No basta con recordar las notables hazañas realizadas por los pioneros de Utah — sino también las razones por las cuales éstas se llevaron a cabo, “y comprometernos a ser tan fieles en nuestras circunstancias como ellos lo fueron en las suyas”.
Ese fue el mensaje que el élder David F. Evans, Setenta Autoridad General y presidente del Área Asia, compartió con cientos de madrugadores el viernes, 23 de julio en el Sunrise Service [Servicio mañanero anual], parte del evento de Days of ’47, en el Salón de Asambleas en la Manzana del Templo.
La reunión para el servicio del viernes por la mañana marcó, para muchos, el regreso de una tradición muy querida del Día de los Pioneros. El año pasado, el Sunrise Service se canceló debido a la pandemia de COVID-19,
Los pioneros, enseñó el élder Evans, fueron inspirados por el Espíritu Santo, “no solo a creer y saber que la Iglesia es verdadera, sino también para actuar, eligiendo seguir y haciendo cosas que nunca antes podrían haber imaginado”.
El élder Evans dijo que el aniversario del sesquicentenario de la Iglesia en 1997 de la entrada de los pioneros al Valle del Lago Salado, enriqueció su comprensión y gratitud por aquellos devotos pioneros Santos de los Últimos Días. “Al escuchar los relatos, muchos de los cuales nunca habíamos oído antes, llegamos a amar y respetar las difíciles decisiones que se tomaron, la fe que se exhibió y el valor puro que mostraron hombres, mujeres y niños”.
Algunos pioneros soportaron “dificultades inimaginables”. Sin embargo, permanecieron fieles. Otros perdieron sus vidas durante el viaje por el oeste norteamericano.
“A través de todo ello, nuestros antepasados pioneros desarrollaron la fe, el valor, la integridad, la unidad, la inclusión, el desinterés, el sacrificio y la obediencia”, dijo. “Incluso durante estos períodos de grandes dificultades, el esfuerzo por compartir el Evangelio continuó. Con el tiempo, y a medida que las misiones a Inglaterra y Europa aumentaban el número de conversos a la Iglesia, no había vagones suficientes para llevar a Utah a todos los que se convertían”.
El élder Evans compartió el relato de Bodil Mortensen una niña pionera danesa de 9 años que pereció en las altas llanuras de Wyoming en 1856 como integrante de la compañía de carros de mano de Willie y Martin. La niña había llegado a Estados Unidos con la familia Jens Nielsen, embarcándose con ellos en la travesía hacia Utah.
En la conferencia general de abril de 1997, el presidente Gordon B. Hinckley describió los acontecimientos que cobraron la vida de la pequeña Bodil y de muchos más:
“En octubre de 1856, la copiosa nieve que caía en medio de un viento huracanado ya llegaba a más de medio metro de profundidad cuando los de la compañía de James G. Willie intentaron buscar algún resguardo de la fuerte ventisca. Bodil fue a buscar malezas secas para hacer fuego. Al regresar, en cuanto llegó a su carro con las ramitas, cayó muerta; se había congelado. El hambre y el frío intenso le arrancaron de su extenuado cuerpo la vida por la que había luchado”.
El Día de los Pioneros nos lleva a recordar a Bodil Mortensen y a muchos otros pioneros “que dieron tanto y que han pasado a formar parte de la historia y la herencia de los Santos de los Últimos Días”, dijo el élder Evans.
La mano del Señor se puede ver en la llegada de muchos de los que vinieron al valle del Gran Lago Salado — incluso muchos que no eran miembros de la Iglesia. El élder Evans habló de su propio bisabuelo Alfred Frewin, quien, por razones desconocidas emigró de Inglaterra y se estableció en el Valle del Lago Salado en 1876.
La familia Frewin permaneció en Utah, aunque ninguno era Santo de los Últimos Días, hasta que la madre del élder Evans, Beverly Joy Frewin Evans, se bautizó cuando tenía 8 años por invitación de una cariñosa maestra de la Primaria. Beverly Joy no fue totalmente activa en la Iglesia hasta llegar a la escuela secundaria. Sin embargo, eventualmente se casaría con su amigo, David C. Evans, en el Templo de Salt Lake y criaría una gran familia completamente involucrada en el evangelio.
“Con el tiempo, sería llamada a servir como presidenta de la Sociedad de Socorro de barrio, y de estaca, y luego, de 1984 a 1990 como consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro”, dijo el élder Evans. “Esta pequeña niña cuyos padres no eran miembros y cuyo abuelo se detuvo en Salt Lake City por razones que ninguno de nosotros jamás sabrá, llegaría a criar una posteridad justa, a predicar el Evangelio por todo el mundo, a hablar en la conferencia general y a bendecir la vida de miles de Santos de los Últimos Días en todo el mundo”.
Un Padre Celestial amoroso, añadió, siempre va a la cabeza de las vidas de todos Sus hijos. “Él sabía que mi madre había sido pre ordenada para servir de maneras maravillosas en Su reino, y que esas cosas no podrían suceder sin que la familia Alfred Frewin echara raíces en Salt Lake”.
El élder Evans hizo eco del desafío del presidente Hinckley de recordar la vida de nuestros antepasados pioneros.
“Desde los notables profetas que lideraron la Iglesia y dirigieron la emigración de miles de Santos de los Últimos Días, hasta aquellos que viajaron en los últimos vagones o caminaron a través de las llanuras, recordemos y reverenciemos, y estemos eternamente agradecidos por sus sacrificios, su fe y su voluntad de seguir al Señor, sin importar el costo”.
Recuerden compartir sus historias y de emular su fe, obediencia y esfuerzo por sacar adelante al reino de Dios. Por encima de todo, dijo, recuerden construir sus cimientos sobre la roca del Redentor, Jesucristo.
Desde sus propios ancestros — comenzando por Alfred Frewin y descendiendo hasta su propia madre, Beverly Joy — el élder Evans dijo que recuerda el amor de Dios por sus hijos y el amor de los Santos de los Últimos Días y los amigos que invitan a otros a seguir al Señor.
“En este día, me siento lleno de gratitud por aquellos que se han ido antes”, concluyó. “Amo a nuestros pioneros de Utah y amo a los pioneros que el Señor tiene en cada país. … En toda Asia, veo a estos pioneros de primera generación y soy testigo de su fe y su voluntad de seguir al Señor, sin importar el costo o el sacrificio personal.
“Vuestra fe no es menor que la de los pioneros que entraron en el valle el 24 de julio de 1847 y escucharon a Brigham Young declarar: ‘Este es el lugar correcto sigan adelante’. Independientemente de dónde vivamos, el Evangelio restaurado de Jesucristo es el lugar correcto y tenemos que ‘seguir adelante’.
También asistieron al Sunrise Service del viernes los miembros de la “realeza” de Days of ‘47 de 2021: Sophia Lowry, la reina; Adelynn Eisenach, primera princesa; y Arianna Haner, segunda princesa.
Antes de los comentarios del élder Evans, el programa contó con varios números musicales.