El élder Mark A. Bragg compartió un mensaje dedicado al liderazgo según el ejemplo de Jesucristo, durante el devocional semanal (en inglés) de la Universidad Brigham Young, el martes 7 de febrero.
El élder Bragg, un Setenta Autoridad General, comenzó su discurso relatando un evento que sucedió el 15 de mayo de 1993 cuando Warren Bennis, su autor favorito en aquel momento, habló durante la Feria del Libro de UCLA (en inglés). Con su entrada y su libro en la mano, el élder Bragg esperó en medio del calor para ingresar al lugar y escuchar lo que Bennis tenía que decir.
Se fijó en un hombre mayor que parecía perdido, así que el élder Bragg le preguntó si se sentía bien y le dijo que estaba en el lugar correcto; después, se acercó a la puerta y preguntó si tenían preparada una sección en caso de que el número de asistentes desbordara la capacidad del auditorio, y había una disponible.
Al entrar al auditorio, el hombre vio a Bennis y quiso hablar con él. A pesar de que el élder Bragg le expresó su preocupación, siguió al hombre mientras este se acercaba a Bennis, quien lo saludó alegremente. Bennis y el hombre eran hermanos y no se veían desde hacía años.
Después de oír cómo el élder Bragg había ayudado a su hermano, Bennis se ofreció a firmarle el libro que llevaba en la mano. Al hacer esto, Bennis, compartió el primer principio de liderazgo: la amabilidad.

Al reflexionar sobre esta experiencia, el élder Bragg afirmó: “No se trata de hacerse cargo o de estar a cargo, sino de bendecir a quienes están a nuestro cargo”.
Dijo que el maestro de liderazgo, por excelencia, es Cristo, ya que es el Maestro Líder, tal y como se explica en 3 Nefi 11-18, cuando Él visitó a los nefitas en el continente americano. El élder Bragg destacó tres principios universales de liderazgo que aprendió del Salvador y los cuales demostró desde el primer día de Su visita.
1. Centrarse en las personas
Cristo interactuó, sanó, bendijo, oró por las personas, ministró y ordenó a “una por una”. Sin importar el tamaño de cualquier grupo, este se compone de personas y el progreso de cada una, cosechará una mayor sensación de logro y gozo.

2. Edificar y enseñar
El élder Bragg explicó que, así como lo hizo el Salvador cuando enseñó a Sus discípulos sobre sus llamamientos, a las personas hay que enseñarles qué hacer, cómo hacerlo y por qué, y acompañarlo de un elogio o reconocimiento sincero. “Todo líder es un maestro y todo maestro edifica e inspira a otros a aprender más”, dijo.
3. Repetir las enseñanzas varias veces
La repetición es una forma de enseñar de Jesús. Cristo enseñó puntos doctrinales clave varias veces para que los demás los entendieran y recibieran revelación a través del Espíritu. El élder Bragg enfatizó un pensamiento del fundador de la compañía FedEx, Fred Smith, que dice: “Lo principal, es mantener lo principal como lo principal”. En otras palabras, dijo, que el Salvador lleve a cabo la inmortalidad y la vida eterna para todos es “lo principal”.
Lo que hizo Cristo
El élder Bragg hizo una lista de cinco principios de liderazgo eclesiástico basados en lo que hizo Cristo:
- Testificar — Testifiquen del Salvador y de Su Expiación a través de palabras y acciones.
- Ministrar individualmente — El recogimiento de Israel comienza con una persona.
- Invitar a actuar — Inviten a los oyentes a actuar y prometan bendiciones sobre dichas acciones.
- Orar — Cuando otros saben que se está orando por ellos, esto trae gozo, consuelo y amor.
- Permitir — Deje que los alumnos reflexionen y apliquen por sí mismos lo que han aprendido.

Lo que Cristo enseñó
Según el élder Bragg, cinco de las principales enseñanzas del Salvador son:
1. Enseñó la importancia de las ordenanzas del sacerdocio y los convenios sagrados.
2. Cristo enseñó que el espíritu de contención es del diablo.
3. Enseñó la doctrina pura —específicamente la doctrina de Cristo y como venir a Él y edificar nuestra vida sobre Él para que prevalezcamos sobre este mundo.
4. El Salvador enseñó verdades rigurosas sobre el discipulado.
5. Enseñó sobre el recogimiento de Israel y la necesidad de ministrar constantemente sin juzgar, para ayudar a que este se lleve a cabo.
Al concluir, el élder Bragg testificó de Jesucristo como el Gran Maestro, Líder y Seguidor. Dijo: “Sus lecciones de liderazgo les ayudarán a ser mejores cónyuges, padres, entrenadores, supervisores, amigos, empleados, compañeros de equipo, médicos, planificadores financieros, misioneros, neurocirujanos o cualquier otra cosa que les dé la oportunidad de interactuar con otros y elevarlos”.