El presidente Dallin H. Oaks comenzó su discurso en el Seminario para Nuevos Líderes de Misión 2022, el sábado, 25 de junio, haciendo eco de una declaración del presidente Russell M. Nelson: El recogimiento de Israel es lo más importante que está ocurriendo en la tierra hoy.
El Presidente de la Iglesia enseñó que el Padre Celestial ha “reservado muchos de Sus espíritus más nobles” para esta obra final y esencial del recogimiento.
“Piensen en lo que significaron esas palabras de nuestro Profeta para nuestra juventud, sus misioneros presentes y futuros”, dijo el presidente Oaks.
El primer consejero de la Primera Presidencia luego centró su atención en las responsabilidades de los nuevos líderes de misión.
“Lo más fundamental para enseñar el evangelio es nuestra comprensión y nuestro compromiso con nuestro Salvador y Redentor Jesucristo”, dijo él. “Nuestro recurso más importante es nuestro testimonio del Señor resucitado y Su expiación. Él es fundamental en el plan de salvación del Padre. Él es la luz y la vida y la única esperanza del mundo. Él es fundamental para el Evangelio restaurado”.
Otro elemento fundamental para la enseñanza del Evangelio es el Libro de Mormón, un testimonio adicional de Jesucristo. El Libro de Mormón es vital para el mensaje y los métodos de cada misionero.
“Enseñen a los misioneros cómo aprender sus verdades, cómo meditar y orar por ellas y cómo testificar de ellas”, aconsejó el presidente Oaks. “Los misioneros deben saber cómo usar el Libro de Mormón para responder sus propias preguntas, de manera que puedan usarlo eficazmente para ayudar a otros a aprender a hacer lo mismo. Muchos de nuestros misioneros no saben esto. Deben internalizar el poder del Libro de Mormón al enseñar el Evangelio restaurado, primero aplicándolo en sus propias vidas y luego compartiéndolo con aquellos a quienes enseñan”.
También es vital que cada misionero entienda cuán vital es participar de la Santa Cena para sus esfuerzos de enseñanza. Esa ordenanza esencial les ayuda a permanecer dignos de tener el Espíritu.
Enseñando por el Espíritu — a la manera del Señor
La enseñanza por el Espíritu es fundamental para “enseñar las grandes verdades del Evangelio restaurado”, dijo el presidente Oaks. La dignidad y la obediencia individual son necesarias para tener la compañía del Espíritu.
“Nuestros misioneros se encuentran con personas que han estudiado filosofía y metafísica, historia universal e idiomas, ciencias y arte. Con frecuencia se encuentran con personas que están mejor educadas que ellos. No podemos competir con el mundo en sus términos. “Si hemos de cumplir con nuestro llamado, debemos enseñar a la manera del Señor”.
Cuando los misioneros enseñan por el Espíritu, “Él puede usarnos para llevar Su mensaje de salvación a toda alma”.
Los líderes de misión, añadió el presidente Oaks, tienen funciones dobles: primero, predicar el evangelio restaurado; y segundo, enseñar y preparar a la nueva generación para el futuro.
Los líderes de misión deben conocer y amar a los élderes y hermanas a quienes sirven. Dediquen tiempo en las entrevistas personales para conocerlos. Ayuden a cada uno a entender y practicar el arrepentimiento.
“Entonces, al orar por inspiración, podrá manejar los problemas individuales como un líder inspirado, informado, sabio y amoroso”.
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El Señor ha revelado que “es necesario que haya oposición en todas las cosas”. Esa verdad eterna incluye la obra misional. “Esto también incluye la oposición de lo que algunos misioneros traen al campo misional con ellos”, dijo el presidente Oaks. “Familiarícense con la oposición más actual que enfrentan sus jóvenes misioneros, el tipo de cosas que les preocupan más.
“Estas incluirá luchas con el testimonio, dificultades para dar la atención que requiere el estudio del Evangelio, sentimientos de atracción hacia personas del mismo sexo, pornografía y lo que la acompaña, y otras cosas en las que recibirá ayuda en este seminario de liderazgo misional”.
Los motivos por los que los misioneros enseñan serán evidentes para muchos de sus contactos, agregó él. Si esos motivos son puros, alentarán a las personas a las que contactan a escuchar. De lo contrario, los contactos se alejarán.
El presidente Oaks dijo que los principios de “amar, compartir, invitar” son fundamentales para todos. Es la cultura de la obra misional de los miembros.
El evangelio es “las buenas nuevas”, y el gozo viene al saber que la identidad última de uno es como hijo de padres celestiales.
“El gozo proviene de saber que nuestro Padre Celestial creó este mundo para dar a Sus hijos espirituales la experiencia terrenal que debemos tener para alcanzar nuestro destino eterno”, dijo él. “El gozo central de Su plan es el conocimiento seguro de que tenemos un Salvador, el Señor Jesucristo, cuya Expiación nos da la seguridad de la inmortalidad y la oportunidad de la vida eterna”.
El presidente Oaks animó el sábado a los líderes de misión a seguir adelante “por la senda de los convenios” y estar llenos de gran gozo. “Llenos de gozo, servimos con el conocimiento seguro de que Jesucristo, nuestro Redentor y Salvador, es la cabeza de esta Iglesia, y que somos guiados por Su Profeta”.
El cuidado de los misioneros de la Iglesia
El presidente Oaks también aconsejó a los líderes de misión que estén conscientes de la fuerza y los desafíos del día que podrían obstaculizar el progreso eterno de un misionero. Utilice las entrevistas para conectarse y aconsejar a los misioneros.
El presidente Oaks también señaló que en la sociedad actual hay menos oportunidades para que los jóvenes aprendan a trabajar.
“Muchos de los misioneros que supervisarán nunca han aprendido a trabajar de manera sostenida en algo que no han elegido hacer”, dijo él. “Sean conscientes de eso cuando evalúen los informes sobre las actividades de los misioneros que aún no se han acostumbrado a la obra misional”.
Otros misioneros provienen de entornos o familias inestables.
“Sean conscientes de esto en las vidas de sus misioneros”, aconsejó el presidente Oaks. “Con su ejemplo y su enseñanza, ayúdelos a superar sus inseguridades, sus ansiedades y sus miedos al matrimonio que esperamos lleguen de manera natural y oportuna después de sus misiones”.
Los líderes de misión y los misioneros también deben comprender lo que significa “establecer la Iglesia”. Los nuevos conversos deben estar en la senda de los convenios y anclados a la expiación de Cristo mientras establecen un patrón sólido de asistencia a la reunión sacramental, pago de diezmos y trabajan por las bendiciones del templo.
“No estamos interesados simplemente en bautizar a mucha gente”, dijo el presidente Oaks. “Queremos que nuestro esfuerzo misional traiga un crecimiento real”.
Es necesario tanto bautizar como retener a los miembros para que procedan fielmente a las ordenanzas del templo.
“De esa manera, aquellos a quienes enseñamos y su posteridad obtendrán los frutos del Evangelio restaurado de generación en generación”.
