.
Después del devocional, los misioneros se dividieron en tres grupos y se les envió en tantas oleadas como fuera posible a la cafetería del CCM para su comida del Día de Acción de Gracias — pavo y otros platos tradicionales.
Cena de Acción de Gracias en el CCM de Provo
En realidad, la cena de Acción de Gracias en el CCM de Provo no es muy diferente de cualquier comida típica allí, excepto en que se centra en la comida tradicional de las fiestas y en que el personal está limitado por la festividad, dijo Corey Lewis, director general de Servicios de Comedor del CCM.
“Alimentar a 1500 personas — es un número bajo para nosotros”, dijo Lewis, consciente de los meses de verano, cuando el número de misioneros en el CCM realmente aumenta. “Todos los días estamos preparando comidas para el desayuno, el almuerzo y la cena para estos misioneros”.
¿Pero para un día festivo? “Queremos que tengan Acción de Gracias mientras están aquí, que sientan ese pequeño toque de hogar que podrían extrañar — no que estén demasiado nostálgicos, pero que aún sientan que están recibiendo su pavo, relleno y golosinas”.
Manjares como pasteles de calabaza y manzana y tartas de nueces y más.
Pero Lewis y su personal deben tener en cuenta a las personas con limitaciones dietéticas — entre el 5 y el 7% generalmente tiene algún tipo de alergias alimentarias o restricciones médicas, dijo.
Alimentar a cientos de personas requiere cantidades sustanciales de alimentos. “Me da miedo cuando empiezo a pensar en ello”, dijo Lewis sobre la planificación previa a las fiestas con su chef ejecutivo. Solo para la preparación del Día de Acción de Gracias, el CCM cocinó alrededor de 780 libras de pechuga de pavo.
“Es una cantidad increíble, y luego, si miramos las estadísticas sobre la leche con chocolate que consumimos a diario y las cantidades de cereal — es simplemente increíble”, dijo Lewis, y agregó: “Estamos agradecidos por esos recursos sagrados”.
Para las fiestas, las cocinas y el comedor del CCM estuvieron atendidas por unas 100 personas — unos 50 a 60 empleados estudiantes que estaban disponibles y otros 30 a 40 voluntarios. Después del almuerzo, los misioneros fueron dirigidos a salas llenas de comida donde prepararon bolsas de comida para la cena, aliviando la necesidad de personal de cocina y cafetería por la noche.
“Apreciamos la oportunidad de poder servir a los siervos del Señor aquí”, dijo Lewis, “y nutrirlos físicamente mientras se nutren espiritualmente aquí en el CCM”.
De comer una comida a preparar muchas para otros
Los misioneros del CCM pasaron de una comida que comieron a crear y empaquetar cientos de miles de comidas más para ayudar a alimentar a los necesitados.
Después del almuerzo, los más de 1300 misioneros participantes — que representan asignaciones en 256 misiones en todo el mundo e incluyen más de 100 misioneros de servicio de Provo y el área del condado de Utah — recibieron instrucción sobre el proyecto de servicio de la tarde.
Por tercer año consecutivo, el CCM colaboró con Hunger Fight de Jacksonville, Florida, en el envasado de comidas de avena y azúcar Morena que se donarían al Banco de Alimentos de Utah. El objetivo era preparar 500 000 comidas — la mayor cantidad en tres años de proyectos de servicio del CCM.
“Esta contribución de 32 477 kilos de alimentos es transformadora, capaz de alimentar a una familia de cuatro personas durante 13 años y medio”, dijo Bob Sorenson, secretario ministerial del CCM y líder del equipo del proyecto de servicio humanitario. “En verdad, participar en este proyecto de servicio del Día de Acción de Gracias hace que este sea un día de gozo, un día de muchas sonrisas y un día de buenas noticias para todos”.
