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Cómo la batalla de la hermana Wright contra el cáncer le enseñó a ver a los demás a través de los ojos del Salvador

La hermana Amy A. Wright, segunda consejera de la presidencia general de la Primaria, habla durante de la Conferencia de Mujeres de BYU, 29 de abril de 2021. Crédito: Captura de pantalla
La hermana Amy Wright. Crédito: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
La nueva presidencia general de la Primaria, presidente Camille N. Johnson, al centro, hermana Susan H. Porter, a la izquierda, y hermana Amy A. Wright, a la derecha, hablan durante de la Conferencia de Mujeres de BYU, 29 de abril de 2021. Crédito: Captura de pantalla
La hermana Amy A. Wright y su esposo, James McConkie Wright. Crédito: Fotografía de Tom Hanson
La presidencia general de la Primaria, presidente Camille N. Johnson, al centro, hermana Susan H. Porter, a la izquierda, y hermana Amy A. Wright, a la derecha, hablan durante de la Conferencia de Mujeres de BYU, 29 de abril de 2021. Crédito: Captura de pantalla
La familia Wright durante su visita a Dinamarca en el 2019. Crédito: Cortesía de Amy Wright
La presidencia general de la Primaria a partir de abril 2021: Presidenta Camille N. Johnson, hermana Susan H. Porter, primera consejera, y hermana Amy Wright, segunda consejera. Crédito: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Mientras pasaba horas cada semana en la sala de infusiones del hospital luchando por su vida, la hermana Amy A. Wright conoció a cientos de personas, cada una con una historia única.

“Nunca hablaron sobre que hacían para ganarse la vida, de cuál escuela se graduaron, o cuánto dinero ganaban, el tipo de automóvil que conducían, a dónde viajaron”, recordó. “Pero vi muchísimas fotos de las personas a las que amaban”.

El hablar con extraños y mirar fotos de sus seres queridos la ayudó a ver, a través de los ojos del Salvador Jesucristo — lo que realmente importa.

La presidencia general de la Primaria a partir de abril 2021: Presidenta Camille N. Johnson, hermana Susan H. Porter, primera consejera, y hermana Amy Wright, segunda consejera.
La presidencia general de la Primaria a partir de abril 2021: Presidenta Camille N. Johnson, hermana Susan H. Porter, primera consejera, y hermana Amy Wright, segunda consejera. | Crédito: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

A finales del 2015, a la hermana Wright le diagnosticaron cáncer de ovario en etapa 4. La única forma en que su familia sobrevivió a los tratamientos agresivos, dijo, fue concentrándose en el Salvador.

“Cuando sólo me enfocaba en mí, el mundo se convertía en un lugar realmente oscuro. Pero cuando mi atención se volvía hacia afuera, cuando me esforzaba por servir a los demás y caminar como Cristo caminaba, había luz y gozo, incluso durante el mayor dolor y sufrimiento”, dijo la hermana Wright, quien fue sostenida como segunda consejera de la presidencia general de la Primaria durante la conferencia general de abril del 2021

La hermana Wright describió su batalla contra el cáncer como una “experiencia de pulimiento y refinamiento” — una que fue, “diseñada de manera única” para ayudarle a llegar a conocer al Salvador de una manera profundamente personal. También le enseñó que fortaleza adicional se obtiene al tratar de aprender y comprender los diversos desafíos de los demás.

“No atraviesas una batalla como esa para ti mismo”, dijo sobre la lucha contra el cáncer. “Lo haces por tu familia. … Lo haces por las personas que amas. … Quieres que ellos también tengan una experiencia con el Salvador. De eso se trata todo, llegar a conocer a Cristo”.

Siempre que la hermana Wright escucha un testimonio impactante, “me digo, ahí hay una historia, y se pagó un precio”.

Amy Eileen Anderson Wright nació el 6 de enero de 1972 en Salt Lake City, hija de Joy Bailey y Robert Anderson, ambos descendientes de pioneros. Se crio en South Ogden, Utah, con un hermano gemelo, un hermano mayor y un hermano menor.

Mientras crecía, la hermana Wright estuvo muy involucrada en los deportes. Jugó fútbol y voleibol y participó en gimnasia. También participó en el gobierno estudiantil en el bachillerato y tomó clases de español por seis años.

