Líderes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días testificaron en la conferencia general de abril de 2022 sobre el poder de los convenios y la fortaleza de las mujeres de la Iglesia para edificar y bendecir a los demás.
También se anunció que las presidencias generales de la Sociedad de Socorro y la Primaria se reorganizarán a partir del 1° de agosto.
La presidenta Jean B. Bingham, la hermana Sharon Eubank y la hermana Reyna I. Aburto, completarán su servicio como presidencia general de la Sociedad de Socorro el 1° de agosto.
La presidenta general de la Primaria, Camille N. Johnson, fue sostenida como presidenta general de la Sociedad de Socorro, con la hermana J. Annette Dennis como primera consejera y la hermana Kristin M. Yee como segunda consejera. La presidenta Susan H. Porter fue sostenida como la nueva presidenta general de la Primaria, con la hermana Amy A. Wright como primera consejera y la hermana Tracy Y. Browning como segunda consejera.
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¡Ustedes son las mujeres que él predijo!
Las palabras del discurso del presidente Russell M. Nelson, “Una súplica a mis hermanas”, de la conferencia general de octubre de 2015, se repitieron en un video que se mostró durante la sesión de mujeres.
El video expuso el papel de las mujeres que guardan los convenios. Comenzó con palabras del presidente Spencer W. Kimball en 1979, en un discurso que su esposa, la hermana Camilla Kimball, les leyó a las mujeres mientras él estaba en el hospital.
“Gran parte del progreso que tendrá la Iglesia en los últimos días se deberá a que muchas de las buenas mujeres del mundo [en las que a menudo hay un sentido interno de espiritualidad] se sentirán atraídas a la Iglesia en gran número”, leyó la hermana Kimball. Eso solo sucederá al grado que las mujeres de la Iglesia reflejen rectitud y sepan expresarse bien en sus vidas, y en la medida que las mujeres de la Iglesia sean vistas como singulares y diferentes de las mujeres del mundo, y lo hagan de una manera feliz”
El video luego incluyó palabras del presidente Nelson, donde él explicaba que el día que el presidente Kimball predijo es hoy: “¡Ustedes son las mujeres que él predijo! ¡Su virtud, luz, amor, conocimiento, valor, carácter, fe y rectitud atraerán a las buenas mujeres del mundo, junto con las familias de ellas, a la Iglesia en cantidades sin precedente!”
La presidenta Bingham también les dijo a las mujeres de la Iglesia que estaban destinadas a nacer en este día: “Como declaró el presidente Russell M. Nelson, ¡ustedes son las mujeres que cumplirán las profecías que se han predicho!”. dijo ella en la sesión de mujeres.
El poder de los convenios
La hermana Rebecca L. Craven, segunda consejera de la presidencia general de las Mujeres Jóvenes, dijo que las mujeres que guardan los convenios deben hacer brillar la luz del evangelio dando un paso al frente y destacándose. Las hijas de Dios reunirán a Israel mientras participan en la obra de salvación y exaltación.
“Si la Iglesia restaurada de Jesucristo va a salir de la oscuridad, debemos salir de la oscuridad”, dijo ella. “Como mujeres que guardan convenios, debemos hacer brillar la luz de nuestro Evangelio en todo el mundo dando un paso al frente y destacándonos.
La hermana Craven también advirtió contra las personas que piensan que pueden ignorar los mandamientos con un plan para arrepentirse más tarde. Ella dijo que ser obediente hará mucho más bien. “No se trata de llevar la vida una vida perfecta — se trata de encontrar gozo mientras hacemos nuestro mejor esfuerzo por vivir los convenios que hemos hecho con el Señor”.
La presidenta Bingham enfatizó cómo esos convenios con Dios fortalecerán, protegerán y prepararán a las personas para la gloria eterna.
Los convenios asegurarán un reencuentro gozoso con los seres amados del otro lado del velo. “Si ignoramos o tratamos a la ligera nuestros convenios con Dios, estamos poniendo en peligro esos lazos eternos. Ahora es el momento de arrepentirse, reparar y volver a intentarlo”, dijo ella.
La presidenta Bingham dijo que ha conocido a mujeres de todas las edades, que viven en una amplia variedad de circunstancias, que guardan sus convenios. Buscan la guía del Señor y Su profeta, en lugar de los medios populares de comunicación. Las filosofías del mundo no las disuaden de guardar sus convenios.
