El programa de servicios de empleo de la Iglesia no es una gran ciencia, pero sí ayudó al científico aeroespacial a encontrar el trabajo de sus sueños. Joseph Wilson tiene una maestría en ingeniería aeroespacial, es un ingeniero con especialización en sistemas de propulsión térmicos e informáticos. Sin embargo, después de graduarse del programa de maestría aeroespacial de la Universidad Estatal de Arizona, no pudo encontrar un trabajo.
“Tenía la capacitación en ingeniería aeroespacial, pero me faltaba la habilidad para transmitir mis conocimientos de forma eficiente a los demás”, dijo él. Tuvo varias entrevistas con empresas importantes, pero no tuvo éxito.
“No quería admitir que necesitaba ayuda”, dijo, y cuando le sugirieron que probara el sitio de internet de los Servicios de Empleo de la Iglesia, aceptó sin mucho entusiasmo.
Recibió una llamada de uno de los misioneros del programa: “No podía imaginar que eso cambiaría mi vida”, dijo Wilson.
Él comenzó a reunirse con más frecuencia con los misioneros, se unió al programa de Búsqueda Activa de Empleo de la Iglesia, (Active Job Search, o AJS, por sus siglas en inglés), e hizo todo lo que se le pedía. Y, en un par de meses, Wilson tenía un nuevo trabajo.
“He disfrutado mucho de mi trabajo como científico aeroespacial en Tucson, Arizona, enviando cohetes al espacio para, literalmente, salvar al mundo, y esto es algo fantástico para mí”, dijo a Church News.
Wilson es una de las más de 8000 personas que asistieron a grupos y talleres en línea de búsqueda de empleo en 2021, las cuales recibieron asesoramiento personalizado para la búsqueda de trabajo por parte de los Servicios de Empleo.
Qué son los Servicios de Empleo de la Iglesia
Los Servicios de Empleo de la Iglesia están a su disposición en línea en Employment.ChurchofJesusChrist.org, y en varios centros de empleo ubicados en todos los Estados Unidos y Canadá. Ofrecen ayuda profesional a través del programa de Búsqueda Activa de Empleo, reuniones grupales y sesiones individuales, capacitación en habilidades laborales, “pregunte a un experto” y seminarios por internet. También hay recursos disponibles para empleadores, escuelas, pequeños negocios, estacas y barrios.
Los servicios son para cualquier persona, sea o no miembro de la Iglesia. Personas de Australia, Centro y Sud América, África y otros lugares han recibido apoyo a distancia.
Las personas interesadas pueden enviar un correo electrónico a la siguiente dirección EmploymentServices@ChurchofJesusChrist.org o llamar al 888-818-4484.
Joseph Doria, gerente de apoyo al empleo de los Servicios de Bienestar y Autosuficiencia de la Iglesia, dijo que la pandemia les obligó a cerrar las oficinas físicas de los centros de empleo durante un tiempo, lo cual llevó a una expansión de los servicios en línea. Ahora, los centros abrirán nuevamente, pero los servicios virtuales y en línea continuarán. Los grupos de búsqueda diaria de trabajo están funcionando por todo el país, y la gente se conecta a ellos todos los días. Los grupos de Búsqueda Activa de Empleo, les permiten a las personas reunirse con otras que buscan trabajo, bajo la dirección del personal de los Servicios de Empleo.
Los participantes comparten sugerencias de trabajos y recursos, y trabajan juntos en la creación de redes de contacto (networking), en el perfeccionamiento de sus habilidades o la actualización de su currículum (hoja de vida) y perfiles en las redes sociales.
“Las personas que buscan trabajo se reúnen y se apoyan, se ayudan y se fortalecen mutuamente, y eso ha sido, creo, una de las mejores cosas que ha ocurrido”, dijo Doria. “Porque estar sin trabajo y desempleado puede ser aterrador y también vergonzoso, uno tiende a aislarse. Así que, ofrecer un foro [a través del cual] te puedes conectar con otras personas que están en una situación similar ha sido realmente eficaz”.
Antes de la pandemia, todos los misioneros servían como voluntarios en los centros de empleo, pero ahora, muchos están sirviendo virtualmente desde sus hogares, proporcionando capacitación a través de Zoom o dirigiendo los grupos de búsqueda de empleo en línea, o enseñando talleres en línea.
“Creo que una de las grandes historias de los últimos años ha sido cómo hemos proporcionado esta emocionante oportunidad misional en la cual las parejas mayores han podido tener un impacto increíble en la vida de las personas sin tener que salir de su casa”, dijo Doria.
Los misioneros de los Servicios de Empleos
El élder Ralph Crane y la hermana Denise Crane sirven como misioneros de los Servicios de Empleos en el área de Houston, Texas. Los Crane pasaron por un proceso de certificación, pero además reciben educación continua a través de reuniones semanales personales. Aún no están jubilados y sirven desde su hogar.
