Días después de que la presidenta general de las Mujeres Jóvenes, Bonnie H. Cordon, perdiera a su nieto Derek en una muerte inesperada, tenía una asignación en el Hospital Primary Children’s en Salt Lake City. Ella no estaba segura de poder hacerlo.
El corazón de la presidenta Cordon estaba apesadumbrado después de pasar unos tres días en la unidad de cuidados intensivos en un hospital de niños antes de que Derek muriera. Su familia estaba de vacaciones cuando repentinamente él dejó de respirar.
“Mi corazón estaba tan frágil y herido que sabía que no podría hacerlo”, recordó la presidenta Cordon en un video de #Escúchalo publicado el miércoles 24 de agosto. “Me arrodillé y dije: ‘Padre Celestial, no puedo aceptar esta asignación; es demasiado difícil’. Pero sentí una impresión que me dijo: ‘Simplemente ve’”.
En el video y la publicación de blog que lo acompaña en ChurchofJesusChrist.org, la presidenta Cordon describió cómo cumplir con la asignación en el Hospital Primary Children’s ayudó a sanar su corazón.
Confiando en la inspiración, la presidenta Cordon se dirigió hasta el Hospital Primary Children’s con lágrimas en los ojos. Cuando entró, las imágenes y los sonidos que había experimentado con la muerte de Derek regresaron.
Ella conoció entonces a un niño llamado Oliver. En la pizarra blanca de su habitación había un pasaje de las Escrituras: “Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia” (Proverbios 3:5).
“No sé cómo sucedió, pero ese pasaje me abrió los ojos; sanó mi corazón como yo nunca podría haberlo hecho”, dijo ella en el video.
“Me sentí muy agradecida de que el Señor me hiciera ese regalo. Ni siquiera puedo imaginar no haberlo escuchado. Ese regalo y el gozo que sentó en el corazón al ser consciente de las eternidades fueron una inmensa bendición. Y me sentí agradecida de que Él me asignara algo tan difícil”.
La presidenta Cordon escribió en la publicación de su blog: “En tanto que escucharlo implica actuar con fe, también implica confiar en Su tiempo. Él puede comprender cosas que bendecirán nuestra vida de las que no teníamos idea”.
Ella dijo que a menudo recibe esta pregunta de misioneros, hombres y mujeres jóvenes que conoce: “¿Cómo sé si lo que siento es del Señor o si viene de mi propia mente?”.
“Recuerdo que cuando era adolescente”, escribió la presidenta Cordon, “las personas siempre hablaban de ese sentimiento cálido que experimentaban cuando el Espíritu Santo las guiaba y dirigía. Pero para mí no es así como lo recibo: me vienen ideas como un pensamiento o una impresión.
“Al aprender a actuar de acuerdo con las impresiones, me di cuenta de que estas eran del Señor y sabía cuándo seguir adelante, cuándo ser cautelosa o quedarme en paz. Funciona de manera diferente para cada uno de nosotros, porque Él sabe exactamente cómo hablarnos de manera personal al corazón, pero lo de confiar en Él es igual para todos. Confiar y actuar de acuerdo con un impulso espiritual o una impresión inicial puede ser la parte más difícil.
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“Escucharlo es una cosa, pero luego confiar en lo que estoy escuchando y actuar en consecuencia marca toda la diferencia”.
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