Temprano en la mañana del sábado antes de la Navidad de 2021, una fila de automóviles se extendía desde el centro comercial Waiʻanae hacia la carretera. Alrededor de 200 voluntarios distribuyeron alimentos a 2000 hogares para un evento comunitario de distribución de alimentos durante los días festivos.
Pero la historia de cómo llegaron todos esos voluntarios ese día muestra el poder de la coordinación y la comunicación — y su voluntad de ofrecerse y ayudar contando con tan solo unos días.
En octubre de 2021, Leinaala Kanana, miembro del personal del Centro de Salud Integral de la Costa de Waiʻanae, llamó a Valerie-Mae y Brian Mānoa para que tomaran en cuenta la próxima distribución de alimentos de diciembre. Los Mānoa acababan de ser llamados para servir como especialistas de SirveAhora para las áreas de Hawái Honolulu y Hawái Oahu/área de las islas exteriores. SirveAhora.org es un sitio web que conecta organizaciones comunitarias con voluntarios para proyectos de servicio.
Los Mānoa pronto estuvieron bastante ocupados capacitando a otros especialistas del programa SirveAhora de la estaca, coordinando su calendario de #IluminaElMundo, el personal de las máquinas expendedoras de caridad en Honolulu y otros eventos. Luego, el 13 de diciembre, cinco días antes del evento de distribución de alimentos, mientras Valerie Mānoa estaba afuera de las máquinas expendedoras de caridad, recibió una llamada de su representante estatal, quien sabía que Mānoa estaba involucrada en SirveAhora.
“Ella le dijo: ‘El Centro de Salud Integral de la Costa de Waiʻanae no tiene suficientes voluntarios para la distribución de alimentos de este sábado’. Y pensé: ’cometí un error”, dijo Mānoa. Pero mientras Mānoa estaba sentada en el estacionamiento, tuvo la inspiración de llamar al élder Voi R. Taeoalii, Setenta de Área en Hawái.
Él le dio de inmediato las direcciones de correo electrónico del presidente de la Misión Honolulu Hawái y de tres presidentes de estaca en el área: las estacas Makakilo, Waipahu y Mililani. Ellos, a su vez, trabajaron rápidamente para ponerse en contacto con los misioneros de tiempo completo y de servicio y con los especialistas de SirveAhora. “A todos se les dijo que enviaran mensajes a los miembros de su barrio”, dijo Mānoa.
Entonces todo empezó a fluir: “Envié una hoja de cálculo de Google a todos los que contacté inicialmente, y luego se la enviaron a sus contactos. Y a lo largo del día observé cómo ese documento comenzó a llenarse de nombres”, dijo ella.
Pronto había 50 espacios ocupados. Las personas que querían registrarse ya no cabían. Y todo se logró en cinco días. Ese sábado 18 de diciembre hubo suficientes voluntarios para ayudar a repartir alimentos a todos los necesitados.
“Esa es una historia de cómo el Señor ama a su pueblo, porque cometí un error y me lo recordaron amablemente”, dijo Mānoa.
Una pareja del distrito 1 de Waiʻanae recibió comida temprano en la mañana y por la tarde regresó ya que se habían inscrito como voluntarios para repartir comida a otros. La presidenta de la Estaca Mililani Hawái, Isileli M. Nau, habló de una mujer y de lo mucho que significó ese día para ellos, porque su esposo iba a recibir quimioterapia al día siguiente.
Mānoa recibió un correo electrónico de Kanana, el miembro del personal del centro que la había contactado en octubre por primera vez, expresándole su gratitud. Decía: “¡Hola! ¡Feliz Navidad! Gracias de nuevo por juntar a esos voluntarios. Los comentarios [del otro personal fueron] y cito: ‘Su iglesia salió al rescate hoy’ ‘La Iglesia fue un salvavidas’ ‘Muchas gracias”.
Desde ese día, los miembros de la Iglesia de la zona han participado en más proyectos de SirveAhora en sus comunidades. Mānoa se propuso ir a un proyecto de servicio todos los sábados de febrero. Ella y su esposo Brian han estado capacitando a más especialistas de SirveAhora de barrio y de estaca, y han hablado con más organizaciones sobre cómo usar SirveAhora.org.
“Hay personas que piensan que nosotros, como Santos de los Últimos Días, solo ministramos a nuestra propia gente”, dijo. ella “Y eso me ha dado el impulso para salir y hablar con los miembros de la comunidad para que sepan quiénes somos, que nuestro alcance de servicio va más allá de las paredes de nuestra casa y de la capilla”.