Aparte del legado de fe y valor de su herencia pionera, la hermana Wright dijo que quizás la mayor fortaleza de su familia es “somos una familia que adora a un Dios que da segundas oportunidades. Hemos aprendido a arrepentirnos y a perdonar muy, muy bien. Y es difícil y requiere práctica”.

La hermana Amy A. Wright y su esposo, James McConkie Wright.
La hermana Amy A. Wright y su esposo, James McConkie Wright. | Crédito: Fotografía de Tom Hanson

Este ha sido un enfoque para ella y su esposo, el hermano James McConkie Wright, en la crianza de sus tres hijos. “Cuando alguno está deprimido y desanimado por cualquier motivo, vamos a donde está y unimos nuestras fuerzas y luchamos como familia”, dijo.

El hermano y la hermana Wright se conocieron en una clase de ciencias políticas en la Universidad de Utah. Se casaron el 24 de junio de 1994 en el Templo de Salt Lake.

Poco después de casarse, se mudaron a Milwaukee, Wisconsin, donde el hermano Wright asistió a la escuela de odontología durante cuatro años. La hermana Wright trabajó en el departamento de comunicaciones para los estudiantes de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Marquette en Wisconsin.

Los Wright regresaron a Salt Lake City después de que el hermano Wright obtuvo su título de odontólogo. La hermana Wright se graduó con una licenciatura en desarrollo humano y estudios familiares de la Universidad de Utah en 1998. Han vivido en el área de Salt Lake durante los últimos 23 años.

Mientras el hermano y la hermana Wright reflexionan sobre la crianza de sus tres hijos, dan crédito al estudio de las Escrituras, la música y el servicio por mantenerlos unidos como familia y fuertes en el evangelio de Jesucristo.

La familia Wright durante su visita a Dinamarca en el 2019.
La familia Wright durante su visita a Dinamarca en el 2019. | Crédito: Cortesía de Amy Wright

Todas las mañanas, antes de que los niños se fueran a la escuela, los Wright se sentaban alrededor de la pequeña mesa de la cocina y estudiaban las Escrituras juntos.

“Para nosotros era importante que nuestros niños no se fueran sin antes estar armados con la palabra de Dios”, dijo la hermana Wright. “Nuestra oración siempre fue que un día cuando se encontraran lejos de casa en una misión, en la universidad, o incluso con el peso del mundo sobre sus hombros al ser un joven esposo y padre, que fueran a las Escrituras. Y las Escrituras les resultarían tan familiares que se sentirían como si estuvieran en casa”.

Un día, mientras limpiaba la cocina después de llevar a los niños a la escuela, la hermana Wright notó un pequeño defecto en la mesa. La madera estaba empezando a descarapelarse en un área. La retocó con esmalte y barniz, pero con el paso de los meses, semanas y años, el defecto se hizo más grande.

No fue hasta que sus hijos fueron mayores que se dio cuenta que allí era donde se sentaba su hijo del medio, siempre con la cabeza inclinada. “Durante años y años y años, rasguñaba la mesa mientras escuchaba las Escrituras”, dijo la hermana Wright.

Recuerda llamar a su esposo al trabajo y decirle entre lágrimas: “Nunca podremos vender esa mesa. Ahí es donde nuestros niños han llegado a conocer al Salvador”.

A pesar de que sus hijos sobresalieron en varios deportes, la música siempre fue una prioridad para la familia Wright, y los tres hijos aprendieron a tocar el piano y el órgano — un talento que han utilizado en llamamientos y en sus misiones. También tocaron batería, gaita, saxofón y clarinete.

El hermano Wright dijo que el esfuerzo de la familia por prestar servicio mientras la hermana Wright luchaba contra el cáncer les ayudó a concentrarse en los demás. Aprendieron que “si miras fuera de ti mismo, el Señor te bendecirá con una mayor capacidad para hacer el bien”, dijo.

Durante las súplicas al Señor en medio de la noche en algunos de sus días más oscuros, recuerda la hermana Wright haber sentido que, si su batalla contra el cáncer ayudaría a sus hijos a ser esposos y padres más tiernos y amorosos, “vale la pena al 100%, y lo haría una y otra vez”, dijo.

“Especialmente en esta etapa, porque cuando criamos hombres valientes, nobles, tiernos, capaces y amorosos, siempre se bendice la vida de mujeres y niños de maneras milagrosas e incalculables”.

