El impacto de Jesucristo en los hijos de Dios es una paradoja de servicio que modela las formas en que los Santos de los Últimos Días pueden servir a los demás en el mundo moderno, dijo el obispo Gérald Caussé esta semana en la Universidad Brigham Young en Provo, Utah.
“Consideren cómo las enseñanzas de Cristo durante Su estancia terrenal trascendieron tanto el espacio como el tiempo, teniendo aplicación en todas las tierras y pueblos de todas las épocas, y, sin embargo, Su ministerio se llevó a cabo entre un segmento asombrosamente pequeño de la geografía y la población de la tierra”, dijo él. “Él habló el idioma local, vivió la cultura local y participó en eventos y ceremonias locales como bodas”.
Su práctica de amar a todos fue radical en su tiempo, desde conversar con la mujer samaritana junto al pozo hasta curar leprosos intocables, desde cenar con publicanos hasta defender a la mujer sorprendida en adulterio.
“Todos los que fueron excluidos por la sociedad encontraron un lugar en su compañía”, dijo él. “¿No podemos ver a través de su ejemplo que las comunidades fuertes nunca se logran ignorando o aislando a los extraños o a aquellos que parecen débiles, diferentes o fuera de lugar?”

El obispo Caussé dijo que el ejemplo de Cristo es más necesario ahora que nunca. Dijo que los Santos de los Últimos Días tienen la responsabilidad como discípulos de Cristo de encender Su amor dentro de sus comunidades.
La cultura de la Iglesia, agregó, tiene la intención de ser inclusiva, no exclusiva, para mirar hacia afuera en lugar de hacia adentro.
“El Señor nos invita a ser conscientes del mundo más amplio en el que vivimos, algo que ahora facilita la mayor conectividad mundial, y, al mismo tiempo, a permanecer arraigados y comprometidos con nuestras comunidades inmediatas. En otras palabras, Él espera que formemos y fortalezcamos asociaciones tanto a escala global como local”.
El Salvador nos mostró el ejemplo perfecto de cómo hacer esto hoy, dijo el obispo Caussé durante su presentación ante la Sociedad Internacional (en inglés), una red global para profesionales Santos de los Últimos Días con intereses internacionales, desde negocios hasta desarrollo y crecimiento de la Iglesia, durante la conferencia anual (en inglés) del grupo el lunes 4 de abril.
La Iglesia también ejemplifica este patrón, desde el profeta hasta los miembros individuales, dijo él.
“Somos dirigidos por un profeta que es uno de los más grandes embajadores de la paz y la armonía en el mundo de hoy. A lo largo de su ministerio apostólico, el presidente Russell M. Nelson ha desarrollado amistades y ha abierto puertas entre naciones, culturas y comunidades que antes se consideraban imposibles. Él ha llevado a la Iglesia a ser conocida como una voz clave en la promoción de la fraternidad, el respeto mutuo y la libertad religiosa”, dijo él.
Los miembros de todo el mundo están siguiendo estos modelos, dijo. Él compartió ejemplos de barrios, estacas, áreas y misioneros que prestan servicio tanto en sus comunidades más grandes como en sus áreas locales.

• En Haití, los miembros han plantado 120 000 árboles durante la última década.
• En los Estados Unidos, los miembros participaron en campañas de donación de sangre a nivel de barrio y estaca (en inglés) y contribuyeron con más sangre a la Cruz Roja Estadounidense que cualquier otro grupo, dijo el director ejecutivo de la organización el año pasado.
• En Wisconsin, la Estaca Norte de Milwaukee, Wisconsin, se unió a la congregación local de musulmanes y episcopales el otoño pasado para limpiar 20 cuadras en uno de los vecindarios de la ciudad.
• En Brasil, los misioneros y los líderes del Área Brasil aceptaron y ayudaron a integrar a 10 000 miembros venezolanos refugiados en sus barrios y ramas durante los últimos cuatro años.
“El conocimiento que brinda el evangelio de que todos somos hijos de un Padre Eterno nos motiva a ser más sensibles a la hermandad que debe existir entre los pueblos de la tierra”, dijo el obispo Caussé.
Es una motivación buscar participar en el servicio más allá de la esfera de influencia inmediata de uno, dijo él.
“El hecho de que seas miembro de esta sociedad internacional presupone un anhelo de tu parte de proyectar tu influencia en todo el mundo”. Los incentivo para que actúen de acuerdo con esos deseos de ‘nivel más amplio’, que usen las bendiciones de la tecnología moderna y los viajes para que puedan expandir sus esfuerzos por el bien por todas partes”, dijo él.

“Al mismo tiempo”, agregó, “les pido que no pierdan de vista la realidad de que, así como el Salvador en su vida mortal, algunos de los impactos más profundos y duraderos que puedan tener podrían recaer sobre aquellos con quienes se asocian individualmente en un ‘nivel más cercano: aquellos dentro de sus familias, barrios, vecindarios y comunidades locales”.
Hoy, los miembros de toda Europa están ayudando a miembros y a otras personas, que se encuentran entre los refugiados del conflicto armado en Ucrania, dijo el obispo Caussé y la directora de Latter-day Saint Charities (en inglés), Sharon Eubank.
La Sociedad Internacional entregó a la hermana Eubank, segunda consejera de la presidencia general saliente de la Sociedad de Socorro, su premio por servicio distinguido.

Ella dijo que la Iglesia está siguiendo el concepto del obispo Caussé de un enfoque dual al responder a la crisis de refugiados de Ucrania. La Iglesia está proporcionando ayuda a nivel internacional y a nivel micro-local.
Latter-day Saint Charities tiene 30 proyectos en marcha. Eso incluye proporcionar $5 millones de dólares en alimentos a las personas en Ucrania y sus alrededores, dijo la hermana Eubank. El conflicto ha desplazado a casi el 25% de la población de Ucrania.
Lea más: Lo que la Iglesia está haciendo para ayudar en Europa Oriental
“Estamos comprando alimentos en Europa, transportándolos en camiones a través de los países limítrofes y llevándolos a la tubería que va a las ciudades, y estamos dejando que el gobierno de Ucrania haga la distribución, como debería”, dijo ella.
Mientras tanto, los consejos de barrio y estaca de toda Europa se están movilizando individualmente y como parte del área para brindar ayuda a las personas.
Ministrar a todos y a uno es el patrón según el cual se organiza la Iglesia, dijo el obispo Caussé. Es el modelo del Salvador.
“Una de las grandes verdades paradójicas pero muy reconfortantes del evangelio”, dijo el obispo Caussé, “es que, aunque el amor y la misericordia del Señor son tan vastos como para abarcar todo, la infinidad total de Sus creaciones, es sin embargo infinitesimal en su alcance, tocando a cada uno de Sus hijos de una manera asombrosamente íntima e individual, como si él o ella o nosotros, tú y yo, fuéramos la única persona en la tierra”.
