Como discípulos del Salvador Jesucristo cada uno tenemos la responsabilidad personal de aprender y vivir las verdades que Él enseñó, dijo el élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles.
“No deberíamos esperar que la Iglesia como organización nos enseñe o nos diga todas las cosas que debemos saber y hacer para llegar a ser discípulos devotos y perseverar valientemente hasta el fin”, dijo a los jóvenes adultos de todo el mundo durante un evento Cara a Cara, el domingo, 12 de septiembre.
Cuando José Smith, de 14 años, regresó a su hogar desde la Arboleda Sagrada después de la aparición del Padre Celestial y Jesucristo, su madre le preguntó qué le pasaba. José respondió: “Pierda cuidado, todo está bien. … “He sabido a satisfacción mía…” (José Smith — Historia 1:20).
“La experiencia de José en la Arboleda Sagrada nos muestra a todos nosotros la importancia de pedir, buscar y llamar espiritualmente a medida que nos esforzamos por aprender por nosotros mismos y hallar respuestas a nuestras propias preguntas e inquietudes”, dijo el élder Bednar.
Durante el evento pregrabado transmitido desde el Teatro del Centro de Conferencias en la Manzana del Templo, el élder Bednar y su esposa, la hermana Susan Bednar, enfatizaron el patrón de “pidi, busca, llama” mientras los jóvenes adultos de todo el mundo compartían experiencias personales de encontrar respuestas a preguntas a través del Espíritu Santo.
Lecciones de eventos Cara a Cara anteriores
El élder y la hermana Bednar comenzaron la transmisión presentando a tres jóvenes adultos que fueron impactados de manera significativa por los principios del Evangelio enseñados durante eventos Cara a Cara anteriores.
Thricia, una joven adulta de Filipinas, explicó que le costaba mantenerse consagrada en su estudio del Evangelio mientras atravesaba algunos desafíos personales. Comenzó a ver varios eventos de la Iglesia, incluyendo el Cara a Cara de junio con el élder Neil. L. Anderson del Cuórum de los Doce Apóstoles.
En esa transmisión, el élder Andersen le preguntó a una adulta soltera llamada Marcela qué significaba ser intencional en su fe. La respuesta de Marcela inspiró a Thricia a seguir haciendo las cosas pequeñas y sencillas que la acercan al Salvador.
“Decidí volver a estudiar las Escrituras, para estudiarlas de manera intencional”, dijo Thricia. “Obtuve la fuerza día tras día. Y pude obtener más poder para vencer mis debilidades”.
El élder Austin Green, un misionero que actualmente sirve en África, a los 17 años le costaba trabajo entender la expiación de Jesucristo. Habló con su obispo, Brent Bailey, quien se sintió inspirado a compartir un corto video de un evento Cara a Cara de marzo de 2017 con el president Henry B. Eyring, de la Primera Presidencia, y el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles. En el video, el presidente Eyring describió cómo la Expiación es una extensión del Salvador; es algo que Él hizo.
“Era justamente lo que necesitaba”, dijo el élder Green.
Lea más sobre la historia de los eventos Cara a Cara: Temas, audiencias, ubicaciones y alcance internacional
Cuando el élder Bednar le preguntó al élder Green, quien se unió por videoconferencia, lo que aprendió mientras conversaba con su obispo, el élder Green dijo, “Aprendí a confiar en que otras personas podrían ayudarme a responder mis preguntas, que Dios puede hablar también a través de otras personas”.
El élder Bednar enfatizó: “Fíjese que él [el obispo] no le dio la respuesta; no le pudo dar la respuesta. Sino que le ayudó a encontrarla por medio de un recurso. Eso fue lo correcto en el momento correcto para que el Espíritu Santo le ayudara a aprender por usted mismo”.
