El élder Domonic McKendry es un misionero de servicio de Ballarat, Australia, que ama su llamamiento, según lo informa la Sala de Prensa de la Iglesia en Australia (en inglés).
Uno de los primeros jóvenes misioneros de servicio en su país del Pacífico Sur, el joven de 23 años dijo, “Nuestro propósito es ayudar a otros a venir a Cristo sirviéndoles como lo hizo el Salvador”.
Una misión de servicio brinda una oportunidad para que aquellos que no pueden servir en misiones de proselitismo lo hagan, viviendo desde casa con circunstancias personalizadas para satisfacer sus necesidades mientras sirven lo más cerca posible del tiempo completo.
El élder McKendry es el undécimo de los trece hijos de su familia mixta y había querido servir en ese llamamiento desde que tenía la edad de la Primaria. Nacido de color azul, con cantidades anormalmente bajas de oxígeno en el torrente sanguíneo debido a complicaciones con el cordón umbilical, el élder atribuye su fortuna al Salvador.
“Me ha ayudado toda mi vida; Nunca me ha defraudado”, dijo el élder McKendry de Jesucristo. Incluso con una discapacidad de aprendizaje, el élder McKendry descubrió que, ya sea que haya recibido ayuda inmediata o que haya tenido que lidiar con las cosas por sí mismo, considera a Cristo su colega y amigo.
El élder McKendry actualmente sirve como líder del distrito de la misión, adquiriendo cualidades de liderazgo y amistades con su actitud optimista. Dijo que trata de ser enérgico en el trabajo por los demás, ya que es lo que su presidente de misión llama un pionero del programa, siendo nuevo en Australia. Es uno de los 12 misioneros de servicio asignados y que prestan servicio en el Área de la Misión de Servicio de Australia Melbourne.
El élder Gavin Berry y la hermana Yvonne Berry ayudan a enseñar a otros lo que hacen los misioneros de servicio y cómo ayudan a los demás en toda el área de la misión. “Algunos de los puntos fuertes del élder McKendry son su entusiasmo por aprender cosas nuevas y ayudar a las personas”, dijo la pareja.
El misionero presta servicio en una variedad de formas, como cocinar, cuidar el jardín, realizar las ordenanzas del templo, indexar y ofrecerse como voluntario en el centro de historia familiar local y en organizaciones benéficas. Él anima a otros que deciden servir en misiones a no tener miedo, sino a estar abiertos y confiar en el amor de Jesucristo.
Del Salvador, el élder McKendry dijo, “Él es mi mejor amigo. En la vida tenemos desafíos, y Él siempre ha estado allí para ayudarme a levantarme y hacerme sentir que puedo hacer mejor mi trabajo. Sé que Él me tiene aquí por razones importantes”.
