Nota del Editor: Este artículo se publicó originalmente el 26 de junio de 2019 en inglés y hasta ahora no había sido traducido al español. En conmemoración del 178 aniversario del martirio del Profeta José Smith y su hermano Hyrum acontecido el 27 de junio de 1844 hacemos posible este artículo para ustedes. Se han hecho pequeños ajustes al original.
Hacia el final de la mañana del 28 de junio de 1844, los cuerpos de José Smith hijo y su hermano Hyrum llegaron a Nauvoo, Illinois. Los llevaron a George Cannon, el padre del futuro líder de la Iglesia George Q. Cannon, que era fabricante de muebles de profesión y además hacía las veces de sepulturero local, ya que fabricaba ataúdes y armarios. Con la ayuda de otros más, lavó los cuerpos y los preparó para que, en unas pocas horas, sus familias los pudieran ver.
La cara de Hyrum estaba negra a causa de los moretones, tenía un agujero de bala calibre 0.54 en el lado izquierdo, y es probable que, debido al clima caluroso y húmedo de junio, ambos cuerpos hubiesen empezado a hincharse y deteriorarse, incluso mientras los preparaban para tomar las impresiones de la máscara mortuoria y el entierro.
Los cuerpos de José y Hyrum fueron colocados de modo que estuvieran sentados y se construyó un marco alrededor de sus cabezas para hacer los moldes de las caras. Los moldes tardaron una hora, o tal vez más, para secarse y poder retirarlos sin distorsionar los rasgos del Profeta y su hermano.
William Rowley, yesero de profesión, haría posteriormente las imágenes positivas a partir de los moldes. Sin embargo, primero debían secarse durante un día, como mínimo, antes de verter los moldes.
Las máscaras resultantes nunca han estado en posesión de la familia Smith.
Pero ahora, están en exhibición en el Museo de Historia de la Iglesia (en inglés), donde los visitantes de todo el mundo pueden encontrarse cara a cara con el profeta José y su hermano Hyrum.
‘Este es nuestro Profeta’
La elaboración de máscaras mortuorias era una costumbre que se practicaba desde hacía varias décadas en la época del martirio.

“Probablemente la más conocida en aquellos tiempos era la de Napoleón”, dijo Mark Staker, un curador de la División de Lugares Históricos del Departamento de Historia de la Iglesia.
Por lo general, las máscaras mortuorias se les hacían a las personas famosas o prominentes. Así que, el hacérselas “sugería una actitud hacia José y Hyrum: Este es un hombre importante. Este es nuestro Profeta. Lo queremos recordar”.
Muchas máscaras mortuorias no han logrado sobrevivir a través de los siglos; el yeso no dura mucho en ambientes húmedos. Sin embargo, Utah ofrece un clima más propicio para la conservación de las máscaras mortuorias de la colección de la Iglesia. “Estamos en un clima muy seco, por lo que es bastante fácil conservarlas”, explicó Staker.
Cómo hacer una máscara mortuoria
Sam Weston, un profesor del Museo de Historia de la Iglesia, ha estado investigando de forma independiente el martirio de José y Hyrum Smith durante los últimos 10 años. En su esfuerzo por experimentar la historia de la Iglesia desde un punto de vista práctico, Weston ensaya cómo hacer máscaras mortuorias utilizando copias de las que se encuentran en el museo. Los métodos que usa incluyen técnicas modernas y también las que se habrían utilizado en 1844.
También comprobó que para hacer las máscaras mortuorias bien se requiere un cierto nivel de habilidad. “No es algo que se aprenda enseguida”, dijo.

