En el Libro de Mormón, a Nefi se le ordena construir un barco. Nefi registra que no construyó el barco “según la manera del hombre” sino “que lo hice según el modo que me había mostrado el Señor” (1 Nefi 18:2).
Al hablar a los graduados de BYU-Hawái durante la ceremonia de graduación el viernes, 14 de abril, el élder Valeri V. Cordón, Setenta Autoridad General, invitó a las personas a que, como Nefi, edificaran sus vidas a la manera de Dios en lugar de a la manera de los hombres.
“Si queremos llegar a un puerto celestial, necesitamos construir nuestro barco a la manera de Dios. En nuestro viaje necesitamos equilibrar nuestra profesión, familia, iglesia, estudios, etc. Hay muchas cosas que pueden distraernos de servir a Dios y ser líderes en nuestras familias y comunidades”, dijo él.
Todo lo que hagan los graduados en el trabajo, el hogar y en privado debe reflejar su discipulado, dijo el élder Cordón. Luego ofreció cuatro maneras en que las personas pueden ayudar a construir sus vidas a la manera de Dios.
1.Procure aprender la voluntad de Dios
El Señor pudo mostrarle a Nefi cómo trabajar la madera del barco (1 Nefi 18:1). Por el contrario, Lamán y Lemuel no querían ayudar a Nefi a construir un barco porque no creían que pudiera lograr una tarea tan monumental. “Lamán y Lemuel no confiaban en el Señor ni buscaban Su voluntad”, observó el élder Cordón.
Las personas buscan conocer la voluntad del Señor al seguir el consejo del presidente Russell M. Nelson de “hacer tiempo para el Señor”, dijo. El élder Cordón luego citó al presidente Nelson, quien dijo: “Nuestro Salvador y Redentor, Jesucristo, llevará a cabo algunas de Sus obras más maravillosas entre ahora y cuando vuelva de nuevo. … Pero en los días futuros, no será posible sobrevivir espiritualmente sin la influencia guiadora, orientadora, consoladora y constante del Espíritu Santo”.
El élder Cordón relató cómo al principio de su carrera profesional le ofrecieron un puesto en un banco con un aumento en salario considerable. Aunque al principio estaba emocionado, después de orar al respecto, el élder Cordón dijo que se sentía incómodo por dejar su trabajo actual. Con el apoyo de su esposa, rechazó la oferta aparentemente prometedora. Eventualmente, su jefe le ofreció un aumento que les permitió a él y a su esposa pagar una casa y fue el comienzo de una “maravillosa carrera”. Cinco años después, se enteró de que el banco que le había ofrecido el puesto estaba en quiebra.
“Aprendí en ese momento que Dios, que ve el final desde el principio, está dispuesto a compartir Su luz si somos humildes para buscar Su voluntad”, dijo el élder Cordón a los graduados.
2. Sea fiel y diligente
Después de que Nefi recibió instrucciones para construir un barco según la manera de Dios, Nefi fue a sus hermanos y les extendió una invitación, continuó el élder Cordón.
“Por tanto, yo, Nefi, me esforcé por guardar los mandamientos del Señor, y exhorté a mis hermanos a que fueran fieles y diligentes” (1 Nefi 17:15).
Los estudiantes de BYU-Hawái están invitados, de acuerdo con la declaración de la misión de la universidad, a convertirse en discípulos de Cristo de por vida y líderes en sus hogares, comunidades, trabajos elegidos y en la construcción del reino de Dios. “Están invitados a retribuir a sus comunidades y a ser un ejemplo de paz intercultural en un mundo cada vez más diverso. Todo esto a través de vivir las enseñanzas de su Maestro, Jesucristo”, dijo el élder Cordón.
Después de regresar a casa, no traten esa invitación como una aplicación en el teléfono o algo que “les gustó o descargó, pero nunca usan”. … Háganlo una parte integral de su vida”, les dijo a los graduados.
3. Sea un pacificador
El élder Cordón señaló que el mundo es cada vez más contencioso. Pero, como enseñó el presidente Nelson en la conferencia general más reciente: “Ustedes tienen su albedrío para elegir la contención o la reconciliación. Les insto a que elijan ser pacificadores, ahora y siempre”.
El Profeta también enseñó: “Desgraciadamente, en ocasiones vemos comportamientos contenciosos incluso en nuestras propias filas. Oímos hablar de personas que denigran a sus cónyuges e hijos, de aquellas que usan los arrebatos de ira para controlar a los demás y de aquellas que castigan a los miembros de su familia dejando de dirigirles la palabra”.
