Con su silla de ruedas colocada estratégicamente en la primera fila de la capilla del centro de la Estaca Andaraí de Río de Janeiro, Ruth Bergquist, de 89 años, se sentó a un par de metros del élder Ulisses Soares, del Cuórum de los Doce Apóstoles, mientras hablaba durante una de las varias reuniones del fin de semana con Santos de los Últimos Días brasileños en Río de Janeiro y sus alrededores.
La hermana Ruth también se sentó en la primera fila para testificar el crecimiento de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Río de Janeiro, como uno de los miembros pioneros de la ciudad, habiéndose bautizado el 1 de enero de 1955. Ella ha estado presente en varias visitas de líderes de la Iglesia anteriores y actuales a Río de Janeiro, incluidos el presidente Spencer W. Kimball, el presidente Thomas S. Monson y el presidente Russell M. Nelson.
El domingo 19 de marzo, la hermana Ruth tuvo la primera oportunidad de estar personalmente en presencia del élder Soares, nativo de Brasil. “Todo lo que dicen los apóstoles es bueno para nosotros”, dijo ella.
El élder Soares está en Río de Janeiro para dar inicio a la casa abierta para el nuevo Templo de Río de Janeiro Brasil, así como para los recorridos VIP y las visitas de los medios de comunicación. Esa misma semana el también participará en el Primer Simposio de Libertad Religiosa de BYU en Brasil. Él y su esposa, la hermana Rosana Soares, recibieron con gran alegría la asignación para Río de Janeiro, donde ambos sirvieron como misioneros de tiempo completo hace cuatro décadas.
“Estar aquí de regreso es como un sueño, porque es como si hubiéramos retrocedido en el tiempo y muchas de las experiencias que tuvimos han regresado fácilmente a nuestros corazones. Nos hemos conectado con las personas”, dijo el élder Soares, al reflexionar sobre la fe, las experiencias y los testimonios del evangelio de Jesucristo compartidos “y ver la diferencia que ha marcado en la vida de las personas que amamos tanto”.
La hermana Soares agregó: “Es un verdadero placer estar de vuelta después de 42 años y ver el progreso de la ciudad y el progreso de la gente, porque el evangelio marca la diferencia en la vida de cada persona”.
Los Santos de los Últimos Días que asistieron a las reuniones de Río de Janeiro “parecían esponjas” ansiosos por absorber la instrucción y las invitaciones a actuar, dijo ella. “Mostraron sus deseos de aprender de los profetas y apóstoles y de hacer lo que les fue pedido”.
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‘Deseos de ver el templo’
Como homenaje a un miembro “pionero” de la Iglesia desde hace mucho tiempo en la ciudad, la hermana Ruth fue invitada a uno de los recorridos VIP para la casa abierta del templo de Río de Janeiro. “Cuando me bauticé”, dijo ella, “tenía la esperanza de tener un templo aquí. He tenido muchos deseos de ver el templo”.
Al ponerse de pie con la congregación para rendir homenaje al élder Soares cuando él entró en la capilla, el élder Soares saludó a la hermana Ruth antes del comienzo de la reunión especial de la conferencia de estaca del domingo por la mañana, que se transmitió a todo el distrito del Templo de Río de Janeiro, Brasil. Más tarde esa noche, siguió una transmisión especial de un devocional familiar, con el élder y la hermana Soares, y otras personas hablando desde el centro de la Estaca Río de Janeiro Jacarepaguá.
Las reuniones del día anterior en el centro de reuniones de Jacarepaguá incluyeron una reunión misional matutina especial con los misioneros de las misiones Brasil Río de Janeiro Norte y Brasil Río de Janeiro Sur, luego un par de reuniones de instrucción de liderazgo — la primera con presidentes de estaca y obispos, y la segunda con presidencias de estaca y obispos, presidencias de Cuórum de élderes y líderes de estaca y de barrio en la Sociedad de Socorro, Mujeres Jóvenes, Hombres Jóvenes y líderes de la Primaria.