Los moldes deben secarse lo suficiente como para que no se distorsionen al separarlos de las caras, y eso lleva tiempo, dijo, y “según mi experiencia, se requieren casi 24 horas para que estén lo suficientemente secos como para verter otro líquido en ellos [para hacer el positivo de la imagen]”.
Los moldes se pueden usar solo una vez, explicó Weston. “Se hace el molde, se vierte [el líquido en él], y cuando se despega la máscara mortuoria, el molde se destruye bastante. Algunas personas dicen que tal vez se hicieron varios moldes ese día. Sin embargo, honestamente, no creo que tuvieran el tiempo suficiente [para eso]”.
La máscara de Hyrum tiene una particularidad; se trata de una distorsión o protuberancia en el lado izquierdo de la cara, cerca de la nariz, donde le dispararon. “Se cree que es una bola de algodón o algo similar lo que creó esa protuberancia … habrían rellenado el agujero con algodón para hacer la máscara mortuoria”, explicó Staker. “Probablemente fue un trocito de tela o algo así, pero rellenaron ese agujero, por lo que hay una protuberancia ahí, donde le dispararon”.
Exhibición de las máscaras
Se cree que las máscaras estuvieron en posesión de George Cannon hasta su muerte en 1844, cuando las obtuvo William Rowley.
Posteriormente, Rowley se las vendió a Philo Dibble, un amigo cercano de José Smith, en 1849 por cien dólares — el salario de medio año de un obrero — en Winter Quarters, según Staker.
“Él las exhibió por todo… el territorio de Utah durante décadas”, dijo. “Entonces, como la gente empezó a decir, ‘Ah sí, ya vimos esas cosas viejas’, se las vendió a un artista llamado James (Henry) Brown.”
La familia de Brown, se las vendió a Wilford C. Wood, un peletero que dedicó gran parte de su vida a comprar y preservar artefactos y tierras históricas de la Iglesia mientras viajaba por el país. Las máscaras se exhibieron en su museo personal de Bountiful, Utah, durante varias décadas.
Después del fallecimiento de Wood, sus hijas, Leilah Glade y Mary W. Cannon, donaron piezas de la colección a la Iglesia. En 1990 donaron al Departamento de Historia de la Iglesia, hojas sin cortar de un ejemplar original del Libro de Mormón de 1830, y también las máscaras mortuorias.
El 19 de mayo de 1990, las máscaras mortuorias fueron puestas en exhibición permanente en el Museo de Historia y Arte de la Iglesia (ahora, Museo de Historia de la Iglesia).
Estuvieron en exhibición en la exposición “Los cielos están abiertos” (“The Heavens Are Opened”), que se inauguró el 29 de septiembre de 2015. Salvo por breves períodos de tiempo en se las trasladó de una exposición a otra, las máscaras han estado en exhibición desde 1990.
Un segundo conjunto de máscaras mortuorias
El Museo de Historia de la Iglesia tiene dos conjuntos de máscaras mortuorias de José y Hyrum Smith en su colección. El que se exhibe se conoce como el conjunto Dibble, llamado así por Philo Dibble; estas son las que la familia Cannon le donó al Museo.
El segundo se conoce como las máscaras mortuorias con pedestal porque tienen un pedestal o soporte en la parte posterior de cada una.

No está claro dónde o cómo surgieron estas máscaras. Staker ha investigado su origen, pero no puede asegurar cuándo o cómo se hicieron.
“Parece que quizá barnizaron la primera (máscara mortuoria) para que se desprendiera sin problemas y después utilizaron [esa] primera como molde para hacer la segunda”, dijo a Church News.
John Taylor, el tercer presidente de la Iglesia y que estuvo presente en la Cárcel de Carthage durante el martirio, era el dueño de las máscaras con pedestal y las llevó a un artista en Inglaterra junto con algunos bocetos [que mostraban a] José y Hyrum Smith, dijo Staker. “John Taylor reunió un pequeño grupo de personas que habían conocido a José personalmente y le pidieron [al artista] que hiciera estas máscaras de José y Hyrum a partir de las [que ya tenían]”.
Estas se vendían a los miembros de la Iglesia, pero se rompían con facilidad. Según Staker, actualmente solo se sabe de la existencia de una de José y otra de Hyrum; la de José es parte de la colección del Museo de Historia de la Iglesia, y la de Hyrum pertenece a las Hijas de los Pioneros de Utah.
Las máscaras con pedestal proporcionan algunos detalles que las de Dibble no tienen.
Según Staker, el restaurador del museo realizó algunos trabajos de reparación en el pelo de José y la barbilla de Hyrum, dejando las partes recuperadas en yeso de un color blanco puro. “Él hizo esto sin saber que existían las máscaras con pedestal”, dijo Staker. “Y por eso, estas en realidad tienen mejor información, porque tienen detalles que con el tiempo se perdieron y se dañaron en aquellas otras”.
Si comparamos a las máscaras con pedestal con las de Dibble, dijo Weston, encontraremos que “la barbilla de Hyrum es un poco más pequeña que en las máscaras de Dibble; [sin embargo] el detalle de la barbilla hendida no está en estas últimas”.