Cuando les remiten un nombre, primero conocen a la persona, luego evalúan qué pueden hacer para ayudarla y, finalmente, elaboran un plan para salir adelante.
“Una de las cosas que [las personas deben] hacer es un simple ‘Yo en 30 segundos’. Háblame de ti”, dijo el élder Crane. “Nos enseñaron a ser humildes y a no presumir de nosotros mismos. Pero las escrituras también nos dicen que contemos nuestras bendiciones; hay que reconocerlas y decírselo a la gente. De eso se trata el ‘Yo en 30 segundos’”.
Les enseñan cómo pulir sus currículums (hojas de vida), cómo usar sus habilidades, preparar frases que muestren sus aptitudes durante las entrevistas y a establecer conexiones.
“Es una gran satisfacción cuando empiezas a ver cómo abren su campo de acción, amplían la visión de lo que pueden hacer”, dijo el élder Crane.
La hermana Crane dijo que a veces todo un equipo se une para ayudar a una persona, incluso el cuórum de élderes del barrio o la presidenta de la Sociedad de Socorro, el especialista en empleo del barrio, el especialista en autosuficiencia de la estaca y los capacitadores de los Servicios de Empleo.
“Es una forma de dar esperanza a la gente, de que ‘sí puedo hacerlo’. No vamos a buscarle trabajo a la gente, somos sus capacitadores”, dijo la hermana Crane.
Los Crane también han ayudado a personas que no son miembros de la Iglesia. Tienen presentes a todas las personas con las cuales trabajan. Oran por ellos en la mañana y en la noche antes de acostarse.
“Estamos en la obra del Señor y seguimos esas impresiones. No hay una sola persona con la que hayamos trabajado en los últimos seis meses que haya tomado la misma dirección. El Señor indica cuál es el camino que vas a seguir”, dijo el élder Crane.
El élder Dick Thomas y la hermana Sue Thomas sirven desde su hogar en el área de Blackfoot, Idaho. Ya han prolongado su misión más allá de los 18 meses.
“Nuestra meta es ayudarles a encontrar el trabajo adecuado para ellos, y no solo que hagan algo que queremos o cualquier tipo de trabajo”, dijo la hermana Thomas. “Continuamos trabajando con ellos hasta que les encontramos el trabajo adecuado”.
Los Thomas son maestros jubilados. Al igual que los Crane, primero se familiarizan con los buscadores de empleo y elaboran un plan de trabajo. A veces tardan dos semanas, otras veces ocho meses o más en ayudar a alguien a encontrar el trabajo adecuado.
“Hemos conocido a mucha gente estupenda, y todo comienza con, “¿Cómo podemos ayudarle?”, dice el élder Thomas.
Su región también cuenta con dos misioneros que hablan español, y los Thomas pueden derivarles los clientes a estos misioneros para que trabajen con ellos. Quieren satisfacer las necesidades de cualquier persona que se acerque.
“Ayer alguien me preguntó: ‘Tengo que ser miembro de su Iglesia para utilizar este servicio?’ Absolutamente no”, dijo la hermana Thomas. “La gente piensa que no pueden utilizarlo, sin embargo, necesitamos que se sepa que servimos a todo el mundo. Todos son importantes, no hay uno más importante que otro”.
El élder Kerry Geiser y la hermana Cathy Geiser han estado sirviendo como misioneros de empleo por un poco más de un año desde su hogar en Montana. Funciona perfectamente para su situación, ya que los problemas de salud de la hermana Geiser implicaban que no podía estar lejos de sus médicos.
El élder Geiser dijo que, si bien tratan de ayudar a la gente a encontrar oportunidades de trabajos, también les enseñan técnicas de búsqueda de empleo.
“Les enseñamos a crear redes de contactos (networking), a hacer comentarios positivos sobre ellos mismos y a comunicarse con la gente que conocen”, dijo él. “A veces, el hablar con varios de sus conocidos, podría llevarlos a un lugar que busca contratar pero que aún no ha publicado un puesto de trabajo”.
Ha capacitado a personas que están desempleadas y a personas que tienen empleo pero que buscan un nuevo entorno o un trabajo mejor.
“Es gratificante ayudar a la gente, independientemente de dónde se encuentren o de su situación”, dijo él. “Una de las mejores recompensas que vemos al trabajar con la gente, es que muchos de ellos, no todos, están en un lugar en el cual se sienten abatidos y humillados — están sufriendo. A veces no necesitan de nuestros conocimientos, sino de alguien que los anime. Una palmadita en la espalda, alguien que se mantenga en contacto con ellos”.
“Creo que el [darles] incentivo es uno de los aspectos más importantes de lo que hacemos”, concluyó.
El enfoque personal para conseguir empleo
La precisión y el pulido de frases que mostraran eficazmente sus aptitudes fue el gran logro de Wilson en Arizona. Le ayudó a comunicar sus capacidades claramente. Y para Dustin Ray en Riverton, Utah, la creación de redes de contactos lo llevó a su nuevo lugar de trabajo.