La presidencia general de la Primaria, presidente Camille N. Johnson, al centro, hermana Susan H. Porter, a la izquierda, y hermana Amy A. Wright, a la derecha, hablan durante de la Conferencia de Mujeres de BYU, 29 de abril de 2021.
La presidencia general de la Primaria, presidente Camille N. Johnson, al centro, hermana Susan H. Porter, a la izquierda, y hermana Amy A. Wright, a la derecha, hablan durante de la Conferencia de Mujeres de BYU, 29 de abril de 2021. | Crédito: Captura de pantalla

En el 2018, la hermana Wright fue llamada a formar parte del consejo general de asesoría de las Mujeres Jóvenes.

Al haberme criado en una familia de varones y tener tres hijos, “se pueden imaginar lo emocionada que estaba de ser llamada para servir en el consejo general de asesoría de las Mujeres Jóvenes porque ahora, durante los últimos años, he tenido a más de 500.000 hijas por las que puedo orar todos los días”.

La hermana Wright también ha servido como presidenta de la Primaria de estaca, presidenta de la Primaria de barrio, consejera de la presidencia de la Primaria de barrio, consejera de las Mujeres Jóvenes, maestra de la Sociedad de Socorro de barrio, maestra de Doctrina del Evangelio y líder de los Cub Scouts.

El hermano Wright elogió la capacidad de su esposa para hacer que las personas se sientan bienvenidas, cómodas e incluidas. “Una de las cosas que me encanta de ella  es que, tiene una gran capacidad para amar”, dijo.

“Ella tiene mucha cercanía al Espíritu y es capaz de recibir inspiración y revelación y luego obedecer. … Aprendí muy rápido en nuestro matrimonio que cuando Amy tiene una impresión, escuchamos y obedecemos esas impresiones”.

Como nueva líder general de la Primaria, la hermana Wright dijo que quiere que los niños de todo el mundo no sólo comprendan su identidad como hijos de Dios, sino también su propósito.

“Son necesarios para ayudar a prepararnos para la segunda venida de nuestro Salvador”, dijo. “Y cuando los jóvenes sienten que esta no es sólo la iglesia de sus abuelos, esta no es sólo la iglesia de sus padres, esta es su iglesia y ellos tienen un papel que desempeñar, es asombroso los milagros que pueden provenir de estos pequeños cuerpos con mentes en desarrollo y testimonios en crecimiento. …

“Todos servimos en diferentes partes de la viña del Señor en diferentes momentos de nuestra vida. Pero es el mismo viñedo con el mismo Maestro”, dijo la hermana Wright. “Nuestra esperanza también es la misma — que es la vida eterna y la exaltación. Eso es lo que deseamos para todos estos preciosos niños, que su Padre Celestial y Salvador Jesucristo sean parte de su viaje y que regresen a casa para vivir con Ellos”.

Así como Dios encuentra belleza en la diversidad, los niños también. “Vienen a este mundo llenos de fe y gozo, y vienen con corazones creyentes”, dijo. “Ellos irradian el verdadero amor de Cristo. Y ustedes pueden ver por qué el Salvador nos exhorta a ser como ellos”.

Una de las mayores fortalezas de los niños es su capacidad para establecer conexiones, dijo la hermana Wright. “Creo que, como sociedad, debería ser nuestra mayor fortaleza. Porque como hijos e hijas de Dios, tenemos mucho más en común de lo que podríamos tener que sea diferente”.

Información biográfica

La hermana Amy Wright.
La hermana Amy Wright. | Crédito: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Familia: Nacida el 6 de enero de 1972 en Salt Lake City, hija de Robert Anderson y Joy Bailey. Se casó con James McConkie Wright el 24 de junio de 1994 en el Templo de Salt Lake. Ellos tienen tres hijos.

Educación: Obtuvo una licenciatura en desarrollo humano y estudios familiares de la Universidad de Utah en 1998.

Empleo: Trabajó en el departamento de comunicaciones para estudiantes en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Marquette en Wisconsin y como tutora de lectura. Fue voluntaria de la Asociación de Padres y Maestros, el Programa Spectrum y a través de JustServe. Más recientemente, ayudó con el mercadeo y la publicidad de un consultorio dental.

Servicio en la Iglesia: Consejo general de asesoría de las Mujeres Jóvenes, presidenta de la Primaria de estaca, presidenta de la Primaria de barrio, consejera de la presidencia de la Primaria de barrio, asesora de las Mujeres Jóvenes, maestra de la Sociedad de Socorro de barrio, maestra de Doctrina del Evangelio y líder de los Cub Scouts.

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