“Cualquiera que sea su edad, cada una de ustedes, mujeres que han hecho convenios con Dios tiene la capacidad de sostener la luz del Señor y guiar a otros a Él”, dijo la presidenta Bingham. “Al guardar sus convenios, Él los bendecirá con Su poder del sacerdocio y les permitirá tener una profunda influencia en todos aquellos con quienes interactúen.
Las Mujeres Jóvenes, el templo y el servicio misional
La presidenta Bingham animó a las mujeres jóvenes a prepararse para recibir los convenios del templo. Ella instó a las mujeres que ya han recibido las bendiciones del templo a que no permitan que los detractores o las distracciones las alejen de las verdades eternas.
Ella describió cómo las mujeres jóvenes pueden prepararse para ir al templo a hacer convenios sagrados tan pronto como estén listas después de los 18 años.
Cuando el presidente Nelson dio apertura a la conferencia general de abril de 2022 el sábado por la mañana, les habló a las mujeres jóvenes sobre la obra misional.
“Para ustedes, hermanas jóvenes y capaces, una misión es también una oportunidad poderosa, pero opcional”. Amamos a las hermanas misioneras y les damos la bienvenida de todo corazón. ¡Lo que aportan a esta obra es magnífico! Oren para saber si el Señor quiere que sirvan una misión y el Espíritu Santo se los hará saber a su corazón y a su mente”.
“Querido jóvenes amigos, cada uno de ustedes es imprescindible para el Señor”.
‘Somos La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días’
La hermana Aburto dijo durante la sesión del sábado por la mañana que algunas hermanas le han dicho que, debido a que tienen un llamamiento en la Primaria o en las Mujeres Jóvenes, sienten que no son miembros activas de la Sociedad de Socorro. Pero la Sociedad de Socorro no es solo un salón, una lección o una actividad, dijo la hermana Aburto, son las mujeres del convenio de la Iglesia — una “comunidad global de compasión y servicio”.
“La Iglesia es más que los edificios y la estructura eclesiástica; la Iglesia somos nosotros, los miembros. Somos La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, con Cristo a la cabeza y el Profeta como Su portavoz”, dijo ella.
Y todos los miembros — independientemente de su edad o situación — se necesitan unos a otros, dijo ella, y pueden llevarse unos a otros a la sanación redentora del Salvador. Los miembros de la Iglesia son los medios a través de los cuales el Salvador llevará a cabo Sus obras más poderosas.
“Démonos cuenta de lo privilegiados que somos de pertenecer a la Iglesia de Jesucristo, donde podemos unir nuestra fe, corazones, fuerzas, mentes y manos para que Él realice sus poderosos milagros”, dijo ella.
El poder del Salvador
La presidenta Porter habló en la sesión de mujeres acerca de cómo su vida cambió de la noche a la mañana cuando enviudó hace cinco años, y no sabía lo que el Señor quería que hiciera.
Unas semanas después, ella vio la interpretación de un artista de la mujer samaritana con Jesús en el pozo. En ese momento, el Espíritu me habló claramente: “Eso es lo que debes hacer”. Un amoroso Padre Celestial me estaba invitando a venir al Salvador y aprender”.
La hermana Porter describió el poder de la sal, la levadura y la luz: “Incluso en cantidades muy pequeñas, cada uno afecta todo a su alrededor. El Salvador nos invita a usar Su poder para ser como sal, levadura y luz”.
La sal aporta sabor, la levadura hace crecer y la luz atraviesa la oscuridad. “Hermanas, los corazones pueden cambiar y las vidas pueden ser bendecidas cuando ofrecemos una pizca de sal, una cucharada de levadura y un rayo de luz”.
‘Haga lo que más importa’
La hermana Craven compartió una experiencia en la que una joven preguntó cómo saber si algo acerca de la Iglesia era verdad, porque no sentía nada. La hermana Craven le preguntó si leía las Escrituras o estudiaba “Ven, sígueme” u oraba. Cuando la joven respondió que ella no hizo ninguna de esas cosas, la hermana Craven le dio esta respuesta: “Si quiere saber algo, tendrá que hacer algo”.
Ella invitó a su nueva amiga a comenzar a vivir el evangelio de Jesucristo: orar, estudiar, servir a los demás y confiar en el Señor.