Una joven adulta llamada Emily sintió que necesitaba tener un testimonio perfecto sobre todo en el Evangelio. En una entrevista en video con la hermana Bednar, dijo que encontró consuelo en un evento Cara a Cara en septiembre de 2020 con el élder Ronald A. Rasband, del Cuórum de los Doce Apóstoles, cuando él enseñó que es un don creer en los testimonios de los demás (Doctrina y Convenios 46:14).
“Mientras lo escuchaba hablar pensaba más al respecto”, dijo Emily, “el Espíritu me susurró que tengo el espacio, el tiempo y el lugar para crecer en mi fe. Y ese testimonio no es un producto terminado ni una casilla que marcar, sino algo que puede ir progresando, y eso está bien”.
‘¿Qué escucharon?’
El élder y la hermana Bednar invitaron a la audiencia — a los que estaban en la audiencia del pequeño estudio y a los que participaron desde Brasil, Perú, Japón, el Reino Unido y otros lugares del mundo — a practicar el pide, busca y llama al hacer preguntas, ya sea en persona o en sus corazones y mentes.
“Susan y yo no podemos de ninguna manera brindarles lo que necesitan en las respuestas que vayamos a darles”, advirtió el élder Bednar. “Pero a medida que hagamos el esfuerzo por contestar las preguntas que nos hagan, el Espíritu Santo será el maestro”.
Un joven adulto del público que recientemente perdió a su esposa debido al cáncer se preguntó cómo podía entender la voluntad de Dios para él. El élder Bednar explicó que mientras siga adelante en la senda de los convenios — aprendiendo, esforzándose por comprender, recibiendo dignamente, viviendo, recordando y guardando los convenios y las ordenanzas correspondientes con dignidad — él está haciendo la voluntad de Dios.
“Mientras hablábamos”, le dijo el joven al élder Bednar, “el Espíritu acaba de enseñarme que todo lo que es injusto en este mundo será hecho justo por medio de la expiación de Jesucristo”. Esta frase que el joven había escuchado antes ahora había adquirido un nuevo significado.
Otros adultos jóvenes hicieron preguntas sobre cómo navegar por ambigüedades, ayudar a los niños pequeños a aprender el Evangelio, discernir las confirmaciones espirituales, prepararse para recibir revelación y vivir la doctrina de Cristo.
Después de la conversación, el élder Bednar preguntó, “¿Qué escucharon?”
“El Espíritu me habló hoy”, dijo una joven en la audiencia. “Pude sentir que Jesucristo me ama, personalmente, mucho. … Y al ser un ejemplo para otras personas, podemos edificarlos, de la misma manera que nos sentimos. Pero primero debemos saberlo por nosotros mismos”.
Un joven dijo que asistió al evento anticipando la oportunidad de hacer preguntas. No preguntó a ninguno de ellos, pero recibió respuestas.
“A medida que quería hacer una pregunta, me vinieron las respuestas sutilmente en un pensamiento mientras escuchaba las respuestas de ustedes, a las preguntas de otras personas”, le dijo al élder y a la hermana Bednar.
En sus comentarios finales, la hermana Bednar testificó del poder y el don del Espíritu Santo y del amor del Señor por los jóvenes adultos. “Sé que nuestro Salvador es nuestro Redentor, que murió por cada uno de nosotros, que esta es una experiencia individual para cada uno de nosotros a medida que vengamos a Él y permitamos que Su sacrificio expiatorio forme parte de nuestras vidas”.
El élder Bednar también testificó del Salvador y Su expiación, expresó amor por los jóvenes adultos y elogió su fe en Él. “El anhelo de mi corazón es que [ustedes] … estén mejor preparados para seguir adelante en un mundo cada vez más confuso, sabiendo que mientras guarden sus convenios, no se equivocarán. Recibirán guía, dirección y protección — sé que es verdad”.
Prometió a los jóvenes adultos que a medida que pidan, busquen y llamen con sinceridad y constancia, podrán hallar respuestas a sus preguntas e inquietudes, de acuerdo con la voluntad y el tiempo del Señor.