COTTONWOOD HEIGHTS, Utah — Al dar testimonio del poder sellador del templo y de la vida eterna, el presidente Russell M. Nelson, presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, aseguró a la familia de la hermana Donna Edith Smith Packer que algún día volverán a estar con su madre y abuela.
“Gracias a la expiación de Jesucristo, a la vida ejemplar de Donna y, su fidelidad y devoción a los convenios, su futuro es glorioso”, dijo el presidente Nelson.
La hermana Packer, esposa del difunto presidente Boyd K. Packer, quien sirvió como presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles, fue recordada el lunes, 14 de marzo durante los servicios fúnebres que se llevaron a cabo en el Centro de Estaca Cottonwood Creek de Sandy Utah. Falleció el sábado, 5 de marzo, a los 94 años por causas propias de la edad.
Al funeral asistió toda la Primera Presidencia: el presidente Nelson y sus consejeros, el presidente Dallin H. Oaks, y el presidente Henry B. Eyring; el presidente M. Russell Ballard, presidente en funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles; el élder Jeffrey R. Holland, el élder Dieter F. Uchtdorf, el élder Quentin L. Cook y el élder Neil L. Andersen del Cuórum de los Doce Apóstoles; representantes de la Presidencia de los Setenta, del Obispado Presidente y otras autoridades Generales y oficiales de la Iglesia; además de varias autoridades eméritas con sus esposas.
El presidente Nelson recordó a la hermana Packer como la esposa modelo de una Autoridad General por más de seis décadas. “Ella es una verdadera matriarca, una madre santa de 10 hijos fieles y una posteridad justa que está en constante crecimiento”, dijo él. “La amorosa bondad de Donna ha bendecido la vida de otros en todo el mundo y más allá”.
El presidente Nelson enseñó sobre los convenios y la vida eterna en sus comentarios. Él citó lo que el presidente José F. Smith reveló hace años sobre la vida y la muerte: “El espíritu justo que parte de esta tierra… nace de nuevo en el paraíso de Dios”.
Esa existencia gloriosa es “lo que conocemos como vida eterna”, explicó el presidente Nelson. “Con el tiempo, Donna y Boyd se reunirán con sus hijos y su gran posteridad para experimentar la plenitud del gozo que Dios tiene reservado para Sus hijos fieles”.
Él explicó que la fecha más importante en la vida de la hermana Packer fue el 28 de julio de 1947, cuando se selló a su esposo en el Templo de Logan Utah.
El presidente y la hermana Packer “hicieron un convenio, un convenio entre ellos, un convenio con Dios. Al ser sellados en el santo templo hicieron posible que sus 10 hijos nacieran dentro de eses convenio. Ellos han permanecido fieles a ese convenio”.
El presidente Nelson dijo que la hermana Packer preparará un lugar para cada precioso y querido miembro de esta noble familia. “Un día, cada uno, si es digno, verá a la glorificada, redimida, exaltada y perfeccionada Donna Smith Packer, madre, hermana, santa e hija del Dios viviente”.
El presidente Nelson habló en nombre de las otras Autoridades Generales y oficiales de la Iglesia al “expresar nuestra gratitud a Donna y al presidente Boyd K. Packer por sus esfuerzos para hacer que todas nuestras vidas fueran un poco mejores, un poco más felices y más centradas en el Señor y su evangelio. Todos queremos parecernos más a ellos”.
Leyó de Proverbios 31 para aplicarlo a la hermana Packer, comenzando con el versículo 10 que dice: “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su valor sobrepasa grandemente al de las piedras preciosas”, y leyó el versículo 29 de esta manera: “Muchas mujeres han hecho el bien, más tú [querida Donna] sobrepasas a todas”.
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Las lecciones del huerto de frambuesas
Una de las hijas, Gayle P. Kezerian, dijo que su madre se llamaba Donna por el amanecer de cada nuevo día (dawn en inglés), y que le encantaba el amanecer. Otra hija, Kathleen P. Bullock, habló sobre cómo la familia iba muy temprano en la mañana a trabajar juntos en su huerto de frambuesas.
Mientras trabajaban juntos al amanecer, su madre llevaba la conversación para hablar sobre sus antepasados — y sobre el evangelio de Jesucristo.