Junto a los Soares y hablando en las reuniones de fin de semana estaban los tres Setenta Autoridades Generales que componen la presidencia del Área Brasil y sus esposas: el élder Adilson de Paula Parrella y la hermana Elaine Parrella, el élder Joni L. Koch y la hermana Michele Koch, y el élder Juan A. Uceda y la hermana María Isabel. También participaron el élder Luciano Cascardi, Setenta de Área, y su esposa, la hermana Inês Cascardi.
‘Usted bautizó a mi abuelo’
El élder Soares hizo una conexión interesante después de la transmisión de la conferencia de estaca del domingo, gracias a que una presidenta de la Primaria local deseaba brindarles a los niños “una experiencia para sentir el Espíritu de una manera diferente y tener la oportunidad de estrechar la mano de un apóstol del Señor”, dijo él.
Una niña exclamó: “Oh, élder Soares, usted bautizó a mi abuelo”.
El Apóstol se enteró de que dos de los niños eran nietos de Eliezer Wagner de Souza Santos. Como misionero de tiempo completo, el élder Soares había conocido y enseñado a Eliezer, de 17 años, quien en ese entonces estaba saliendo con una chica Santo de los Últimos Días. Él se convirtió, sirvió en una misión, se casó con la joven y ha continuado una vida fiel de servicio, actualmente como presidente de la Estaca Brasil Vila Velha.
Visitar a los dos nietos fue uno de los muchos momentos tiernos y recuerdos del fin de semana para los Soares. “Se reafirma en mi corazón que la fe que tenemos en este evangelio puede cambiar vidas y bendecir a las personas”, dijo el Apóstol. “Todas las promesas del evangelio están disponibles para todos los que abrazan este evangelio, y espero que la gente aprenda eso del Espíritu”.
Gran parte de las enseñanzas del élder Soares en las reuniones del fin de semana, particularmente en la instrucción de liderazgo del sábado por la tarde, se centraron en un punto similar: “Cuando las personas aceptan los principios del evangelio y cuando se les enseña con amor y por el Espíritu, lo sentirán en sus corazones y estarán listos para responder porque sintieron algo y estaban preparados para actuar”, dijo él.
Anécdotas y experiencias
Junto con la hermana Soares, él compartió anécdotas y experiencias recordadas en muchos de sus comentarios, ya que sirvió como misioneros en Río de Janeiro y sus alrededores y reconoció lugares y rostros familiares.
El élder Soares también recordó haber sido llamado inesperadamente para ayudar a traducir para el entonces élder Russell M. Nelson, el actual presidente de la Iglesia, en una reunión devocional de miembros muchos años antes, una experiencia que resultó primero en nerviosismo, pero luego en aliento y fortalecimiento con la autoridad que visitaba.
El élder Soares habló sobre cuando él y la hermana Soares fueron llamados a presidir la Misión Portugal Oporto con solo seis semanas de tiempo de preparación, y cómo recibieron sus visas para Portugal en tan poco tiempo a pesar de las perspectivas de demoras extremas.
Y en varias reuniones, mientras transmitía el amor y la preocupación del presidente Nelson, el élder Soares habló en profundidad sobre el regocijo de reunirse semanalmente con la Primera Presidencia y el Cuórum de los Doce Apóstoles y el poder y la bendición de tener profetas y apóstoles vivientes en la tierra.
El sábado por la mañana, subrayó el propósito misional de los élderes y hermanas dedicados y pasó tiempo detallando el proceso de sus llamamientos por parte del Presidente de la Iglesia y sus asignaciones misionales por parte de los miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles. Él también compartió la historia de conversión de su familia de cuando era un niño en São Paulo, subrayando el principio de “ayudar a los demás” en la declaración “Tu propósito” que se encuentra en “Predicad Mi Evangelio”.
