¿Debería ir a una misión?
¿Qué debo estudiar?
¿Cómo sé con quién debo casarme?
¿Qué carrera profesional debo tomar?
¿Qué oferta de trabajo debo aceptar?
Estas son solo algunas de las decisiones que cambiarán la trayectoria de la vida y que tomarán las personas en la primera década de la edad adulta. Aunque no son decisiones morales, son decisiones que requieren guía o revelación celestial.
El élder Alvin F. Meredith III, Setenta Autoridad General, ha tenido la experiencia de tomar este tipo de decisiones muchas veces, en particular cuando cumplía una asignación para crear o reorganizar una presidencia de estaca. En un devocional dirigido a estudiantes de BYU–Idaho el martes, 7 de febrero, usó el proceso de llamar a un nuevo presidente de estaca para enseñar los principios de la toma de decisiones basadas en la revelación.
Mientras prestaba servicio como Setenta de Área en Tennessee, el élder Meredith fue asignado como compañero menor del élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, para organizar una nueva estaca.
“El élder Christofferson y yo abordamos ese fin de semana con un espíritu de oración y ayuno”, dijo el élder Meredith. “No teníamos otra tarea que la de buscar revelación sobre quién querría el Señor que sirviera como nuevo presidente de estaca”.
El sábado por la mañana, el élder Christofferson y el élder Meredith hicieron una oración en compañerismo antes de comenzar tres horas de entrevistas con los líderes del sacerdocio en la estaca. Cada entrevista fue breve. Cada uno de los hermanos proporcionó una hoja biográfica, dio un poco de información sobre sí mismo y nombró a tres hombres que recomendaría como la nueva presidencia de estaca. El élder Christofferson y el élder Meredith tomaron notas, hicieron preguntas de seguimiento y anotaron las impresiones que recibieron.
Una vez concluida la última entrevista, el élder Christofferson le preguntó al élder Meredith quién creía que debería ser el presidente de la nueva estaca — una pregunta que el élder Meredith consideró como una prueba espiritual. Después de considerarlo y consultarlo entre ellos y con el Espíritu, redujeron los nombres a cinco, luego a tres, y después a uno.
Cuando el élder Christofferson estuvo de acuerdo con las elecciones del élder Meredith para la nueva presidencia de estaca, este último sintió que había pasado la prueba espiritual. “Sin embargo, la verdadera prueba espiritual fue determinar si nuestros pensamientos y sentimientos estaban alineados con la voluntad del Señor”, dijo el élder Meredith.
Se arrodillaron y buscaron confirmación a través de la oración. Cuando dijeron, “Amén”, esperaron un sentimiento de confirmación.
“En ese caso, como suele suceder, se produjo como un sentimiento de paz”, dijo el élder Meredith. “Nada grandioso, solo pequeño y simple, pero claro. Sabíamos a quién el Señor quería que sirviera como el nuevo presidente de estaca”.
A partir de esta experiencia, el élder Meredith enseñó acerca de cinco principios que ayudarán a recibir orientación para tomar decisiones importantes en la vida. “Agrego una advertencia”, dijo. “Estos principios no son una lista de verificación porque la revelación no tiene una fórmula ni sigue un orden específico”.
Orar y ayunar
Tomen las decisiones de la vida con el espíritu de oración y ayuno, dijo el élder Meredith. “Busquen la guía del Señor al comienzo del proceso de la toma de decisiones y en todo momento”.
Añadió, “El consejo de simplemente ‘orar al respecto’, cuando se trata de grandes decisiones en la vida, es demasiado simple. La revelación a menudo requiere trabajo además de la oración”.
El Señor le dijo a Oliver Cowdery, “He aquí, no has entendido; has supuesto que yo te lo concedería cuando no pensaste sino en pedirme” (Doctrina y Convenios 9:7). Simplemente pedir no es suficiente.
Estudiarlo en nuestra mente
El élder Meredith dijo: “La revelación requiere esfuerzo. La información a menudo precede a la inspiración. La preparación es el precio que pagamos por la revelación. Hay muchas maneras en que podemos decirlo, pero reconozcan que el Señor los ha bendecido con una buena mente y espera que la usen”.
¿Qué significa “estudiarlo en tu mente” (Doctrina y Convenios 9:8)? “Estudiamos lo que han dicho los profetas y apóstoles”, dijo el élder Meredith. “Leemos nuestras bendiciones patriarcales y buscamos orientación en ellas. ... Nos preguntamos, ‘¿Qué información me ayudará a obtener una mejor inspiración?’ Y luego hacemos lo que podemos para encontrar esa información”.
Este proceso no siempre produce información completa o perfecta, ni siempre da la respuesta que buscamos. Sin embargo, hacer todo lo posible para estudiarlo a fondo nos capacita para recibir revelación, y el Señor compensará lo que no se puede saber.
Deliberar en consejo con personas de confianza
“Al tomar decisiones importantes en la vida, deliberen en consejo con personas [que] los amen y que sean sabias”, aconsejó el élder Meredith. “Con quién elijamos deliberar en consejo tendrá una influencia considerable en la calidad de las decisiones que tomemos, así que deliberen en consejo con personas de confianza”. Esto incluye cónyuges, familiares y personas con conocimientos y experiencia relevantes.
El élder Meredith señaló: “Cuando buscamos consejo, no buscamos personas que nos digan qué hacer. Estamos buscando obtener ayuda para reflexionar sobre nuestra decisión y las opciones que estamos considerando”.