“Estos diálogos fueron el mayor de todos los tesoros”, dijo Bullock. “Aprendí que formaba parte de a una familia eterna que se extiende por generaciones hacia el pasado y por generaciones hacia el futuro. Las historias que mi madre me enseñó en el huerto de frambuesas me enseñaron a seguir las verdades eternas”.
La hermana Packer les enseñó a los niños el trabajo arduo y el amor por la historia familiar, dijo Kezerian, ya que se esforzó por llevar nombres al templo. “Sus diligentes esfuerzos han llevado las ordenanzas salvadoras a miles de antepasados”, dijo ella.
Tanto Kezerian como un hijo, el élder Allan F. Packer, un Setenta Autoridad General emérito, dijeron que su madre entendió Malaquías 4:6: “Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres.”
También citaron un poema escrito por su padre sobre la casa de sus antepasados en Inglaterra que se llama Groombridge Place:
“Nuestro legado, así como la vida, a otros damos, y lo conservamos nuestro.
Pagamos así la deuda habida a los seres que ya han muerto.
Lo que ellos ahora nos legan perdurara para siempre atesorado.
Como el terreno, nuestras vidas se edifican en cimientos del pasado”
‘La compañera de papá’
La hermana Packer había sido elegida la Reina del Durazno de Brigham City en 1946 y después de casarse con el presidente Packer en 1947, él la llamó su reina.
Bullock dijo recientemente que ella se sentó en la silla azul favorita de su madre y abrió sus escrituras. Allí encontró una copia doblada de “La familia: Una Proclamación para el Mundo”.
Su madre había subrayado varias palabras, escrito “felicidad” en el margen y con una flecha había señalado la línea de la proclamación que dice, “La felicidad en la vida familiar tiene mayor probabilidad de lograrse cuando se basa en las enseñanzas del Señor Jesucristo”.
Ella también escribió “trabajo en equipo” en el margen y subrayó la palabra “trabajo”. Bullock dijo que su madre sabía que esto era un esfuerzo en equipo.
“Ella y papá estaban unidos por su deseo de criar una familia feliz en rectitud y apoyarse mutuamente”, dijo Bullock. “Mamá era la que mantenía el fuego del hogar encendido. Ella se ocupaba con gusto de todo lo relacionado con el hogar, para que papá pudiera concentrarse en la obra especial que el Señor le había encomendado. Nunca fue una fue una carga para ella, le encantaba ser la compañera de papá, y le encantaba ser nuestra madre”.
Su hijo, el élder Packer, además añadió: “Al rendir homenaje a mamá, no podemos hacerlo sin reconocer a papá, porque los dos eran un equipo. Eran uno”.
Su madre sabía que los principios de la proclamación sobre la familia eran verdaderos, y los vivió, dijo Bullock. “La vida eterna de mamá, ya fuera en el huerto de frambuesas, o de pie en el púlpito, consistía en compartir y ejemplificar las enseñanzas de Jesucristo”.
La hermana Packer tenía un testimonio firme e inquebrantable, dijo Kezerian, y su lugar favorito era su casa, con su familia.
El legado de la hermana Packer
El élder Packer expresó su gratitud por todas las Autoridades Generales y líderes que asistieron a los servicios fúnebres. Bromeó diciendo que, con todos los descendientes presentes allí, casi necesitaban planificar una conferencia de estaca.
Los Packer tuvieron 10 hijos, 60 nietos, 157 bisnietos, y un tataranieto.
El élder Packer destacó el amor de sus padres por la historia familiar. Contó que su padre dijo muchas veces que podría haber algunas pocas personas dándole la bienvenida del otro lado del velo, pero que habría miles esperando por la hermana Packer.
El élder Packer dijo que, cuando realiza sellamientos en el Templo de Draper Utah, señala a los espejos que se encuentran en cada pared — y explica cómo el reflejo representa a todos los antepasados que vinieron antes y a todos los descendientes que vendrán después.
“Estamos comprometidos con esas ordenanzas de sellamiento que unen a nuestras familias”, dijo el élder Packer. “Honramos a nuestros padres que no enseñaron y fueron nuestro ejemplo en eso”, dijo él.