El élder Isaac K. Morrison y su esposa, la hermana Hannah Morrison, que esperaban servir como líderes de misión en África, se sorprendieron al recibir un llamamiento a la Misión Columbia Carolina del Sur. Sin embargo, cuando la pandemia de COVID-19 cerró las fronteras del país e impidió los viajes en avión, la pareja fue reasignada a la Misión Ghana Cape Coast, cuyos límites abarcaban el lugar donde los dos habían crecido.
“Como familia, nos arrodillamos en oración y le preguntamos a Dios por qué nos había sucedido este cambio y cómo quería Él que procediéramos”, dijo el élder Morrison, ahora Setenta Autoridad General, a los estudiantes de Ensign College en un devocional el 12 de marzo (en inglés). La hermana Morrison también ofreció breves comentarios.
La respuesta a la oración de los Morrison, una fuerte impresión espiritual, llegó en forma de un versículo: “Estaré a vuestra diestra y a vuestra siniestra, y mi Espíritu estará en vuestro corazón, y mis ángeles alrededor de vosotros, para sosteneros” (Doctrina y Convenios 84:88).

“Aunque al principio nos decepcionó no haber ido a Carolina del Sur”, continuó, “no cambiaríamos por nada nuestras experiencias en la Misión Ghana Cape Coast. Resultó ser lo mejor y lo más gratificante que nos ha sucedido”.
Esta experiencia le ha enseñado al élder Morrison cuatro principios: Confiar en el tiempo del Señor, someterse a la voluntad del Señor, aprovechar las circunstancias difíciles y acoger las oportunidades inesperadas.
Dijo: “Puede que no siempre entendamos por qué ocurren ciertos cambios en nuestras vidas, pero con Cristo como nuestro centro, podemos tener fe en que cada desafío y cada bendición tienen un propósito en nuestro progreso divino”.

1. Confiar en el tiempo del Señor
Después de llegar más tarde de lo previsto al Templo de Accra Ghana (en inglés), John Mensah, de 50 años, perdió la sesión programada y en su lugar llevó a cabo ordenanzas iniciatorias. Mientras esperaba, se encontró con un hombre de 75 años, que se llamaba igual que él y que era del mismo pueblo.
El hombre mayor era el padre de Mensah, que se reunía con su hijo por primera vez desde su nacimiento, debido a que el padre había sido expulsado del pueblo.
“Ambos habían recibido el Evangelio restaurado en diferentes partes de Ghana y tuvieron el privilegio de reunirse en la casa del Señor”, relató el élder Morrison. “Incluso cuando las cosas no sucedan según nuestros propios planes, podemos tener fe en que el tiempo de Dios es perfecto”.

2. Someterse a la voluntad del Señor
El Evangelio de Mateo registra que cuando el Salvador sufrió en el Huerto de Getsemaní, oró tres veces, y cada oración terminaba con el mismo sentimiento: “No sea como yo quiero, sino como tú” y “hágase tu voluntad” (Mateo 26:39, 42).
Aquellos que se someten a Dios y confían en él obtienen fortaleza y están equipados para los desafíos futuros, dijo el élder Morrison. Por lo que la comunicación abierta y regular a través de la oración es vital cuando se navega por las complejidades de la vida.
“Sometámonos humildemente a Su guía, confiando en que Él sabe lo que es mejor para nosotros. Cuando nos rendimos a Su voluntad, nuestra propia voluntad es absorbida por la Suya y le ofrecemos nuestros corazones, mentes y almas como ofrendas”.
El verdadero gozo y plenitud, dijo, se obtienen al alinear nuestra propia voluntad con la voluntad del Padre Celestial.

3. Aprovechar las circunstancias difíciles
El cambio a menudo se ve como una amenaza, lo que hace que muchos se resistan sin considerar sus beneficios potenciales, dijo el élder Morrison. Sin embargo, aquellos que esperan y planifican el cambio pueden encontrar experiencias increíblemente satisfactorias y transformadoras en la vida.
“Si bien el cambio puede ser doloroso, reconocer el progreso que trae consigo puede ser inmensamente satisfactorio”, afirmó. “En lugar de ver el cambio como un adversario, debemos abordarlo de manera reflexiva y estar abiertos a las experiencias profundas y gratificantes que puede ofrecer”.
El élder Morrison invitó a quienes luchan por el cambio a recordar el aliento de Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13), y el llamado del presidente Russell M. Nelson a “pensar de manera celestial”.
“Cuando elegimos seguir y alinear nuestra voluntad con la voluntad del Padre Celestial y con Sus profetas, obtenemos guía y dirección espiritual en nuestras vidas”, dijo el élder Morrison. “Esto puede conducir al crecimiento personal, al desarrollo del carácter y a un aumento de la fortaleza espiritual”.

4. Acoger las oportunidades inesperadas
El cambio es un aspecto inevitable de la vida, dijo el élder Morrison. Sin embargo, “acoger nuevas oportunidades con fe significa permitir que la esperanza los guíe”.
Continuó: “Adoptemos una actitud abierta y dispuesta, acogiendo estas agradables sorpresas, sabiendo que pueden llevarnos por caminos extraordinarios que nunca podríamos haber imaginado”.
Poseer y ejercer la fe es una elección, dijo el élder Morrison. Al optar actuar con fe y tomar decisiones correctas, incluso a pesar de circunstancias imprevistas, los santos pueden mejorar su capacidad y fortaleza espirituales.

‘Paz duradera, abundantes bendiciones’
“Testifico que en mi propio trayecto”, dijo, “he visto bendiciones innegables que han resultado de aceptar el cambio y centrarme en el Salvador”.
El élder Morrison invitó a los oyentes a reflexionar sobre los cambios que han ocurrido en sus vidas y a considerar cómo centrarse en Jesucristo ha influido en sus experiencias.
“A medida que aceptamos el cambio con fe, confiamos en el plan del Señor y anclamos nuestras vidas en Sus enseñanzas, podemos encontrar paz duradera, abundantes bendiciones y la fortaleza para enfrentar lo que nos depare el futuro. ... Testifico del Salvador, cuya obra es ésta, y de la seguridad de que Él está más cerca de nosotros de lo que podemos comprender”.