Consideren hacer preguntas como, “¿En qué debo pensar y que debo considerar al tomar esta decisión?” y “¿Cuáles creen que son los pros y los contras de cada una de las opciones que estoy considerando?”
Decidir
“Después de orar, estudiar y aconsejar, eventualmente debemos decidir”, dijo el élder Meredith.
A veces, las fuertes impresiones espirituales los ayudarán a tomar una decisión. A veces, esas fuertes impresiones no llegan hasta después de haber tomado la decisión. “A veces, el mismo acto de decidir es la expresión de nuestra fe necesaria para recibir revelación”, dijo el élder Meredith.
Puede ser fácil que se presente la parálisis por análisis cuando se contempla una gran decisión en la vida. “No nos angustiemos tanto que dejemos de avanzar en la fe o evitemos tomar una decisión”, dijo. Ese análisis es una parte esencial del proceso de revelación, pero recuerden que “la revelación a menudo llega cuando estamos en movimiento, no cuando estamos de ociosos”.
Orar y escuchar en busca de la confirmación
La confirmación a veces llega en poco tiempo, incluso cuando todavía estamos de rodillas orando, dijo el élder Meredith. “Sin embargo, para las decisiones importantes de la vida, es probable que descubran que la revelación no llega cuando estamos de rodillas, sino que se revela gradualmente con el tiempo”.
Como ejemplo, el élder Meredith habló sobre la relación intermitente que tuvo con su esposa durante los 16 meses antes de casarse.
Explicó: “Salimos, hablamos, fuimos juntos a charlas fogoneras, estudiamos juntos, fuimos a esquiar y conocimos a nuestras familias. Con el tiempo, la acumulación de pequeñas y silenciosas reafirmaciones me hizo darme cuenta de que ella era alguien [que] me hacía pensar mis pensamientos más elevados, aspirar a mis actos más nobles y me hacía desear ser mejor de lo que era. Y realmente la amaba, también”.
Aunque no hubo una manifestación singular trascendental, el élder Meredith cree absolutamente que la guía celestial los llevó a estar juntos como esposos.
“La confirmación del Espíritu Santo a las preguntas sinceras sobre las decisiones de la vida suele ser un proceso y rara vez un acontecimiento. Presten atención a esas pequeñas y sencillas reafirmaciones espirituales que a menudo vienen con el transcurso del tiempo”.
El élder Meredith luego abordó tres preguntas que a menudo surgen acerca de la revelación para tomar decisiones en la vida.
¿Cómo reconozco al Espíritu?
El Espíritu a menudo nos da un sentimiento de paz, o nos habla a la mente y al corazón a la vez. “Las respuestas de confirmación pueden llegar a nosotros en expresiones que suenan o se sienten como: ‘Eso tiene sentido’, ‘Por supuesto’, ‘Me parece correcto’ o ‘Me parece bien’”, dijo el élder Meredith. Por el contrario, el Espíritu también podría constreñirnos o redirigirnos con sentimientos opuestos, o darnos un estupor de pensamiento.
¿Qué hago si no siento una respuesta?
Al señalar que esto es algo extraño de decir en un discurso sobre recibir revelación, el élder Meredith dijo, “A veces, Dios simplemente quiere que usemos nuestro albedrío y nuestro mejor juicio”.
Ofrezcan una oración y pongan manos a la obra para tener derecho a la revelación. Pero si no llega ninguna impresión espiritual, actúen, sigan adelante con fe y usen su albedrío y su buen juicio. “Agradezcan que el Señor confíe en ustedes”, dijo el élder Meredith. “El Señor los redirigirá si van en la dirección equivocada. Él no los dejará ir demasiado lejos sin hacérselos saber. Procedan con confianza”.
¿Qué pasa si me siento diferente después?
Cuando el élder Meredith estaba en la escuela de posgrado, había recibido dos ofertas de empresas que le brindarían oportunidades similares. Sin una respuesta clara, eligió una y decidió seguir adelante. Al hacerlo, primero llamó a la otra empresa y dejó un mensaje de voz para rechazar la oferta. “Cuanto más hablaba, más se me revolvía el estómago por la decisión”, dijo.
Inmediatamente, él y su esposa oraron una vez más y quedó claro que necesitaban cambiar su decisión. El élder Meredith llamó a la empresa que acababa de rechazar y el reclutador amablemente le permitió cambiar de opinión.
¿Por qué pasó esto? Podría ser que todavía estuviera aprendiendo el lenguaje del Espíritu — un esfuerzo de toda la vida — dijo el élder Meredith. “Además, en algunos casos, podemos encontrar que la respuesta original es uno de varios peldaños hacia un destino final”.
También es importante saber que el hecho de que el camino elegido termine siendo difícil no significa que no haya sido el correcto. “Algunas de las mejores decisiones que mi esposa y yo hemos tomado nos llevaron por caminos difíciles”, dijo. “Pero crecimos espiritualmente y en otros aspectos gracias a que tomamos esas decisiones”.
En conclusión, el élder Meredith prometió a los alumnos que “al buscar revelación, ejercitar su albedrío y usar la buena mente con la que el Señor los ha bendecido, caminarán en la luz del Señor. ... [El] Espíritu Santo nos ayudará a vivir con rectitud, nos guiará en nuestras decisiones y nos protegerá”.