A través de todas sus enseñanzas y anécdotas recordadas, el élder y la hermana Soares, así como otros discursantes, agregaron a sus mensajes del evangelio un enfoque especial en el nuevo Templo de Río de Janeiro, Brasil, y la importancia de la obra de salvación y el recogimiento en ambos lados del velo, además de cómo las ordenanzas del templo bendecirán la vida de las personas y las familias.
En el devocional del domingo por la noche, el élder Soares explicó cómo los templos representan el amor del Padre y del Hijo por todas las personas, el amor de los profetas vivientes por el pueblo de Dios y la expresión del amor de los Santos de los Últimos Días por todas las generaciones pasadas y futuras. También enfatizó la importancia de la preparación personal para entrar al templo.
Aprendizajes por el espíritu
Nádia Chaves Machado, presidenta de la Sociedad de Socorro de la Estaca Campo Grande, Brasil, Río de Janeiro, dijo que el Espíritu Santo le confirmó el bienestar del profeta para cada individuo.
“Cuando aceptamos las invitaciones del profeta de Dios, el Señor nos bendice con paz, consuelo y la capacidad que necesitamos”, dijo, refiriéndose a 2 Nefi 25:23. “Cuando seguimos a los profetas, el Señor proporciona un camino cuando parece no haberlo, y somos bendecidos con lo que más necesitamos en la vida”.
Iranilson Machado, también de la estaca Campo Grande, dijo que las palabras del Apóstol del Señor fortalecieron su esperanza de un futuro mejor, con énfasis en ser obediente a las palabras del profeta, ser paciente, actuar con fe y hacer lo mejor posible cada día.
“Sentí el amor del Señor cuando el élder Soares dijo que Dios compensará nuestras debilidades con Su gracia y, por la gracia, recibiremos fortaleza y aliento para superar nuestros desafíos diarios”, dijo Machado.
El hermano Machado agregó, “Y el relato de su experiencia en la obtención de una visa para Portugal y el corto plazo de seis semanas para llegar fortalecieron mi comprensión de que con el Señor podemos hacer todas las cosas. No hay limitaciones que nos impidan avanzar cuando actuamos con fe en Jesucristo”.
La hermana Carla Costa, de Santa Inês, Maranhão, Brasil, que presta servicio en la Misión Río de Janeiro Norte, dijo: “Puedo convertirme en una nueva criatura con un cambio de corazón con la ayuda de Jesucristo”.
Ella agregó que saber que comparte la responsabilidad de predicar el evangelio con los apóstoles de hoy en día “ha marcado una diferencia total en cómo actúo ahora”.
Su compañera, la hermana Kylee Brost de Topeka, Kansas, agregó: “Aprendí que las pequeñas acciones de fe conducen a bendiciones más grandes y de mayor alcance de lo que jamás podamos imaginar. Cuando estemos desanimados con nosotros mismos, con nuestro trabajo o con el lugar donde estamos, siga intentándolo, y milagros tras milagros ocurrirán en el tiempo del Señor.
El élder Ryan Turley de Mesa, Arizona, dijo que aprendió que puede mostrar amor y gratitud al Salvador al ser un misionero dedicado. “El Salvador tiene amor por cada persona, y podemos sentir el mismo amor por los demás al compartir nuestro testimonio de Jesucristo”, dijo. “Nuestro llamado y propósito son inspirados. Ya seas apóstol o misionero, nuestro propósito de compartir la luz con los demás es el mismo”.
El élder Fabricio Múrcia de Marilia, São Paulo, Brasil, dijo que aprendió la importancia de la humildad, la dedicación y el compromiso. “Podemos bendecir a padres, madres e hijos para que sean más como Dios… y podemos cambiar la vida de miles de personas al compartir el amor de Cristo”, dijo. “Y cuando surja una dificultad, recordad que el Señor no da mandamientos sin antes preparar un camino por el cual se puedan cumplir sus mandamientos”.