Al tratar de determinar lo que es realmente esencial o lo que realmente importa, la hermana Craven ofreció algunos pensamientos para considerar sobre “lo que más importa” — ¿cuántos “me gusta” en una publicación en las redes sociales, o ser amado y valorado por el Padre Celestial? ¿Usar la última tendencia en la moda o vestir con modestia? ¿Buscar en Internet o recibir respuestas a través del Espíritu Santo? ¿Querer más o estar conforme?
“Nada le gustaría más a Satanás que perdiéramos nuestros valores eternos, llevándonos a perder un tiempo precioso, talentos o fuerza espiritual en cosas que no importan”, dijo la hermana Craven. “Invito a cada uno de nosotros a considerar en oración aquellas cosas que nos distraen de hacer lo que más importa”.
Perdón y sanación
El domingo por la mañana, la hermana Amy A. Wright, segunda consejera de la presidencia general de la Primaria, habló sobre cómo Cristo sana lo que está roto.
La hermana Wright es una sobreviviente de cáncer. Ella habló sobre pasar innumerables horas en un centro de tratamiento del cáncer con muchos que también esperaban curarse, algunos sobrevivieron; otros no.
“Aprendí de manera profunda que la liberación de nuestras pruebas es diferente para cada uno de nosotros y, por lo tanto, nuestro enfoque debe ser menos sobre la forma en que somos liberados y más sobre el Salvador mismo”, dijo ella. “¡Nuestro énfasis siempre debe estar en Jesucristo!”
La hermana Wright dijo que las Escrituras a menudo solo dan una pequeña parte de la vida de alguien, pero la vida de nadie puede entenderse por un momento.
“El propósito de estos relatos de las Escrituras es ayudarnos a ver que Jesucristo fue la respuesta entonces, y Él es la respuesta ahora”, dijo ella. “Él conoce nuestra historia completa y exactamente lo que sufrimos, así como nuestras capacidades y vulnerabilidades”.
Por eso, el Señor ordenó a Sus hijos que perdonaran a los demás. Esto puede requerir un valor y una humildad tremendos, dijo la hermana Wright, y también puede llevar tiempo. Pero a través del poder habilitador de Jesucristo, es posible.
Al igual que perdonar, esperar también puede ser difícil: esperar respuestas, milagros o sanidad.
“Esperar en el Señor puede ser un lugar sagrado. Un lugar de pulido y refinamiento donde podemos llegar a conocer al Salvador de una manera profundamente personal”, dijo ella.
Verdades en el lema de las Mujeres Jóvenes
El élder Dale G. Renlund, del Cuórum de los Doce Apóstoles, expuso el lema de las Mujeres Jóvenes durante su discurso en la sesión de mujeres.
El lema de las Mujeres Jóvenes comienza así: “Soy una hija amada de padres celestiales, con una naturaleza divina y un destino eterno”. Esta declaración contiene cuatro verdades importantes, dijo el élder Renlund.
“Primero, eres una hija amada”, dijo él. “La segunda verdad es que tenemos padres celestiales, un padre y una madre”.
Él explicó que lo que se sabe sobre la Madre Celestial se encuentra en Temas del Evangelio. “La especulación no conducirá a un mayor conocimiento espiritual, pero puede conducir al engaño o desviar nuestro enfoque de lo que ha sido revelado”, advirtió él.
“La tercera verdad en el párrafo inicial del lema de las Mujeres Jóvenes es que tenemos ‘una naturaleza divina’. Esto es intrínseco a lo que somos”, continuó el élder Renlund. “Esta es nuestra identidad más importante”.
Y la cuarta verdad es “que tenemos ‘un destino eterno’.
El lema de las Mujeres Jóvenes también describe la revelación personal, obtener un testimonio, ser testigo de Dios, arrepentirse y mejorar a diario, fortalecer el hogar y la familia, hacer y guardar convenios sagrados y recibir las ordenanzas y bendiciones del santo templo.
“Fortalecer el hogar y la familia puede significar forjar el primer eslabón de una cadena de fidelidad, continuar con un legado de fe o restaurarlo”, dijo el élder Renlund. “A pesar de todo, la fortaleza viene por medio de la fe en Jesucristo y al hacer convenios sagrados”.