Los misioneros se dividieron en dos turnos de dos horas para el proyecto, y cada turno contaba con casi 800 élderes y hermanas que trabajaban en grupos de 10 en las 80 estaciones de trabajo instaladas en el área de estacionamiento subterráneo del CCM. El alegre trabajo estuvo acentuado por el repique de campanas y los cantos — el repique de campanas para celebrar una caja llena de 42 comidas empaquetadas y el canto de villancicos y canciones navideñas por parte de los misioneros resonaron desde el estacionamiento subterráneo.
Mientras un turno estaba en el proyecto de servicio, la otra mitad de los misioneros del CCM estaban viendo una película juntos. Después de las primeras dos horas, los dos grupos intercambiaron lugares.
Presentación musical y "tiempo de milagros"
El programa de la tarde incluyó a los misioneros comiendo la comida en bolsas en los salones de clase, seguido de una actuación musical especial por Jon Schmidt de The Piano Guys y su esposa, Michelle Schmidt.
Por la tarde, los misioneros almorzaron en sus aulas y, a continuación, Jon Schmidt, de The Piano Guys, y su esposa, Michelle Schmidt, ofrecieron una actuación musical especial.
“Se ha convertido en una especie de tradición de Acción de Gracias tenerlos aquí — los amamos y ellos aman a los misioneros”, dijo la hermana Calderwood de los Schmidt. “Su actuación es muy entretenida, pero también una delicia espiritual.
“El CCM es un centro para tantos artistas maravillosos que se han convertido y están dispuestos a compartir sus talentos y sus historias”, agregó. “Sorprenden y deleitan a los misioneros, y el nivel de alegría durante las fiestas es extraordinario”.
La velada concluiría con los misioneros disfrutando de la primera noche de luces navideñas en el campus del CCM — junto con música y bocadillos — antes de concluir con la media hora nocturna de “tiempo de los milagros” que comienza a las 22:00 h.
“Se invita a todos los misioneros a estar en su dormitorio con la puerta cerrada, concentrados en lo que han aprendido acerca de Jesucristo durante ese día”, dijo el presidente Calderwood, describiendo el momento tranquilo y reflexivo cuando los misioneros van a las fuentes donde encuentran al Salvador, reflexionan sobre las charlas en el aula o los devocionales acerca de Jesucristo, leen “Predicad Mi Evangelio” o las Escrituras, escriben en diarios o meditan y oran.
“Las luces se apagan a las 22:30 h, con la mente y el corazón centrados en Jesucristo”, agregó, “y con la promesa de levantarse con la mente vigorizada el día siguiente”.
Lo que decían los misioneros
El élder Theodor Cornehls, de Alemania, que está aprendiendo cantonés para servir en Hong Kong, dijo que el día festivo estadounidense es “una experiencia nueva” y agregó: “Realmente la disfruto y aprecio todo el esfuerzo que la presidencia del CCM pone para que sea especial y una buena experiencia para los misioneros”.
La hermana Brynna Dixon, de Cedar Rapids, Iowa, y asignada a la Misión Hungría Budapest, dijo que le encanta el Día de Acción de Gracias en el CCM. “Hay mucha positividad y agradecimiento aquí, y han tratado de que sea realmente especial para nosotros. Aunque estamos lejos de casa y extrañamos a nuestras familias, ha sido genial”.
La hermana Eve Behunin, de Salt Lake City y también asignada a la Misión Budapest, disfrutó del proyecto de servicio. “Me ayuda a no pensar en el hecho de que no estoy en casa en este momento. No podría pensar en una mejor cosa que hacer ahora mismo en el Día de Acción de Gracias; me brinda alegría y felicidad y me hace sentir más como Cristo”.
Y el élder Jaxon Day, de Hyrum, Utah, asignado a la Misión Albania Tirana, dijo acerca del proyecto de servicio: “Es una sorpresa que esté sirviendo en el Día de Acción de Gracias, y estoy agradecido de poder servir a otras personas que estarán agradecidas por estas comidas”.