Representación del Profeta
Muchos artistas se han remitido a las máscaras mortuorias para representar con mayor precisión a José y Hyrum en esculturas y pinturas. Sin embargo, esto podría no ser del todo exacto.
Las máscaras sí reflejan el aspecto de José y Hyrum, dijo Weston, “pero muestran cómo se veían el día después de su muerte”.
Después de visitar Carthage un 27 de junio, relató que había 40 grados Celsius con 99 % de humedad. “Hay que tener en cuenta la distorsión [que sufrieron] estos cuerpos en ese período de 24 horas; especialmente porque murieron violentamente. … Así que, probablemente sean una representación muy aproximada, pero no me gusta decir que así eran Hyrum y José”.
Staker señaló que, más tarde, John Taylor mencionó en una carta que las máscaras mortuorias no se asemejaban a José y Hyrum Smith. “Él parecía pensar que eran útiles antes porque las llevó a Inglaterra”, añadió Staker, pero es un recordatorio de que las máscaras reflejan los cambios en sus cuerpos después de que murieron.
“Hasta tanto no encontremos una fotografía, si es que hay una — la evidencia sugiere una alta probabilidad de que nunca se le haya tomado una fotografía [a] José — jamás sabremos exactamente qué aspecto tenía”.
Tecnología del siglo XXI
Aunque algunos detalles sobre las máscaras mortuorias nunca se aclararán, la tecnología moderna puede revelar algunos secretos más.
Por ejemplo, Weston no está seguro de que los moldes se hayan elaborado en Nauvoo en 1844. Debido a la ambigüedad de los documentos históricos, las máscaras Dibble podrían haber sido creadas en cualquier momento entre 1844 y 1849.
“Esperamos realizar algunas pruebas aquí, este verano, en colaboración con el museo para determinar la composición de las máscaras Dibble y de las máscaras con pedestal”, dijo Weston. Un escaneado de las mismas podría determinar la composición del yeso e identificar si el material procedía de una zona de Nauvoo o no.
“Eso podría ayudarnos a establecer cuándo se hicieron”.

Sin embargo, las máscaras mortuorias ya han ayudado a resolver una cuestión relacionada con los cuerpos de José y Hyrum Smith.
En 1928, la entonces Iglesia Reorganizada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (hoy, Comunidad de Cristo) hizo trasladar los cuerpos de José, Hyrum y Emma Smith antes de que la crecida del río Misisipi pudiera sumergir las tumbas. Cuando se exhumaron los restos, se fotografiaron y se midieron cuidadosamente antes de volver a enterrarlos.
No obstante, comenzó a surgir una controversia cuando en la década de 1990 se afirmó que los cuerpos de José y Hyrum habían sido identificados erróneamente y colocados en las tumbas equivocadas.
En 2013 un artículo publicado por la organización independiente de estudios históricos mormones Mormon Historical Studies, Curtis G. Weber (en inglés) explicó cómo usó las máscaras mortuorias de José y Hyrum Smith, las fotografías de los cráneos que se tomaron en 1928, las medidas frenológicas de José Smith de 1840 y estableció los principios anatómicos para determinar la profundidad de los tejidos para identificar de forma concluyente los restos de cada uno de los hermanos.
José y Hyrum Smith están en las tumbas correctas, según las conclusiones de Weber.
Objetos sagrados
Ver las máscaras mortuorias en directo puede tener un profundo impacto en el observador, dijo Staker, incluso en los estudiosos que no son miembros de la Iglesia.
“Recuerdo que uno de ellos dijo, ‘¡Oh! Es como si mirara la verdadera cruz de Jesucristo’”.
Al observar el yeso del que están hechas las máscaras de Dibble, Staker cree que los materiales quizás provenían de la misma cantera de donde se extraían los materiales para la construcción del Templo de Nauvoo Illinois. “Estaban trabajando en el templo en esos momentos, así que posiblemente se trate de piedra caliza molida del templo que después utilizaron para hacer las máscaras mortuorias”, dijo él.
Estos objetos que proporcionan recuerdos físicos de la vida y la muerte de José y Hyrum Smith han sido y siguen siendo tratados con cuidado. Gracias a su conservación, los visitantes del Museo de Historia de la Iglesia pueden ver cara a cara estos [recordatorios] del martirio.

Alan Morrell, el curador de artefactos del Museo de Historia de la Iglesia, colaboró en la investigación para escribir este artículo.