“… Mis queridos hermanos y hermanas, esto no debe ocurrir. Como discípulos de Jesucristo, debemos ser ejemplos de cómo interactuar con los demás, especialmente cuando tenemos diferencias de opinión. Una de las maneras más sencillas de reconocer a un verdadero seguidor de Jesucristo es fijarse en qué medida trata a los demás con compasión”.
Los estudiantes de BYU-Hawái deben ser un ejemplo para el mundo de paz y unidad intercultural al vivir las enseñanzas de Jesucristo, dijo el élder Cordón.
“Si quieren cambiar la Iglesia, primero, no olviden que no es suya. Es la Iglesia de Cristo. Segundo, comprométanse, contribuyan, eleven e inspiren a otros. Sean pacificadores. No puedo pensar en mejores personas para ser embajadores de la paz y la integración que ustedes”, dijo el élder Cordón.
4. Sea honesto y actúe con integridad
En BYU-Hawái, los graduados han vivido de acuerdo con un código de honor. En su vida profesional, los graduados solo serán supervisados por su propia brújula moral, señaló el élder Cordón.
Nefi construyó un barco a la manera de Dios. “Él siguió Sus instrucciones con precisión. ¿Cómo lo sabemos? El barco resistió un largo viaje entre dos continentes. Su integridad fue puesta a prueba. Enfrentó una tormenta terrible, a las duras condiciones del mar abierto, a algunos pasajeros desobedientes, pero lo más importante es que llegó al destino previsto”, dijo el élder Cordón.
Él citó al élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, quien enseñó: “La honestidad, la integridad y la verdad son principios eternos que dan forma significativa a nuestra experiencia en la mortalidad y ayudan a determinar nuestro destino eterno. Para un discípulo de Cristo, la honestidad está en el corazón mismo de la espiritualidad” (“La norma divina de la honestidad” (en inglés).
El élder Cordón concluyó: “Construyan el barco de su vida a la manera de Dios, y tendrán paz, gozo y felicidad en su vida. Jesucristo es nuestro ejemplo; Él es la luz del mundo”.
Incorporando la misión de BYU-Hawái
La misión de BYU-Hawái “es preparar a los estudiantes de Oceanía y la Cuenca Asiática para que sean discípulos de Cristo de por vida y líderes en sus hogares, comunidades, trabajos elegidos y en la construcción del reino de Dios”.
“Uno se compromete con esta misión como estudiante”, dijo el presidente de BYU-Hawái, John S.K. Kauwe III en su discurso. “Y, al salir hoy de aquí como graduados, continuarán cumpliendo la misión a medida que ‘salen a servir’”.
Él compartió la historia de una graduada muy especial que participó en la ceremonia del viernes. En 1982, Luisa Kava Kavea Soloai iba a recibir su título en artes y ciencias de BYU-Hawái, mientras que su esposo iba a recibir su licenciatura en trabajo social.
Sin embargo, lo que debería haber sido una ocasión alegre, se convirtió en algo desgarrador cuando no se mencionó el nombre de Luisa Soloai. A pesar de estar vestida con toga y birrete, se sintió demasiada avergonzada para caminar con su esposo, incluso después de que éste la invitara a unirse a él.
Eventualmente, una hija confirmó la graduación de su madre en la oficina de registro de BYU-Hawái y le entregó una copia de su diploma.
A lo largo de su vida juntos, los Soloai sirvieron en el Sistema Educativo de la Iglesia, sirvieron como presidente y compañera de misión y en muchos llamamientos. Luisa Soloai es la única de sus 10 hermanos que ha obtenido un título universitario.
Cuarenta años después de lo que debería haber sido su graduación, la universidad pudo enmendar el error del día de la graduación de Soloai y su nombre se leyó durante la ceremonia de graduación del viernes ante los aplausos de su familia.
“La hermana Soloai ejemplifica lo que significa graduarse de la Universidad Brigham Young-Hawái”, dijo el presidente Kauwe. “En lugar de ofenderse por un descuido involuntario, ha encarnado la misión y el lema viviendo una vida con propósito, guardando sus convenios y esforzándose por vivir como Jesucristo”.
Durante la ceremonia de graduación del viernes, se otorgaron 418 títulos: 389 títulos de licenciatura, 26 títulos de asociado y tres certificados de enseñanza. Los graduados representaron a 34 países.