Dirigida por el élder Quentin L. Cook del Cuórum de los Doce Apóstoles y líderes locales, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días copatrocinó una reciente conferencia internacional de varios días y en varias ubicaciones sobre “Prevención de la violencia y promoción de la libertad de creencias” en el Reino Unido.
Cientos de delegados, en representación de organizaciones benéficas, gubernamentales, académicas y religiosas, participaron en la conferencia del 3 al 6 de julio, con sesiones en Londres, Birmingham y Manchester.
El tema de la conferencia se centró en cómo las mujeres y los niños están liderando los esfuerzos interreligiosos de consolidación de la paz, informó la Sala de Prensa de la Iglesia en el Reino Unido (en inglés).
Las sesiones se llevaron a cabo en una amplia gama de lugares, desde el Parlamento del Reino Unido en Londres hasta la Mezquita Central de Birmingham y el edificio para jóvenes adultos solteros de la Iglesia en Manchester.
Participó la parlamentaria Fiona Bruce, enviada especial del primer ministro británico para la libertad de religión o de creencias, y agradeció a la Iglesia su defensa de la libertad de religión.
Los asistentes representaron no solo diferentes religiones sino también diferentes lados de los conflictos. Las áreas con representación en la conferencia incluyeron Afganistán, Bosnia, República Centroafricana, Ghana, Irak, Israel, Palestina, Nigeria, Pakistán y Sri Lanka.
La conferencia se llevó a cabo junto con la Conferencia Ministerial Internacional sobre Libertad de Religión o Creencia, una conferencia mundial organizada en Londres por el gobierno del Reino Unido y a la que asistieron más de 600 representantes gubernamentales y líderes de la sociedad civil de unos 100 países.
Acompañado por su esposa, la hermana Mary Cook, el élder Cook participó en un evento organizado por el Grupo Parlamentario de Todos los Partidos para la Prevención del Genocidio y los Crímenes contra la Humanidad, que se llevó a cabo el 5 de julio en el Parlamento del Reino Unido. Otros líderes Santos de los Últimos Días que participaron incluyeron a W. Cole Durham Jr., profesor de derecho de la Universidad Brigham Young y presidente del Foro Interreligioso del G20, y Brett G. Scharffs, director del Centro Internacional de Estudios de Derecho y Religión de BYU.
El apóstol describió la persecución contra la Iglesia a lo largo de su historia, incluyendo la orden de exterminio de Misuri en 1838. Esas experiencias, dijo, “nos hicieron sentir que teníamos el deber de proteger a los demás y velar por los que no pueden defenderse plenamente”.
Él destacó cómo la libertad religiosa y la rendición de cuentas benefician a las personas, a los países y las sociedades seculares, y agregó que cuando los gobiernos las reconocen, “les da un impulso para proteger la religión” de manera que la fe pueda “bendecir a las personas, a todas las personas, no solo a las personas religiosas, no solo a las personas de fe, sino a todos”.
Agradeciendo a la Iglesia por su defensa de la libertad de religión o creencias y su organización y patrocinio de múltiples eventos, incluyendo la conferencia, Bruce condenó la discriminación basada en la fe mientras hablaba en una sesión en el edificio de jóvenes adultos solteros de la Iglesia en Manchester el 3 de julio.
“Hoy en todo el mundo, las personas están perdiendo su derecho a la educación, a un trabajo, a una vivienda, a la subsistencia, al acceso a la justicia, incluso a la vida misma, simplemente por lo que creen”, dijo la parlamentaria y enviada especial. “Esto tiene que cambiar”.
La hermana Traci De Marco, asesora de organización de área en el Área Europa Norte de la Iglesia, hizo un llamado a una “acción basada en valores” para combatir la persecución religiosa y relacionada con el género. “Imagínense un mundo donde esta crueldad y abuso fueran erradicados”, dijo ella. “Este es el mundo que quiero para mis hijos y nietos. Este es el mundo que todos queremos; este es el mundo que todos merecemos”.
El élder Alan T. Phillips, segundo consejero de la presidencia del Área Europa Norte, habló en la sesión de clausura de la conferencia y dijo que las personas oprimidas y perseguidas deben ser vistas y escuchadas, especialmente las mujeres y los niños, quienes sufren de una manera desproporciona.
“Hemos escuchado en esta conferencia a mujeres y jóvenes inspiradores que han superado las divisiones religiosas, políticas y culturales. Ellos son los pacificadores y son la esperanza de que las cosas pueden ser mejores. … Todos son miembros de la familia humana y, como tales, tienen derechos inalienables y derecho a la dignidad humana”.