Ray se separó de común acuerdo con su empleador donde había trabajado por muchos años. No recordaba la última vez que había estado desempleado y necesitaba conseguir un nuevo trabajo.
“Tenía una hermana que me dijo, ‘Dusty, entra en el grupo de Búsqueda Activa de Empleo (AJS) y haz exactamente lo que te digan. No importa lo doloroso que sea, funciona’”, dijo él.
Se unió al grupo de Salt Lake y aprendió a redactar un currículum (hoja de vida). Practicó y se preparó para las entrevistas. Se inscribió en Linkedin y comenzó a hacer contactos (networking). Todos los miércoles trabajaba con los capacitadores.
“Se analizaron algunas de las razones por las cuales varios de nosotros buscábamos un trabajo. Pudimos abordar algunos de estos problemas de autolimitación por los cuales estábamos atravesando”, dijo Ray.
Una persona que solía trabajar para él estaba empleada en otra compañía, entonces le habló a la gerencia sobre él, y estos crearon un nuevo puesto basados en las aptitudes de Ray. “Ahora trabajo allí”, dijo él. “Si no hubiera sido por la capacitación, y si nunca me hubiera acercado a ellos, no tendría el trabajo”.
Alen Gibbons actualmente trabaja con el grupo de la costa este después de que su puesto fuera eliminado en una fusión.
Dijo que inmediatamente quedó impresionado y asombrado por el servicio, la calidad y la profesionalidad de los misioneros y capacitadores del programa de Servicios de Empleo. Pero sabe que gran parte del esfuerzo depende de él.
“El programa es bueno, en la medida que se siga [la formula d]el 15, 10 y 2 — trabajar cada día en 15 recursos, 10 contactos y dos [entrevistas] cara a cara o por teléfono. Este es un método de eficacia comprobada”, dijo Gibbons. “Además de eso, lo sorprendente son las reuniones individuales y los profesionales especializados que están a disposición para ayudarle en ese esfuerzo”.
Estos profesionales tienen décadas de experiencia, dijo Gibbons, y la ofrecen de forma gratuita. No le alcanzaron las palabras para hablar sobre las habilidades, los talentos y las herramientas de los misioneros, capacitadores y líderes del programa.
Ray estuvo de acuerdo: “Fue una bendición y todos con quienes trabajé allí son ángeles. No sé cómo decirlo de otra manera”.
El aspecto espiritual
Doria dijo que uno de los principales objetivos de los Servicios de Empleo de la Iglesia es enseñar la autosuficiencia, y ésta es un principio de salvación. Ayudar a alguien a conseguir un empleo y a ser autosuficiente de nuevo le prepara para estar en posición de servir y bendecir las vidas de los demás.
Cuando a alguien se le dificulta ser autosuficiente, como cuando está desempleado, esto afecta su vida, no solo temporalmente, sino también emocional y espiritualmente, dijo. “Es muy fácil sentirse solo y olvidado, por esa razón, parte del propósito de estos programas es ayudar a la gente a mantener esa conexión con el Salvador incluso durante un tiempo de crisis — especialmente durante un tiempo de crisis”.
Doria dijo que la prueba o el desafío del desempleo no se debe a la espiritualidad o al testimonio. Estas pruebas pueden ocurrirle a cualquiera, como a un obispo que conoció y que perdió su trabajo al principio de la pandemia. Este obispo le dijo a Doria que el programa le permitía vestirse cada mañana, ponerse una corbata, tener un entorno de apoyo y formar parte de algo en un momento en el que estaba luchando y se sentía totalmente solo.
Gibbons dijo que la búsqueda de trabajo puede desanimarlo, pero no puede separar la prueba que representa buscar un trabajo de su testimonio de cómo Dios escucha sus oraciones. Los misioneros le proporcionaron un enfoque espiritual al mismo tiempo que le ofrecieron la ayuda profesional.
“Proporcionan apoyo espiritual a diario. Sabes que también estás en sus oraciones. Es muy dulce”, dijo Gibbons.
Ray sabe que el Señor estaba tratando de guiarlo hacia algún lugar cuando se quedó sin trabajo. Dijo que se ha convertido en una mejor persona al aprender a superar los límites que se impuso a sí mismo. Los misioneros le enseñaron a reivindicar sus puntos fuertes y a estar orgulloso de ellos. Toda la experiencia se sintió como la respuesta a una oración.
“Fue una auténtica bendición para mí y mi familia, y no solo por el trabajo”, dijo él.
Le encantaría servir una misión con los Servicios de Empleo de la Iglesia algún día, porque ve cómo a través de ello se cumple la misión de la Iglesia.
“Tengo mucho más claro quién soy”, dijo Ray. “Lo que obtuve de esto en segundo lugar fue un trabajo”.